Roberto Parra pone Europa a sus pies

Espa?a luchaba por evitar el descenso y se vio cuarta de Europa; Roberto Parra (20 a?os) se ilusionaba con ser segundo en los 800 metros y le bastaron 70 para despedazar una carrera con una contundencia sin precedentes en la Copa de Europa, porque jam¨¢s atleta alguno, ni siquiera el mism¨ªsimo Coe, que particip¨® en tres ediciones, fue capaz de ganar en menos de 1.45 minutos. Sus rivales se convirtieron en vasallos nada m¨¢s cruzar la meta, porque les falt¨® tiempo para ver quien le felicitaba primero. Fue la declaraci¨®n p¨²blica de que Parra cabalga hacia un trono que s¨®lo ocupan los elegidos.Situaci¨®n de carrera a falta de 70 metros: D'Urso (Italia), subcampe¨®n del mundo en 1993, ataca a Motchebon (Alemania), de padre camerun¨¦s, cuarto del mundo en 1995 y este a?o figura invitado en la inauguraci¨®n del estadio ol¨ªmpico de Atlanta, donde corri¨® en 1.44 minutos, tiempo al que jam¨¢s se ha asomado Parra. ?ste les sigue. Ve¨ªa que era posible alcanzar su objetivo: ser segundo. En la batalla, alguno de los dos gallitos tendr¨ªa que ceder y entonces, al ver c¨®mo se le escapaba la victoria, bajar¨ªa el ritmo, la guardia, y ¨¦l se aprovechar¨ªa.

Parra, lanzado a mil por hora, alcanzando velocidades punta que ¨¦l mismo desconoc¨ªa, pendiente de quien de los dos, D'Urso o Motchebon, iba a arrojar la toalla, no ten¨ªa tiempo para acordarse de que por la noche hab¨ªa so?ado que ganaba, ni de la seguridad de su padre, que se atrevi¨® a contradecir los argumentos del entrenador, Velasco -"oiga, que es que Motchebon viene de hacer 1.44 en Atlanta"-, o de las impresiones del propio Roberto, que le dec¨ªa que s¨®lo podr¨ªa ser segundo Pero el padre, erre que erre: "Que no, Roberto, que ganas, que he hecho una apuesta con tu cu?ado".

La imagen de un campe¨®n

Y gan¨®. ?Vaya si gan¨®! D'Urso ataca con poder¨ªo y por fuera a Motchebon. Parra no se despega ole ellos. El ritmo es cada vez mayor y Parra, sin inmutarse. No es l¨®gico que se sienta agusto a velocidades de v¨¦rtigo, porque las piernas comienzan a no dar m¨¢s de s¨ª. Entonces, en ese momento de crispaci¨®n m¨¢xima, en el que todo parece que va a romperse, va Parra, se eleva, alarga la zancada, se mete entre D'Urso y Motchebon, se hace sitio y da otra dimensi¨®n al tiempo. Motchebon queda desmadejado, D'Urso no se puede creer aquello y aguanta a Parra, convencido de que se trata de un espejismo. Pero tiene que contemplar, incr¨¦dulo, como Parra se aleja.Cruz¨® la meta, mir¨® el cron¨®metro y se llev¨® las manos a la cabeza: 1.44.97 ?a 13 cent¨¦simas del r¨¦cord de Espa?a! El atleta no tiene explicaci¨®n a lo que le sucede: "Hago unos entrenamientos para conseguir objetivos a largo plazo y me encuentro en la primera carrera del a?o con marcas que ten¨ªa previsto hacer a finales de la temporada".

Su victoria no fue la ¨²nica del equipo. David Mart¨ªnez gan¨® en el lanzamiento de disco nada menos que al plusmarquista mundial, Schult (Alemania). El triunfo no le supuso mayor alegr¨ªa: "No he sentido nada especial. Igual me daba lanzar 60 metros que 80". Con las victorias, el s¨¢bado, de Cacho en 1.500 metros y Ortiz en altura, Espa?a supera las tres conseguidas en Praga-87.