Los estrenos de La Moncloa
El aterrizaje de Aznar reedita algunos de los problemas de Gonz¨¢lez en 1982
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar completa ma?ana su primer mes como presidente del Gobierno, el periodo m¨¢s dulce de la legislatura. Aznar, como Felipe Gonz¨¢lez hace casi 14 a?os, ha cometido los errores propios de los primerizos. Sin embargo, hay diferencias sustanciales entre su arranque y el que protagoniz¨® en 1982 el l¨ªder socialista. Los colaboradores de Aznar, como los de Gonz¨¢lez, han demostrado un profundo desconocimiento de los entresijos de la Administraci¨®n que han pasado a pilotar. La ¨²nica decisi¨®n con carga simb¨®lica del primer mes, la reducci¨®n de altos cargos, se ha enredado finalmente hasta perder su efectividad. En otro error si han coincidido populares y socialistas: ninguno de los dos dispon¨ªa de un equipo humano suficiente para ocupar el poder pol¨ªtico asumido. Los cientos de biograf¨ªas de las que presum¨ªa Alfonso Guerra no existieron en realidad, y la gente de Aznar ha debido recurrir a ¨²ltima hora a variadas seducciones para fichar a t¨¦cnicos de confianza.Unos y otros se han visto obligados tambi¨¦n a afrontar como Gobierno asuntos que les resultaron muy rentables en la oposici¨®n. En el caso de Aznar el problema fundamental se llama GAL, el tema que m¨¢s ha erosionado a los socialistas pero que puede afectar a los populares, dado que ahora son los responsables de la eficacia de unos cuerpos de seguridad profundamente inquietos. Para Gonz¨¢lez la herencia negativa fue el refer¨¦ndum de la OTAN, una pesadilla para los socialistas en su primera legislatura.
No obstante, Aznar dispone, cono en su d¨ªa Gonz¨¢lez, de un instrumento esencial: el control de su partido. Adem¨¢s, ha comenzado su andadura casi monopolizando el poder en los diferentes niveles del Estado, tanto auton¨®micos como municipales. Gonz¨¢lez lo complet¨® pocos meses despu¨¦s de ser investido.
El contexto en el que cada uno de ellos ha llegado al Gobierno es muy distinto. Hace 14 a?os la democracia estaba convaleciente tras el 23-F, pero aun as¨ª presenta elementos comunes. Los socialistas tomaron las riendas del poder con una profund¨ªsima crisis econ¨®mica que amenazaba seriamente el futuro del pa¨ªs. Los populares est¨¢n sometidos a una fuerte presi¨®n del calendario econ¨®mico a causa del Tratado de Maastricht.
Sin embargo, hay aspectos que diferencian el acceso al poder de Gonz¨¢lez y de Aznar. Los socialistas llegaron al Gobierno con mayor¨ªa absoluta, una oposici¨®n todav¨ªa m¨¢s novata que ellos y el apartado de las pol¨ªticas sectoriales completamente virgen. Sus antecesores de UCD tuvieron que concentrarse en conducir la transici¨®n pol¨ªtica, por lo que el resto de la acci¨®n pol¨ªtica, como infraestructuras, educaci¨®n o sanidad, qued¨® relegado a un segundo plano.
Aznar llega con un Gobierno minoritario, una oposici¨®n plenamente operativa y con sobrada experiencia de poder y 13 a?os de pol¨ªticas sectoriales plenamente desarrolladas. No es f¨¢cil sorprender a estas alturas con obras de infraestructuras.
Pero quiz¨¢s la diferencia m¨¢s notable provenga de la propia actitud de unos y otros. Los socialistas asumieron inmediatamente la mentalidad de gobernantes y la ejercieron sin titubeos. Al finalizar el primer mes, las operadores internacionales sab¨ªan cu¨¢l era la pol¨ªtica que iba a desarrollar Miguel Boyer. Los gobernantes de Aznar se resisten a abandonar la popularidad que otorga moverse en la oposici¨®n. Es m¨¢s, los ministros socialistas ten¨ªan en general bastante claro la que quer¨ªan hacer en los siguientes cuatro a?os. En el caso de los populares abundan las inc¨®gnitas.
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