Alemania inquieta a los checos
La Rep¨²blica Checa sue?a con parecerse a su vecina germana, pero teme su poder y su fuerza
ENVIADO ESPECIAL"Todos sabemos muy bien que, pese a toda la integraci¨®n europea, cada dan¨¦s, holand¨¦s, austriaco o suizo observan al gran vecino alem¨¢n con interrogantes y con cierta atenci¨®n", declaraba recientemente V¨¢clav Klaus, encargado el jueves por el presidente V¨¢clav Havel de intentar formar nuevo Gobierno en la Rep¨²blica Checa. Klaus, cuya coalici¨®n no ha podido renovar en las urnas la mayor¨ªa parlamentaria de que dispon¨ªa, se hac¨ªa eco de la inquietud que todav¨ªa despierta en este peque?o pa¨ªs de diez millones de habitantes la vecindad con el tit¨¢n germano. En un lado del filo, los checos quieren parecerse a los alemanes, sue?an con sus niveles de bienestar y eficacia. En el otro, temen el poder y la fuerza de penetraci¨®n del coloso, que, junto con Austria, abraza m¨¢s de las dos terceras partes de sus fronteras.
Extinguidos los excesos verbales de unos comicios de imprevistos resultados, los checos volver¨¢n a mirar hacia dentro y a perseguir "la meta de una sociedad com¨²n y corriente; no permitiremos que nadie nos quite esto", como formula Klaus su m¨¢xima aspiraci¨®n. "Esto", en l¨¢piz y papel, es un desempleo del 4%, un crecimiento rondando el 5% y la inflaci¨®n contenida por debajo del 10%. El borr¨®n en las cuentas es un d¨¦ficit comercial galopante, m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares (unos 512.000 millones de pesetas), alimentado por unas exportaciones mediocres y una inextinguible ansia importadora cuyo primer beneficiario es Alemania.
Las reformas econ¨®micas impulsadas durante los ¨²ltimos cuatro a?os por el derechista Klaus sobrevivir¨¢n, seg¨²n los estudiosos, al gran ¨¦xito electoral de sus rivales socialdem¨®cratas, que han cuadruplicado su voto y est¨¢n s¨®lo a siete esca?os del Partido Democr¨¢tico C¨ªvico. "Los socialdem¨®cratas no van a pretender nacionalizar nada", dice VIad¨ªmir Jaros, ejecutivo en Praga de una multinacional inversora. "La ¨²nica cuesti¨®n abierta es si ¨¦sta va a ser una econom¨ªa de mercado pura, al estilo Klaus, o va a tener un tinte social, como exige Milos Zeman [el jefe socialdem¨®crata]".
Junto a aquellos logros econ¨®micos, que ensalza la mayor¨ªa, est¨¢n las zonas oscuras de un pa¨ªs que tiene en Praga una equ¨ªvoca imagen de marca. La capital no sirve en ning¨²n aspecto como term¨®metro del conjunto checo, donde muchas zonas viven todav¨ªa bajo el torpor de ¨¦pocas pasadas, con grandes desigualdades y servidas por infraestructuras b¨¢sicas que dejan mucho que desear. Most Jan Zielecki, zona a dos horas de autom¨®vil al noroeste de Praga, est¨¢ rodeada por un anillo de centrales t¨¦rmicas que consumen carb¨®n de baja calidad y envenenan el aire. La misma ciudad ha sido desplazada por las enormes explotaciones carbon¨ªferas a cielo abierto que convierten sus alrededores en un paisaje lunar. En las afueras de Most, el mayor complejo petroqu¨ªmico del pa¨ªs ha esterilizado los suelos con su contaminaci¨®n qu¨ªmica y de metales pesados. Hay muchas comarcas similares en la Rep¨²blica Checa, sobre todo en Moravia.
Otras situaciones menos tangibles son m¨¢s dif¨ªciles de explicar. Como la de los gitanos, un colectivo que en general vive a a?os luz de la democracia generalizada predicada por el Gobierno saliente. O el fervor de V¨¢clav Klaus por la "purificaci¨®n pol¨ªtica", que en la pr¨¢ctica significa el apartamiento de la Administraci¨®n de cualquier ciudadano que tuviera un empleo oficial bajo los comunistas o cuyo nombre aparezca citado en los ficheros de la polic¨ªa pol¨ªtica del antiguo r¨¦gimen.
La Rep¨²blica Checa se ha deslizado vertiginosamente, m¨¢s ligera que cualquier otro pa¨ªs poscomunista, desde una econom¨ªa planificada a otra capitalista. Sus metas inmediatas son la OTAN y la Uni¨®n Europea. Uno de los premios de esta trayectoria han sido unas inversiones exteriores de casi 6.000 millones de d¨®lares desde 1990. Los negocios bullen. El gigante electr¨®nico japon¨¦s Matsushita anunciaba recientemente una f¨¢brica de 70 millones de d¨®lares para inundar de televisores Europa central. Motorola, la firma estadounidense de comunicaciones, firmaba esta semana un contrato para vender en dos a?os equipos por 100 millones al m¨¢s importante operador checo de telefon¨ªa m¨®vil digital, Radiomobil.
"Un cambio quiz¨¢ excesivamente r¨¢pido", seg¨²n Alena Vodakova, responsable del departamento de Sociolog¨ªa en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos. "La adoraci¨®n por el dinero es absoluta en muchas capas sociales, contagiadas por el discurso de Klaus". Vodakova cobra unas 35.000 pesetas netas mensuales, la mitad que una secretaria cualificada en la capital. Una enfermera de un gran hospital, alrededor de 25.000. Un buen salario en Praga, la vanguardia econ¨®mica, son 80.000 pesetas. Y uno de cine alcanza las 200.000. "?ste es un pa¨ªs con sueldos del Este y precios del Oeste", se lamenta el dirigente sindical Rychard Falbr. A la enfermera o la catedr¨¢tica un par de zapatos de moda les cuestan 2.000 coronas, alrededor de 10.000 pesetas.
El reverso. del "milagro econ¨®mico" ultraliberal impulsado por Klaus desde 1992, y la clave para entender la espectacular escalada de la izquierda moderada en las elecciones, son sus carencias sociales. Desde la atenci¨®n m¨¦dica, cara y deficiente, hasta las pensiones de hambre, pasando por la degradaci¨®n de los servicios p¨²blicos, mucho m¨¢s perceptible para los grupos menos protegidos. Los comicios han reflejado bien esta ruptura. Mientras en Praga, donde se concentran las mayores oportunidades y el dinero, el partido de Klaus arras¨®, con casi un 50% del voto, en el norte de Moravia, la regi¨®n oriental del pa¨ªs, industrial y obrera, los socialdem¨®cratas fueron claros ganadores.
El malestar cobr¨® alta voz el a?o pasado, cuando los sindicatos sacaron a la calle a miles de personas en manifestaciones desconocidas desde la ca¨ªda del comunismo para condenar los proyectos de protecci¨®n social del Gobierno. Ferroviarios, profesores y funcionarios coincidieron en las protestas.
Uno de los aspectos m¨¢s llamativos de la v¨ªa Klaus al capitalismo es el sistema privatizador masivo o por cupones, que ha hecho te¨®ricamente due?os de la riqueza del pa¨ªs a seis millones de checos. Los propietarios siguen siendo los grandes bancos -y el Estado a trav¨¦s de su participaci¨®n en ellos- y los conglomerados industriales o financieros, sean el gigante petroqu¨ªmico Chemapol, la firma automovil¨ªstica Skoda, en manos de Volkswagen, o los numerosos holdings, antes fondos de inversi¨®n, dedicados al "compra barato, vende caro". La mayor¨ªa de los expertos coinciden en que al menos dos tercios de las 1.700 empresas vendidas al p¨²blico bajo el esquema "acciones a cambio de cupones" tienen ahora due?os diferentes. Los tiburones mandan ahora donde antes lo hicieran modestos fondos de inversi¨®n, a los que los ahorradores checos confiaron sus cupones.
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