"Dud¨¢iev lament¨® cien veces haber nacido"
El l¨ªder independentista checheno Dzhojar Dud¨¢iev confes¨® a su esposa que, cuando ve¨ªa toda la destrucci¨®n que la guerra hab¨ªa tra¨ªdo a su gente, llegaba a lamentar haber nacido. En la tranquilidad de una tarde dominguera en el pueblo de Ivant¨¦ievka (en las afueras de Mosc¨²), Alla Dud¨¢ieva, una rusa de rostro blanqu¨ªsimo, casi trasl¨²cido, recuerda con una voz queda, como el piar de un polluelo, sus experiencias como compa?era del l¨ªder cauc¨¢sico en una entrevista realizada por esta corresponsal y VIad¨ªmir Kul¨ªstikov, de Radio Svoboda.Alla Dud¨¢ieva (de soltera Alevtina Kulikova), que acompa?aba al general cuando ¨¦ste fue alcanzado. por un misil teledirigido, encuentra el consuelo de sus tr¨¢gicas vivencias en la poes¨ªa y jalona de versos una conversaci¨®n de casi tres horas. Precisamente debido a la poes¨ªa Alla estaba junto a Dud¨¢iev la fat¨ªdica noche del 20 al 21 de abril, ya que esperaba que ¨¦l le dejar¨ªa usar el tel¨¦fono sat¨¦lite para leer sus rimas a una emisora a la que era aficionada. "Dud¨¢iev se retorc¨ªa las manos y gem¨ªa cuando ve¨ªa lo que le mostraban por televisi¨®n, cuando vio Grozni incendiado o cuando se enteraba de la muerte de uno u otro de sus amigos ¨ªntimos. No dorm¨ªa. Dej¨® de tomar t¨¦ o caf¨¦. Sufr¨ªa mucho por todo el pueblo, por todas las tierras chechenas quemadas. En una ocasi¨®n me reconoci¨® que lament¨® cien veces haber venido a este mundo".
"Se culpaba de todo"
?Sent¨ªa Dud¨¢iev responsabilidad por la guerra? Alla cree que "¨¦l se culpaba de todo y por eso sufr¨ªa tanto". Tambi¨¦n se culpa a s¨ª misma por haberle impulsado a que apoyara a Yeltsin en agosto de 1991 ", cuando un grupo de funcionarios sovi¨¦ticos dio un golpe de Estado. Chechenia se distingui¨® entonces por su apoyo a Yeltsin, e incluso Ilegaron a ofrecerle una escolta".Seg¨²n Alla, Dud¨¢iev hizo todo lo posible para evitar la, guerra. "En primavera y en verano [de 1994] envi¨® emisarios a. Yeltsin e intent¨® ponerse de acuerdo con ¨¦l, pero los emisarios no llegaron al presidente, porque en su entorno hab¨ªa chechenos que Dzhojar hab¨ªa echado del Gobierno [de Chechenia]". Dud¨¢iev estuvo a punto de aceptar los servicios mediadores del general Alexandr St¨¦rligov, pese a la escasa influencia de ¨¦ste. St¨¦rligov, un general del KGB de orientaci¨®n comunista muy ortodoxa, le invit¨® a ir a Rusia, pero Dud¨¢iev se convenci¨® de que se arriesgaba a "caer en una trampa". Alla dice estar segura de que, de no haber sido por su muerte, Dzhojar hubiera acabado realizando su sue?o de entrevistarse con Yeltsin.
"Dud¨¢iev har¨ªa lo mismo que hace Selimj¨¢n Yandarb¨ªev y sus guerrilleros. Ellos contin¨²an su camino", 'se?ala. Yandarb¨ªev es el "ide¨®logo y el t¨¦orico de la revoluci¨®n chechena. Est¨¢ a la altura de Dud¨¢iev, ya que apoy¨® todas sus iniciativas, y ahora arriesga su cabeza en su lugar". Alla explica que Dzhojar se dispon¨ªa a dejar un testamento a nombre de Yandarb¨ªev cuando sufri¨® el primero de los 12 atentados perpetrados contra ¨¦l.
Alla siente mucho el paso que dio Shamil Bas¨¢iev hace un a?o, cuando tom¨® por asalto un hospital en Budi¨®nnovsk y provoc¨® un incidente que caus¨® m¨¢s de cien muertos. "Lo conden¨¦, ped¨ª perd¨®n al pueblo ruso, pero tambi¨¦n lo comprend¨ª". "Los pilotos rusos eran mas violentos a¨²n cuando quemaban nuestros pueblos y dejaban a nuestro ni?os mutilados", dice Alla, que se considera una chechena.
Alla conoci¨® a su futuro marido cuando ¨¦l era teniente. Le gust¨®, porque ten¨ªa una "dignidad interna" y porque la reprendi¨® darle un plant¨®n y hacerle perder el tiempo. Vinieron despu¨¦s los a?os de peregrinaje de guarnici¨®n en guarnici¨®n por toda la URSS. Cuando ella quer¨ªa reprocharle algo lo hac¨ªa mediante un poema, que le¨ªa en presencia de los amigos."Cuando fue elegido presidente del Congreso Nacional Checheno y los ancianos le dijeron que, como primer general de la Rep¨²blica, deb¨ªa trabajar por su pa¨ªs, se retir¨® [del Ej¨¦rcito] y volvi¨® a Chechenia". Cuando los Dud¨¢iev y sus tres hijos llegaron desde Tartu (Estonia) Grozni en 1991, Dzhojar se concentr¨® tanto en la pol¨ªtica que olvid¨® a su familia.
Cuando hubo que huir de Grozni, en diciembre de 1994, Alla vivi¨® culta en una casa de Or¨¦jovo, levant¨¢ndose de noche para cocinar en un fog¨®n rebelde la comida de su esposo -que no siempre estaba en el hogar- y los hijos. Luego daba clase a Degui, el menor. Por las noches se escond¨ªa en el s¨®tano y pon¨ªa la radio, cuando ten¨ªa pilas. Los versos no le sal¨ªan.
El islam se potenci¨® en la vida le los Dud¨¢iev con su llegada a Chechenia. "Cuando serv¨ªa en el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, Dzhojar rezaba, pero no sistem¨¢ticamente. En Chechenia comenz¨® a dedicarle m¨¢s tiempo a los rezos, y especialmente despu¨¦s de ir a La Meca, cuando renunci¨® a su co?ac favorito".
Seg¨²n Dud¨¢ieva, "durante la guerra los j¨®venes chechenos han comenzado a orar a Al¨¢, y la fe ha tenido un papel decisivo Nuestros soldados no beb¨ªan alcohol, muchos dejaron de fumar y en el mes del Ramad¨¢n muchos luchaban hambrientos, porque cre¨ªan que si transgred¨ªan esa costumbre Al¨¢ no les aceptar¨ªa".
Alla se convirti¨® al islam y sigui¨® leyendo libros de espiritualidad hasta convencerse de que Dios es uno para todas las religiones. Ahora ha decidido dedicarse a la pol¨ªtica y dice que Dud¨¢iev se le aparece en sue?os y, le ha ordenado seguir defendiendo su causa. Ella lo ha entendido como una misi¨®n de paz y por eso, dice, est¨¢ en Mosc¨². A Turqu¨ªa, adonde iba a volar cuando fue detenida, quer¨ªa ir para informar a los dirigentes rusos de que hay un "partido de la guerra", gente como Doku Zavg¨¢iev a la que no apoya la poblaci¨®n.
Dud¨¢ieva no ha visto satisfechas las esperanzas que puso en su viaje a Mosc¨². Cree que el "sentido del discurso" que pronunci¨® en el congreso de una organizaci¨®n femenina, que la invit¨® por medio del jefe del servicio de seguridad del presidente, "no se reflej¨® en la prensa". "Lo que dije son¨® como un apoyo a la reelecci¨®n de Yeltsin, aunque lo que yo hice fue una defensa del presidente, trazando una analog¨ªa entre las. dificultades que ten¨ªa Dud¨¢iev en Chechenia y las que tiene Yeltsin aqu¨ª, que tambi¨¦n est¨¢ rodeado de una pandilla, que es la que organiz¨® la guerra". "Mi defensa fue interpretada como una exhortaci¨®n a votar a Yeltsin, y a m¨ª me resultaba inc¨®modo retractarme, as¨ª que decid¨ª que no desmentir¨ªa lo que hab¨ªan entendido".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.