El reino de la libertad
Los espa?oles mayores de 65 a?os empiezan a reivindicar su derecho a la sexualidad
La agenda de Jos¨¦ Pedro Jim¨¦nez Gil est¨¢ siempre al completo. Escribe guiones para la radio, lleva la contabilidad de dos negocios familiares, colabora con una ONG, viaja mucho y entre reuni¨®n y reuni¨®n, hace deporte. A¨²n le queda tiempo para llevar una vida sexual normal con su pareja. "Eso s¨ª", explica, "todo dentro de mis posibilidades". Porque Jim¨¦nez no es un joven sobradamente preparado sino un viejo de 77 a?os, sobradamente currado y bastante le¨ªdo, que no se resigna a pasar el resto de sus d¨ªas contando batallitas a sus nietos. "La tercera edad es el reino de la libertad en todos los sentidos, incluido el sexual, que es fundamental y que s¨®lo acaba en la tumba. Cuando se llega a esta edad, uno siente que ha cumplido una serie de obligaciones, y que ahora le toca el turno de disfrutar de la vida plenamente".Respecto a las limitaciones fisiol¨®gicas que la edad impone a la sexualidad, en especial a los hombres, Jim¨¦nez opina que "no conviene generalizar, pues depende de la salud de cada uno". "La calidad y la esperanza de vida son en la actualidad increiblemente mayores que antes".
Pero con impedimentos f¨ªsicos o sin ellos, a Jim¨¦nez le molesta sobre todo que la gente crea que los ancianos carecen de deseo sexual o de sensibilidad. "En la sociedad impera un modelo de relaciones de pareja basado casi exclusivamente en el coito. Pero cuando se llega a cierta edad en la que la capacidad de erecci¨®n decrece, se empiezan a descubrir nuevos territorios en la expresi¨®n de la sexualidad, como el de las caricias".
Al geriatra Dami¨¢n Santos, que lleva 16 a?os ejerciendo su especialidad en residencias y centros de la tercera edad, le dice la experiencia que la vida sexual de los mayores de 65 a?os cointin¨²a, "por regla general y aunque muchos no lo reconozcan", con total normalidad. "Puede haber una disminuci¨®n en la frecuencia con la que se realiza el acto sexual, aunque no siempre, pero esto le ocurre tambi¨¦n a los j¨®venes", asegura.
A Vicente Alvaro, un industrial segoviano de 79 a?os, no le basta el recuerdo ni el cari?o de sus cuatro hijos. Quiere y desea a su esposa, de 75 a?os, a quien una larga enfermedad mantiene postrada en la cama. "En su estado no podemos mantener relaciones sexuales", asegura, "pero yo las necesito como cualquier persona". La mujer de Vicente no estuvo siempre enferma. Pero hace 15 a?os, tras el climaterio, le dijo a su marido que la sexualidad para ella se hab¨ªa acabado. "Sent¨ªa verg¨¹enza", comenta Vicente. ?l ten¨ªa entonces 64 a?os; ella, 60.
La soci¨®loga Nieves Marta, que lleva 14 a?os dedicada a la terapia ocupacional para ancianos en centros p¨²blicos, opina que "la asociaci¨®n entre procreaci¨®n y sexualidad est¨¢ muy inculcada en la mentalidad de muchos mayores, lo que supone un duro escollo para el desarrollo de la sexualidad, en especial de las mujeres posclimat¨¦ricas". "Pero esta actitud est¨¢ cambiando muy r¨¢pidamente, en especial gracias a las propias mujeres, que tienen una mayor capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones que los hombres". Marta, que trabaja actualmente en el Hogar del Pensionista de Alcobendas (Madrid), opina que sobre este asunto es imposible generalizar, porque cada uno vive la sexualidad a su manera,pero que el cambio de actitud de los mayores respecto a la sexualidad es palpable. "Muchas veces el problema no son los prejuicios de los viejos sino los de sus hijos, a quienes les cuesta mucho concebir a sus padres como seres sexuados".
"Tampoco es cierto que los mayores rechacen el marco de libertad sexual que vivimos en la actualidad", afirma. "Con la edad se gana en tolerancia. Yo me he encontrado con abuelos que aceptan mejor la homosexualidad de un nieto que sus propios padres. Por otra parte, las parejas de hecho entre viejos comienzan a convertirse en algo normal en Espa?a".
Otro de los obst¨¢culos con los que los ancianos se encuentran estriba, a juicio de Jim¨¦nez, en una sociedad que valora la juventud sobre cualquier otra etapa de la vida y que s¨®lo considera bella la arruga de dise?o. "Hay un modelo juvenil de la belleza y de las relaciones de pareja, que me parece muy bien, pero que no deber¨ªa ser el ¨²nico que se transmite desde los medios de comunicaci¨®n", asegura.
Jim¨¦nez piensa que se puede hacer mucho por la aceptaci¨®n de los viejos a trav¨¦s de las ONG. Por eso ¨¦l, que se considera un "viejo combativo y reivindicativo", dedica muchas horas a la Uni¨®n Democr¨¢tica de Pensionistas, una asociaci¨®n de la que es vicepresidente a nivel estatal y que preside en la Comunidad Valenciana. "Queremos hacer comprender a los viejos que estos a?os pueden ser los mejores, que deben hacer uso de la libertad y de las mejores condiciones de vida que gozamos", concluye.
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