Cuba-Espa?a, giro inaceptable

La nueva pol¨ªtica espa?ola hacia Cuba acaba de ser anunciada p¨²blicamente por el propio presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y delante del vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore.Si el contenido de la declaraci¨®n del presidente del Gobierno es negativo en s¨ª mismo, porque supone, entre otras cosas, la suspensi¨®n de la ayuda espa?ola al pueblo de Cuba, su forma es a¨²n m¨¢s desafortunada, porque se trata de un acto precipitado y unilateral no consultado ni con las fuerzas parlamentarias ni con las ONG encargadas de la cooperaci¨®n con el pa¨ªs caribe?o. En cuanto al mareo del anuncio (la visita de Al Gore), lo ocurrido nos homologa con las conductas gregarias de gobernantes de pa¨ªses de otras latitudes.

Si algo cab¨ªa esperar de un presidente espa?ol es que expusiera al vicepresidente norteamericano el rechazo de nuestro pa¨ªs a la ley Helms-Burton, que viola flagrantemente las normas b¨¢sicas del comercio internacional, tal y como han hecho con rapidez y claridad la Uni¨®n Europea y varios gobiernos de los pa¨ªses afectados, entre ellos M¨¦xico y Canad¨¢, que, a pesar de sus fuertes v¨ªnculos con Estados Unidos, no han dudado en salir en defensa de su derecho al libre comercio.

En vez de mantener posiciones similares, Aznar no s¨®lo desatiende los leg¨ªtimos intereses de las empresas espa?olas que tienen inversiones en Cuba y que la ley Helms-Burton pretende ilegalmente sancionar, sino que protagoniza un gesto inamistoso con un pa¨ªs al que nos unen tantos lazos culturales e hist¨®ricos.En una situaci¨®n econ¨®micamente cr¨ªtica como la que vive Cuba, es una falacia diferenciar la cooperaci¨®n bilateral que se suprime de la ayuda estrictamente humanitaria que se dice mantener, sobre todo cuando los programas de cooperaci¨®n espa?ola con Cuba han estado esencialmente destinados a proyectos de emergencia y a cubrir necesidades vitales para la poblaci¨®n de la isla.

Resulta especialmente rechazable la utilizaci¨®n de los derechos humanos como coartada hip¨®crita para encubrir decisiones pol¨ªticas de marcado prejuicio ideol¨®gico.

Por otra parte, la pol¨ªtica de acoso y aislamiento del r¨¦gimen cubano que propugnan los sectores m¨¢s conservadores norteamericanos no s¨®lo es inadmisible para la dignidad de aquel pa¨ªs, sino que perjudica y retrasa la puesta en pr¨¢ctica en el mismo de las necesarias y urgentes reformas econ¨®micas y pol¨ªticas.

La reanudaci¨®n del di¨¢logo entre el Gobierno y los grupos en el exilio propiciado por el ministro de. Asuntos Exteriores cubano, Roberto Robaina, ha sido, por ejemplo, un primer paso en el camino del entendimiento y la reconciliaci¨®n que no debiera boicotearse con intransigencias internas, pero tampoco desde luego con presiones externas.

Por encima de todo hay que poner la realidad de un pueblo agobiado por las carencias m¨¢s elementales en materias como la salud, la vivienda, la alimentaci¨®n y el transporte. Esta penosa situaci¨®n econ¨®mica se ha visto agudizada por las consecuencias de los cambios pol¨ªticos en el Este de Europa, pero tambi¨¦n por los efectos del embargo norteamericano sobre Cuba, que persiste despu¨¦s de m¨¢s de treinta a?os, a pesar de haber sido reiteradamente condenado por numerosas e inequ¨ªvocas resoluciones de las Naciones Unidas o del Parlamento Europeo, entre otros organismos.

La reciente ley Helms-Burton, a la que tambi¨¦n se oponen numerosas personalidades norteamericanas, pretende, a¨²n, endurecer este bloqueo, en sinton¨ªa con los grupos m¨¢s extremistas del exilio de Miami, capitaneados por Mas Canosa, y a riesgo de deteriorar a¨²n m¨¢s las condiciones de vida de los cubanos.

Los firmantes de este art¨ªculo consideramos que el Gobierno espa?ol deber¨ªa proponer a la Uni¨®n Europea la reanudaci¨®n de las conversaciones y negociaciones para la firma futura de un acuerdo de cooperaci¨®n con Cuba y mantener en las relaciones bilaterales futuras una posici¨®n no dependiente de Washington en sinton¨ªa con la importancia de nuestro pa¨ªs en el mundo hispanoamericano y como mejor forma de conservar el prestigio e influencia que nos corresponde.

Desgraciadamente, el debate del pasado 28 de mayo en el Congreso de los Diputados en torno a la ley Helms-Burton ha puesto de relieve que no s¨®lo el Partido Popular quiere quebrar el amplio consenso internacional a favor de la exigencia de su derogaci¨®n, sino que tambi¨¦n algunos de sus recientes aliados, como el PNV y CiU, se han plegado a ello, desdici¨¦ndose de compromisos y pronunciamientos anteriores.

Es necesario que las organizaciones representativas espa?olas, ya sean partidos pol¨ªticos, centrales sindicales u ONG, desplieguen una amplia campa?a de solidaridad en sinton¨ªa con la sensibilidad de la opini¨®n p¨²blica de nuestro pa¨ªs, a fin de que las administraciones espa?olas, empezando por el Gobierno central, contribuyan a paliar las necesidades del pueblo cubano, que ser¨¢, al mismo tiempo, la mejor ayuda para los que all¨ª propugnan un futuro de paz y de convivencia democr¨¢tica.