Sombras en la muerte de Carlitos Menem
El presidente argentino, denunciado por su ex esposa por "encubrir" el supuesto asesinato de su primog¨¦nito
El fallecimiento en accidente de helic¨®ptero del ¨²nico hijo var¨®n del presidente argentino, Carlos Menem, y Zulema Yoma, ocurrido el 15 de marzo de 1995, pareci¨® acercar a un matrimonio por entonces en tr¨¢mites de separaci¨®n. Ella regres¨® a la residencia de Olivos, su presencia constituy¨® de nuevo punto de referencia, y se habl¨® de reconciliaci¨®n conyugal. No fue as¨ª. La dram¨¢tica p¨¦rdida del primog¨¦nito aport¨® mayores dificultades. Atormentada, contra viento y marea y contra el informe de todos los peritos, Zulema Yoma se manifiesta convencida de que la muerte de su hijo Carlos no fue un accidente, sino resultado de un asesinato premeditado. Persuadida de que una mafia en el poder le impide saber la verdad, present¨® una querella por "encubrimiento" contra el presidente.Desde hace meses, Zulema Yoma, de 54 a?os, convoca ruedas de prensa, concede entrevistas a periodistas y denuncia el ocultamiento de elementos probatorios de su tesis o la hostil actuaci¨®n de un entorno presidencial desalmado. Su abogado, Alejandro V¨¢zquez, justifica la denuncia judicial presentada el martes en que supuestamente el jefe del Estado "omiti¨® informes de los servicios de inteligencia, civiles y militares, nacionales y extranjeros, que demuestran acabadamente la existencia de homicidio".
Carlitos Menem muri¨® a los 26 a?os cuando conduc¨ªa hacia la ciudad argentina de Rosario su helic¨®ptero Bell Jet Ranger III, asegurado en 680.000 d¨®lares (88 millones de pesetas). Imprudentemente, volaba a muy baja altura, unos 10 o 15 metros, cuando se enganch¨® con los cables de un tendido el¨¦ctrico, las varillas de transmisi¨®n de las palas del rotor quedaron cortadas, perdi¨® el control del aparato y ¨¦ste se precipit¨® bruscamente hacia la izquierda para estrellarse finalmente, de punta, contra un sembrado de trigo situado a unos 40 metros de la carretera principal. El acompa?ante, Silvio Oltra, piloto de coches de carreras, muri¨® en el acto, pero Carlos Menem, tambi¨¦n automovilista de competici¨®n, lleg¨® con vida al hospital de San Nicol¨¢s. Muri¨® poco despu¨¦s. Fue un accidente, seg¨²n la conclusi¨®n de los peritos. La prensa argentina, sin excepciones, destac¨® la pasi¨®n del joven fallecido por los deportes de riesgo, sus ¨¦xitos en pruebas automovil¨ªsticas internacionales, las pr¨¢cticas de motorismo n¨¢utico, su vida siempre al l¨ªmite. "Mis padres creen mucho en el destino. Yo tambi¨¦n creo en el m¨ªo y lo que tenga que ser ser¨¢", declar¨® en una ocasi¨®n.
Zulema Yoma, que no ha podido superar la tragedia, critic¨® las conclusiones de los expertos, y el pasado 1 de mayo recus¨® al juez de la causa por retrasar la exhumaci¨®n de los restos mortales de su hijo. "?Ustedes vieron el cuerpo de Carlitos? ?Alguno lo vio en el caj¨®n? Yo no lo vi, a m¨ª no me consta que ¨¦se sea mi hijo", pregunt¨® a los periodistas. El presidente Menem se hab¨ªa sumado judicialmente a esta reclamaci¨®n. Pero las imputaciones de la madre, que amenaz¨® con una huelga de hambre en la plaza de Mayo de no ser atendida, no quedaron ah¨ª: exige una explicaci¨®n de la retirada del respirador artificial a su hijo en el hospital San Felipe de San Nicol¨¢s. La proporcion¨® el m¨¦dico a cargo: Carlos Menem era ya cad¨¢ver. Involucra en el compl¨® al m¨¦dico personal de Menem, y a su secretario, y ha pedido la intervenci¨®n de Amnist¨ªa Internacional.
Zulema Yoma y su abogado apuestan por la presencia de una tercera persona en el helic¨®ptero de la que nada se dijo, y citan la entrega de una carta advirtiendo sobre un atentado contra un miembro de su familia. Nombran al ministro del Interior, Carlos Corach, como la fuente informante. Una de las hip¨®tesis aventuradas es ¨¦sta: un dep¨®sito de cad¨¢veres nacional aloja el cuerpo de una integrista iran¨ª, de 24 a?os, que ingres¨® en el pa¨ªs como ciudadana francesa estudiante de Arquitectura. Habr¨ªa conocido a Carlitos en Nueva York y recibi¨® la orden de acabar con su vida: mediante control remoto alter¨® los mandos de la nave y lo derrib¨® sin explosi¨®n. En el choque, apuntaron, habr¨ªa perecido la mano asesina de una conspiraci¨®n de mayor alcance.
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