Los antibi¨®ticos del siglo XXI
La investigaci¨®n de nuevos medicamentos es una l¨ªnea de claro inter¨¦s para Europa. En el ¨¢rea de Biotecnolog¨ªa del IV Programa Marco de I + D, la Comisi¨®n Europea financiar¨¢ con dos millones de ecus (unos 310 millones de pesetas) un proyecto de tres a?os de duraci¨®n cuyo objetivo final es el dise?o de nuevos f¨¢rmacos capaces de combatir las infecciones causadas por bacterias pat¨®genas. En el proyecto, dise?ado y coordinado por el CSIC, intervienen nueve laboratorios de cinco pa¨ªses. Adem¨¢s de los avances en la higiene personal y p¨²blica, en la nutrici¨®n y en el confort de nuestra vida, el descenso espectacular en el n¨²mero de muertes debidas a infecciones por microbios se debe al uso, desde mediados del presente siglo, de antibi¨®ticos. Pese a todo ello algunas enfermedades infecciosas, como la meningitis causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae, tratadas con los antibi¨®ticos actualmente en uso todav¨ªa presentan un 25% de mortalidad. Tambi¨¦n est¨¢ aumentando la mortalidad por tuberculosis. Muchos tratamientos fracasan porque las bacterias pat¨®genas se han hecho resistentes.
Los antibi¨®ticos son compuestos con actividad antimicrobiana producidos, por otros seres vivos, y muchas veces mejorados por procedimientos qu¨ªmicos. Los microorganismos, inclu¨ªdos los pat¨®genos, pueden adquirir resistencias frente a los antibi¨®ticos, pues, en definitiva, el juego entre el pat¨®geno y el productor del antibi¨®tico no es m¨¢s que un episodio en la lucha por la supervivencia a la que ambos est¨¢n adaptados. Es m¨¢s, el organismo productor del antibi¨®tico tiene que poseer necesariamente mecanismos para no ser atacado por el antibi¨®tico que produce y, a veces, el mecanismo de resistencia se trasfiere del productor al pat¨®geno. La selecci¨®n de pat¨®genos resistentes a un antibi¨®tico se favorece asimismo con tratamientos no adecuados, por ejemplo utilizando de entrada un antibacteriano, como los derivados de penicilina, para tratar una enfermedad viral como la gripe.
Desde los a?os sesenta no se ha encontrado ning¨²n nuevo grupo de antibi¨®ticos, ¨²nicamente se han mejorado algunos de los ya existentes. Para descubrir nuevos antibi¨®ticos no basta ya con los procedimientos cl¨¢sicos de b¨²squedas a ciegas, se necesitan, adem¨¢s, otros m¨¦todos basados en el conocimiento cient¨ªfico de las mol¨¦culas que son imprescindibles para la multiplicaci¨®n de las bacterias.
En los ¨²ltimos a?os los grupos que han investigado la divisi¨®n celular en la bacteria modelo Escherichia coli han logrado avances importantes en la caracterizaci¨®n de varios genes y prote¨ªnas que son claves para los procesos de proliferaci¨®n bacteriana, y se ha comprobado que alguno de estos elementos se encuentra en muy diversas bacterias.
El objetivo del proyecto aprobado por la Comisi¨®n Europea ser¨¢ cartografiar la estructura de las mol¨¦culas que intervienen en la reproducci¨®n de las bacterias para dise?ar mol¨¦culas que al recubrir algunas de sus regiones, las inutilicen. Es de esperar que, como los compuestos que se obtengan ser¨¢n en gran medida fruto de un dise?o molecular, la aparici¨®n de resistencias sea m¨¢s dif¨ªcil. Una vez que se completen las etapas b¨¢sicas de esta investigaci¨®n ser¨¢ necesario todav¨ªa invertir tiempo y esfuerzo para lograr la producci¨®n de compuestos optimizados y para comprobar su eficacia cl¨ªnica y ausencia de efectos secundarios no deseados, por lo que muy bien podemos estar hablando de antibi¨®ticos que se utilizar¨¢n en el pr¨®ximo siglo.
Junto a dos grupos del CSIC [dirigidos por Miguel Vicente y Alfonso Valencia], en el proyecto participan investigadores de las universidades de Oxford, Edimburgo, Amsterdam y Bruselas, del Instituto Max Planck de Tybingen, y de los laboratorios de Glaxo WeIlcome en Italia y de SmithKline Beecham en el Reino Unido.
Miguel Vicente, investigador del CSIC, es el coordinador del proyecto Blancos para inhibir las bacterias.
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