Italia muere con grandeza
Alemania decepciona y es apabullada, pero sobrevive y apea a un gran rival
, Italia hizo de la necesidad una virtud, pero su vigoroso partido no le sirvi¨® para derrotar a los alemanes, que vivieron atrincherados, sin juego, m¨¢s sostenidos por la fortuna que por otra cosa. Alemania, que puso al portero Peruzzi de vacaciones, tuvo una actuaci¨®n decepcionante, pero sobrevivi¨®, como suele ocurrir en estos torneos. Y de paso se quit¨® un rival temible para las pr¨®ximas rondas. Italia fue mejor, pero pag¨® el pecado de soberbia de Sacchi en el partido contra los checos, un pecado que dif¨ªcilmente le ser¨¢ perdonado.Sobre el orden, la negaci¨®n de espacios y el coraje, Italia apabull¨® a Alemania en el primer tiempo. Si tuvo alg¨²n defecto, fue el exceso de ansiedad, la urgencia que se derivaba de la obligaci¨®n de vencer. Hubo un punto de atropello en algunos momentos pero la autoridad italiana result¨® escandalosa en varios. pasajes. Alemania se achic¨® hasta alcanzar la vulgaridad. Ni tan siquiera daba pinta de equipo acerado, seg¨²n la vieja tradici¨®n. Se refugi¨® en su ¨¢rea, aguant¨® la tormenta como. pudo y se olvid¨® de jugar. La porter¨ªa italiana nunca estuvo en los planes de los alemanes, satisfechos con mantenerse de pie ante un equipo lleno de temperamento.
La selecci¨®n italiana se resolvi¨® con el perfil de Sacchi. Su construcci¨®n defensiva fue espectacular. Achic¨® con precisi¨®n y contundencia. El acorde¨®n presionante result¨® imposible de superar para los alemanes, que no encontraban medio metro para pasar. En un sentido estricto, no ten¨ªan pasadores. Sus dos alternativos eran el libre Sammer y Moller, convertido en organizador por las grandes deficiencias de Eilts, un armario s¨®lo facultado para chocar por delante de su defensa.
Pero ni Sammer ni Moller pudieron pensar. Sammer, un antiguo volante de ataque reconvertido o en l¨ªbero, se descompuso en varios momentos. En uno de ellos, reci¨¦n comenzado el encuentro, perdi¨® la pelota frente a Casiraghi, que se lanz¨® directo hacia el ¨¢rea, donde fue derribado por el portero alem¨¢n. Adem¨¢s d¨¦ penalti, era expulsi¨®n. Pero el ¨¢rbitro se qued¨® a medias v s¨®lo sancion¨® la falta. Entonces se advirti¨® la fatalidad italiana. Zola tir¨® mal el penalti y Kopke lo desvi¨®. La historia del partido sigui¨® por ah¨ª: Italia con mando en plaza, con un poder¨ªo notable, con juego. Pero nada. Alemania pas¨® y ella se qued¨® fuera.
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