Cuatro detenidos tras un nuevo enfrentamiento entre inmigrantes ilegales y polic¨ªas en Melilla
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Cuatro centroafricanos fueron detenidos ayer en Melilla y un polic¨ªa nacional tuvo que ser atendido de contusiones tras una nueva refriega entre una decena de inmigrantes legales y miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado especialmente desplazados a la ciudad. Unos 70 subsaharianos permanecen acampados desde el lunes ante la sede de la Delegaci¨®n del Gobierno. El enfrentamiento se produjo cuando los amotinados atacaron el antiguo hospital de la Cruz Roja, en cuyo patio estuvieron alojados en tiendas de campa?a hasta la madrugada del domingo.
La reyerta que se produjo hace cuatro d¨ªas dej¨® arrasado el campamento, por lo que en el mismo centro hospitalario se les estaba acondicionando un nuevo alojamiento. Fue all¨ª donde el mediador enviado por la Cruz Roja, Andr¨¦ Mtibarusiga, se encontraba negociando ayer por la ma?ana con el grupo menos exaltado de inmigrantes cuando 10 de sus compa?eros tomaron la primera planta con piedras y palos.El nuevo enfrentamiento entre los subsaharianos y la polic¨ªa revela que la tensi¨®n va en aumento en Melilla. Seg¨²n fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno, son los m¨¢s crispados los que ejercen de cabecillas del colectivo, vali¨¦ndose de medios intimidatorios. El delegado Enrique Beamud ha dado a entender a algunos de sus interlocutores que podr¨ªa ordenar de manera inminente una intervenci¨®n policial para disolver a los concentrados.
La presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado, cuyas escasas dotaciones en Melilla han sido reforzadas con unidades de la Pen¨ªnsula, ha sido redoblada junto al hospital de la Cruz Roja y tambi¨¦n en las cercan¨ªas de la Delegaci¨®n del Gobierno, donde permanecen agrupados los inmigrantes.
?tima oferta
La nueva refriega no result¨®, sin embargo, tan violenta como la de la madrugada del domingo y apenas: dur¨® un cuarto de hora. Sobre las 10.30, una veintena de centroafricanos se traslad¨® al antiguo hospital para entrevistarse con el mediador. Mtibarusiga les recibi¨® en un peque?o despacho tras conversar telef¨®nicamente con sus jefes en Madrid, a los que inform¨® sobre las negociaciones.
La noche anterior hab¨ªa acudido de nuevo, superando una primera visita matinal que concluy¨® abruptamente, a la puerta de la Delegaci¨®n para transmitirles la ¨²ltima oferta: el delegado del Gobierno estudiar¨ªa sus casos, uno a uno, e intentar¨ªa agilizar la resoluci¨®n de sus expedientes de entrada en la Pen¨ªnsula si abandonaban la concentraci¨®n ante la sede oficial. Adem¨¢s, se mejorar¨ªan las condiciones higi¨¦nicas del nuevo albergue.
Una veintena de subsaharianos se present¨® ante Mtibarusiga con una actitud conciliadora cuando una decena de sus compa?eros, los m¨¢s violentos, irrumpieron en el hospital destrozando ventanas y puertas. La polic¨ªa acudi¨® de inmediato y actu¨® con material antidisturbios. Los centroafricanos respondieron con palos e intentaron agredir a tres matrimonios de inmigrantes que resid¨ªan pac¨ªficamente en el hospital.
Los inmigrantes que hab¨ªan mostrado su voluntad conciliadora se quedaron ya, tras la pelea, refugiados en el hospital bajo custodia de la polic¨ªa. Los amotinados rechazaron, en cambio, cualquier tipo de negociaci¨®n o mediaci¨®n que no pase por que el delegado les tramite sus permisos para entrar en la Pen¨ªnsula. Muchos. de ellos no tienen ning¨²n tipo de documentaci¨®n._ Alegan que la han perdido o que la dejaron en su pa¨ªs de origen, mayoritariamente Nigeria, tras huir de supuestas represalias pol¨ªticas.
Nadie cree en Melilla esta versi¨®n, que muchos repiten casi de memoria y que les permite permanecer indefinidamente en la ciudad sin ser repatriados porque no se sabe en qu¨¦ frontera colocarlos.
Ellos volvieron a repetir ayer que no ceder¨¢n bajo ning¨²n concepto. "Preferimos morir que seguir viviendo en Melilla en estas condiciones", coreaban como consigna.
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