Fuertes criticas al informe la ONU sobre la influencia humana en el cambio clim¨¢tico
El debate de las conclusiones cient¨ªficas se politiza ante las elecciones en EE UU
La credibilidad cient¨ªfica del segundo informe de la ONU sobre cambio clim¨¢tico, que constat¨® por primera vez una influencia humana sobre el clima est¨¢ recibiendo duras cr¨ªticas, siete meses despu¨¦s de haber sido ultimado en Madrid. La campa?a impulsada por la industria de la energ¨ªa en Estados Unidos contra las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC), ha subido de tono ante la cercan¨ªa de las elecciones en EE UU y a ella se han sumado destacados cient¨ªficos esc¨¦pticos ante el sospechado calentamiento terrestre por el hombre.
El debate sobre el clima no debe sobrecalentarse, ha proclamado la respetada revista cient¨ªfica Nature, alarmada ante la importante subida de temperatura que se est¨¢ produciendo en tomo a las bases cient¨ªficas del cambio clim¨¢tico. En el ojo del hurac¨¢n est¨¢ lo que pas¨® en la reuni¨®n de Madrid, a finales de noviembre pasado, cuando representantes de 120 pa¨ªses convocados por la ONU discutieron el resumen final cient¨ªfico de su ¨²ltimo informe que luego se present¨® a los responsables pol¨ªticos en Roma. En esa reuni¨®n se aprob¨® la redacci¨®n de una frase considerada ya hist¨®rica: "El balance de las pruebas sugiere que existe una influencia humana apreciable sobre el clima global". Era la primera vez que los cient¨ªficos afirmaban haber detectado que las actividades industriales, especialmente la quema de combustibles f¨®siles, tienen capacidad de cambiar el clima.
Sin excusas
Bert Bolin, el cient¨ªfico noruego que preside el IPCC, se mostr¨® en Madrid satisfecho de la redacci¨®n final del documento, basado en los datos recogidos por los cient¨ªficos desde 1990, que muestran una influencia en el clima. En Roma, los ecologistas afirmaron: "Ya no hay excusas". Se refer¨ªan a la necesidad de empezar a tomar medidas para cumplir el Tratado sobre Cambios Clim¨¢ticos firmado en 1992 en la Cumbre de la Tierra.Bolin es ahora el blanco de los ataques. La pasada semana la Coalici¨®n Global del Clima (CGC), un grupo de presi¨®n de la industria del petr¨®leo y el carb¨®n, public¨® una dura cr¨ªtica del informe definitivo del IPCC, publicado recientemente. Se basa en que se han cambiado algunas frases del cap¨ªtulo discutido en Madrid y se han quitado otras, aunque no del sumario, y que el resultado . final es m¨¢s tajante y presenta menos incertidumbres sobre la influencia humana en el clima. El IPCC se defiende diciendo que los cambios respondieron al consenso alcanzado. La revista Nature critica este m¨¦todo de trabajo en algo pol¨ªticamente tan importante pero aboga, por no invalidar todo el trabajo cient¨ªfico en base a detalles sem¨¢nticos menores.
Seg¨²n la CGC se omiti¨® entre otras la siguiente frase: "Ninguno de los estudios citados m¨¢s arriba han mostrado pruebas clara de que podemos atribuir los cambios observados a la causa espec¨ªfica de incrementos en los gases de efecto invernadero". A esta cr¨ªtica se ha sumado Frederick Seitz, ex presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y presidente em¨¦rito de la universidad Rockefeller. En un art¨ªculo en The Wall Street Journal, Seitz afirma: "Nunca he sido testigo de una corrupci¨®n peor del proceso de revisi¨®n por pares [por el que los cient¨ªficos revisan y validan el trabajo de sus colegas]". Tanto la CGC como Seitz creen que detr¨¢s de este "intento de minimizar el escepticismo ante el cambio clim¨¢tico" hay razones pol¨ªticas, lo que niegan tanto Bolin como el redactor del cap¨ªtulo pol¨¦mico, el estadounidense Benjamin Santer, y el copresidente del informe cient¨ªfico, el brit¨¢nico Benjamin Houghton.
Otro cient¨ªfico prestigioso que se muestra esc¨¦ptico ante el cambio clim¨¢tico en general y ante las conclusiones de sus colegas del IPCC en particular es Richard S. Lindzen, una autoridad en f¨ªsica de la atm¨®sfera, del Massachusetts Institute of Technology (EE UU). Sus admiradores, recordaba recientemente The New York Times, le ven como una fuerza de honradez intelectual en un debate altamente politizado mientras los cr¨ªticos le achacan estar muy seguro en un campo de investigaci¨®n pleno de incertidumbre.
Lindzen no se fia para nada, de los modelos de ordenador que simulan el. comportamiento del clima y-que, aunque reconocidos como imperfectos, utilizan todos sus colegas para predecir lo que va a pasar.
La edad parece jugar un pa,pel importante en el grado de escepticismo de los especialistas estadounidenses, los m¨¢s importantes del mundo tanto por n¨²mero como por las tecnolog¨ªas que utilizan. En general, la generaci¨®n m¨¢s antigua es m¨¢s esc¨¦ptica que la nueva y existen muchos cient¨ªficos que piensan que los gases de efecto invernadero pueden llegar a .cambiar el clima pero que se ha exagerado al afirmar que este cambio ya ha comenzado.
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