Vac¨ªo en Grecia
ANDREAS PAPANDREU ha sido un hombre combativo a lo largo de toda su vida. Nunca ha renunciado a dar la batalla para defender la democracia en Grecia, para combatir la dictadura, para lavar su propia imagen o incluso para sobrevivir a la enfermedad. Su forma de gobernar ha estado rodeada de pol¨¦mica, especialmente en los ¨²ltimos a?os. Pero ha dominado como nadie la pol¨ªtica griega tras la restauraci¨®n de la democracia. Creador del Partido Socialista Panhel¨¦nico (Pasok), se le identifica con el socialismo a la griega.
Hijo de un popular primer ministro, Andreas Papandreu fue bien recibido en EE UU, adonde regres¨® tras su expulsi¨®n de la Grecia de los coroneles, lo que no le impidi¨® ser siempre un cr¨ªtico profundo de la pol¨ªtica norteamericana. Enfant terrible en el panorama europeo, alent¨® un cierto radicalismo ¨¢rabe, abog¨® por un tercermundismo y, a pesar de ciertos atisbos de acercamiento, nunca logr¨® mejorar las relaciones de su pa¨ªs con el gran vecino turco. Internamente, bajo sus mandatos se desarrollaron en Grecia buena parte de los servicios sociales que hoy forman el Estado de bienestar en aquel pa¨ªs. Pero fuera de sus fronteras, nunca goz¨® de gran credibilidad, aunque s¨ª de respeto. Reticente ante la integraci¨®n europea, acab¨® siempre siguiendo el camino trazado por la mayor¨ªa de sus socios comunitarios, aunque sacando siempre el cepillo.
Carism¨¢tico y a menudo demagogo, era el ¨²nico pol¨ªtico de la democracia griega que levantaba pasiones entre sus ciudadanos. Triunfador de las elecciones de 1981, sus mandatos se han visto envueltos en esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. E incluso personales cuando, a la vera de su poder, su segunda esposa, Dimitra Liani, 36 a?os m¨¢s joven que ¨¦l, intent¨® buscar una influencia pol¨ªtica propia. Los partidos griegos inventaron la pinza de comunistas y conservadores para intentar acabar con ¨¦l. Pero Papandreu no s¨®lo sali¨® absuelto de los cargos de corrupci¨®n que se le imputaban, sino que gan¨® las siguientes elecciones en 1993. S¨®lo la mala salud le oblig¨® finalmente el pasado a?o a retirarse. El hueco que deja Papandreu en la pol¨ªtica y en el socialismo griego es a¨²n demasiado grande para que lo llene una sola persona.
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