"La ¨®pera es la ¨®pera, y esto es otra cosa"

"La ¨®pera es la ¨®pera, y esto es otra cosa". Esta afirmaci¨®n no emana de ning¨²n purista escandalizado porque hoy se estrene en Espa?a, en la madrile?a plaza de toros de Las Ventas, ante 17.000 espectadores, una A?da de Verdi que cuenta con casi 1.500 personas en escena entre coros, m¨²sicos, cantantes y figurantes, adem¨¢s de esfinges, elefantes, caballos, dromedarios, alguna que otra serpiente pit¨®n y el propio r¨ªo Nilo. Quien sentencia con tal firmeza y aparente dureza es el propio creeador y director del acontecimiento, el italiano Giuseppe Raffa, inventor de la t¨¦cnica Operama, un complicado artilugio de complejas t¨¦cnicas audiovisuales con el que ofrecer un nuevo concepto de espect¨¢culo. "No se puede hablar de dramaturgia del a?o 2000 sin cambiar radicalmente los conceptos teatrales que han inspirado las representaciones de ¨®pera desde hace d¨¦cadas", dice Raffa. "Para ello, lo primero que tenemos que hacer es volver la vista al p¨²blico". Seg¨²n este compositor y director -que lleva 23 a?os en circuitos oper¨ªsticos-, entre sus colegas hay un habitual peligro: "Preocuparse m¨¢s de mostrar una concepci¨®n personal de las ¨®peras que de hacerlas verdaderamente inteligibles y cercanas al p¨²blico".La producci¨®n de A?da, ¨®pera estrenada hace 125 a?os, ha costado en Madrid m¨¢s de 250 millones de pesetas, 84 m¨¢s que en Canad¨¢, Australia, Hong Kong, Jap¨®n, Holanda, Alemania o B¨¦lgica, escenarios donde ya ha sido vista por m¨¢s de dos millones de espectadores. Los organizadores est¨¢n encantados de que estas experiencias aumenten la afici¨®n a la ¨®pera all¨ª por donde ha pasado su A?da. Para los que puedan mesarse los cabellos pensando que esta ¨®pera no es ortodoxa, Raffa s¨®lo dice: "Si no convenzo a 10 cr¨ªticos, s¨ª espero convencer a 70.000 espectadores, eso es lo importante", a lo que a?ade: "No creo en el elitismo creado por las gentes de la cultura, no ha habido un cambio esc¨¦nico en este siglo, y el futuro del siglo XXI est¨¢ en una f¨®rmula musical que todo el mundo entienda; que sea la m¨ªa o no es algo que est¨¢ por ver", dice este director, que la semana pasada hizo meter en los camiones que tra¨ªan el vestuario de Mil¨¢n 25 cajas de su pasta italiana favorita.

Raffa airea su seguridad en el sistema de sonido, a pesar de afirmar que todos los d¨ªas alguien le habla de los problemas; de la plaza de toros. Habla de su sistema de ac¨²stica sintetizada con orgulloso entusiasmo: "Un concierto de Pink Floyd cuenta con el 10% de la potencia ac¨²stica que yo tengo; antes el sonido se iba por todos los lados, ahora utilizamos un sistema direccional, con l¨¢ser, que regula d¨®nde y c¨®mo queremos que llegue".

S¨®lo muestra sus temores ante lo que considera una acogida excepcional: "En Espa?a todo est¨¢ siendo tan positivo que tengo miedo; nunca en todos estos a?os hab¨ªa sentido tanta responsabilidad. Su miedo se extiende a cuestiones climatol¨®gicas que puedan echar por tierra el espect¨¢culo y provoca que los organizadores llamen constantemente a Institutos meteorol¨®gicos de Suiza, Estados Unidos y Espa?a para prever qu¨¦ tiempo har¨¢ esos d¨ªas.

Atr¨¢s quedan los dos a?os de preparativos que la organizaci¨®n ha llevado a cabo para las representaciones en Espa?a; la elecci¨®n entre los m¨¢s de cuatro mil aspirantes a participar en el acontecimiento, s¨®lo a cambio de dos entradas, y las horas de ensayos perdidas cada vez que hab¨ªa que abandonar la plaza de toros de Las Ventas para que se celebraran las corridas de toros previstas.

Las entradas, entre 4.500 y 19.500 pesetas, est¨¢n casi vendidas para las cuatro funciones de Madrid, que terminar¨¢n el s¨¢bado. Pero hay muchas m¨¢s posibilidades de adquirirlas para las representaciones que de este espect¨¢culo se celebrar¨¢n en el Palau Sant Jordi de Barcelona, del 17 al 20 de octubre.

Tanto en esas fechas como ahora encabezan el reparto las sopranos Monica Pick Hieronimi y Adriana Morelli, los tenores Nicola Martinucci y Antonio Ord¨®?ez, las mezzosopranos Bruna Baglioni y Ruza Baldani y los bar¨ªtonos Juan Pons y Vicente Sardinero.