La restauraci¨®n sin control de catedrales causa graves da?os, seg¨²n los expertos
El Instituto de Restauraci¨®n de Bienes Culturales le ha dado la vuelta a la voz de alarma: el verdadero peligro para las catedrales espa?olas no es el abandono, sino el exceso de celo. Presionadas por una opini¨®n p¨²blica sedienta de acciones de emergencia, las comunidades aut¨®nomas y las autoridades eclesi¨¢sticas se han lanzado a restaurar sus conjuntos catedralicios antes de disponer de estudios concienzudos sobre sus verdaderas necesidades, provocando da?os "en muchos casos irreversibles", seg¨²n los t¨¦cnicos. Mientras el Plan Nacional de Catedrales sigue durmiendo el sue?o de los justos, las necesidades no son tanto de inversi¨®n como de reflexi¨®n.F¨¦lix Benito, arquitecto del instituto y uno de los art¨ªfices del Plan Nacional de Catedrales, expuso ayer algunos ejemplos "sangrantes" de intervenciones innecesarias y perjudiciales. "A la catedral de Santo Domingo de la Calzada no le pasaba nada, y eso se ve que no pod¨ªa ser", ironiz¨®. El cabildo decidi¨® trasladar a un museo su magn¨ªfico retablo del siglo XVI para dejar al descubierto la cabecera rom¨¢nica subyacente. "Pero las superposiciones siempre existen, y hay que respetarlas", se?ala Benito. "?O es que la historia s¨®lo vale hasta el siglo XIV?"
En la catedral de Burgos, lo ¨²nico urgente era reforzar las agujas, pero una campa?a alarmista sobre su presunta ruina, iniciada hace dos a?os, ha provocado un aluvi¨®n de intervenciones "irreflexivas y descoordinadas", seg¨²n Benito y otros expertos del instituto, dependiente del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, como Nieves Valent¨ªn, Jos¨¦ Vicente Navarro y Concha Cirujano, que han intervenido esta semana en un seminario de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Santander.
En opini¨®n de estos expertos, las catedrales ni se est¨¢n cayendo ni se deben restaurar, salvo en casos extremos muy concretos. Tampoco necesitan grandes recursos econ¨®micos. "Lo que requieren es labores continuas de mantenimiento, como reponer tejas y desatrancar canalones, que deber¨ªan correr a cargo de los cabildos", se?ala Benito, "y un estudio t¨¦cnico lento y cuidadoso que determine c¨®mo coordinar las intervenciones".
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