Un torero recuperado
Volvi¨® Javier V¨¢zquez despu¨¦s del grav¨ªsimo percance que le ha dejado sin visi¨®n el ojo izquierdo y lo hizo con los mismos arrestos de antes, parecidas ilusiones; quiz¨¢ m¨¢s; Es un torero totalmente recuperado. Su prueba de fuego era esta corrida de reaparici¨®n, que los aficionados esperaban expectantes, y la super¨® con creces. Incluso tuvo el aviso a?adido de una voltereta y no le hizo mella.La voltereta ocurri¨® en el primero de la tarde. Toreaba Javier V¨¢zquez al natural cuando el toro le derrot¨® en la suerte meti¨¦ndole el pit¨®n por la axila y le tir¨® al aire. Javier V¨¢zquez se incorpor¨® sin mirarse -s¨®lo le miraban las cuadrillas, temerosas de que el asta hubiera hecho carne- y volvi¨® recrecido a la cara del toro. El p¨²blico premi¨® con una ovaci¨®n este arranque de pundonor y de torer¨ªa.
Camu?as / V¨¢zquez, Cordob¨¦s
Un toro -5?- de Javier Camu?as (cuatro rechazados en el reconocimiento, 4? devuelto por inv¨¢lido), chico e inv¨¢lido, manejable. Resto y sobrero de El Toril, anovillados, inv¨¢lidos, pastue?os. Javier V¨¢zquez: bajonazo escandaloso y rueda de peones (escasa petici¨®n y vuelta); estocada y rueda de peones (oreja); pinchazo, estocada ladeada y rueda de peones (oreja). El Cordob¨¦s: pinchazo y estocada perdiendo la muleta (escasa petici¨®n, aplausos y salida al tercio); aviso antes de matar, pinchazo y estocada ladeada (escasa petici¨®n, aplausos y salida al tercio); aviso antes de matar y estocada (aplausos). Estaba anunciado Vicente Barrera pero present¨® parte facultativo. Plaza de Segovia, 27 de junio. Primera corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Se ha dicho toro y es mucho decir. Por el tendido le llamaban cabra, si bien otros investigadores le hac¨ªan perro. Un taurino concedi¨® que pudiera ser novillo. Bueno, siempre se exagera. La pregunta que circulaba por todo el tendido arriba y abajo era c¨®mo ser¨ªan los toros de Javier Camu?as que rechaz¨® la autoridad teniendo en cuenta el semblante menudo, el cuerpo chico, el asta roma, la pata feble, el aliento exang¨¹e, de los novillos perros-cabras sustitutos. Un grupo de eruditos qued¨® comisionado para estudiar la cuesti¨®n e informar a los restantes aficionados con la mayor urgencia. Los restantes aficionados dec¨ªan que, 0 se lo explican, o no vuelven.
La verdad es que hac¨ªa falta mucha afici¨®n y mucho valor (y no tener nada que hacer) para acercarse a Segovia, pagar el dineral que valen los boletos y asistir a ese espect¨¢culo impropio del siglo en que vivimos; esa carnicer¨ªa autorizada, esa burla consentida, esa negaci¨®n de la fiesta brava, ese insulto al arte de torear. Pues ?se pueden torear cabras?, ?son propios de lidia perros?, ?es de recibo que cobren por corrida de toros lo que no pasar¨ªa de ser -?en el mejor de los casos!- suelta de novillos?
Una parte del p¨²blico protestaba alguna vez, otra parte m¨¢s amplia sufr¨ªa en silencio, un sector de sol se dedicaba a aplaudir. Se dedicaba esa parte de sol a aplaudir, a jalear ol¨¦s, a gritar ?torero!, a pedir orejas, a abuchear al presidente si no las conced¨ªa. Daba la sensaci¨®n de que les hab¨ªan regalado la entrada. Aunque quiz¨¢ se trataba del p¨²blico triunfalista educado por televisi¨®n. En la televisi¨®n, ya se sabe, el p¨²blico se pasa los programas aplaudiendo y hay cadenas donde convierten la retransmisi¨®n de cualquier corrida en un desatado triunfalismo.
"?Ol¨¦!" y "?torero!", gritaba el sector y desde otros sectores les dec¨ªan que no dieran la lata, que se marcharan a la discoteca. Y los toreros pegaban pases de una calidad discutible. Y por mucha benevolencia que se quisiera poner, no parec¨ªa que aquello fuera como para exaltarse tanto ni para lanzar cohetes.
Javier V¨¢zquez instrument¨® algunas tandas de redondos y naturales aut¨¦nticamente primorosas -los afarolados o los molinetes o los pases de pecho con que las remat¨® tambi¨¦n fueron bellos-, s¨®lo que no ligaba los pases. No ligar es la moda, ya se sabe. Es la moda pret-¨¢-porter. Resulta mucho m¨¢s c¨®modo quitarse de en medio que aguantar la embestida siguiente; no digamos embarcarla ganando terreno, que es la esencia del toreo.
Los pases de El Cordob¨¦s -se incluye el salto de la rana- tampoco iban ligados y no le sal¨ªan bellos. El Cordob¨¦s se pon¨ªa a pegar derechazos como si le hubieran dado cuerda. Deber¨ªa haber un l¨ªmite para los derechazos. Cada torero tendr¨ªa su cupo por corrida (podr¨ªa ser por temporada) y, si se pasaba, desterrado a Fuerteventura. En fin: llega a ser por la constataci¨®n que Javier V¨¢zquez ha vuelto plenamente recuperado, y uno no sabr¨ªa explicar qu¨¦ pintaba un jueves tragando polvo y pasando calor en la plaza de toros de Segovia.
Babelia
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