Defensa, ataque y a ver qu¨¦ pasa

Den Bosch. Simplificando, el Tour se reduce a cuatro equipos -tres con director espa?ol y uno italiano-, siete corredores y tres estrategias. Y sin poner en duda la sinceridad de quienes cuentan lo que han dise?ado, ¨¦stas var¨ªan simplemente entre el juego de ataque y el de defensa, sin apenas centrocampismo. Ciclismo antiguo contra ciclismo moderno, para seguir la terminolog¨ªa de moda.Defensa. La practicar¨¢, evidentemente, quien defiende el t¨ªtulo. Indur¨¢in y el Banesto trabajar¨¢n para frenar los sobresaltos, para que nada les haga romper con la l¨ªnea consabida: evitar los accidentes en las etapas llanas, dar s¨®lo cuerda a los escapados consentidos en las de media monta?a, atar corto a los que crea sus rivales en las de alta monta?a, poniendo en juego toda su capacidad para que sean los otros los que sucumban, y marcar las diferencias en las cronometradas. Los gregarios, para acompa?arle hasta donde puedan.

Ataque. No es s¨®lo una t¨¢ctica necesaria, sino inevitable, la marca de f¨¢brica del ONCE, el estilo que ha elevado al equipo de Manolo Saiz a los altares del ciclismo moderno. Organizar batallas donde y cuando se - pueda. Dicho as¨ª, suena a tormenta diaria, pero mirando el mapa, las oportunidades de alcanzar el Vaticano por esta v¨ªa -su coronaci¨®n ser¨¢ ganar el Tour- se restringen. En las varias etapas de alta monta?a la cuesti¨®n es m¨¢s de fuerzas que de t¨¢ctica, en las contrarreloj es simplemente uno contra uno y en las de me dia monta?a -las ideales, publicitadas y mitificadas desde el asunto de Mende- en trar¨¢n en liza m¨¢s equipos, las alianzas y la costumbre que se ha instalado esta temporada en el pelot¨®n: todos a la espera de que el ONCE haga su carrera. Se ver¨¢n sometidos al vac¨ªo estrat¨¦gico.

A ver qu¨¦ pasa (1). La fractura generacional la asume el Mapei. Tony Rominger gusta definirse como ciclista antiguo. Cuando las fuerzas no est¨¢n frescas, la experiencia y la astucia las suplen. As¨ª, anuncia un lugar en la barrera, en la primera fila del ring. Que se peguen ellos, que yo pondr¨¦ el cazo. Una postura peligrosa para el Banesto, para el ONCE y para ¨¦l mismo. Puede ser aliado circunstancial de cualquiera de los dos rivales y, al mismo tiempo, quedarse con nada, con un puesto en el podio. Sufrir¨¢ para intentar ganar, pero no sufrir¨¢ si no gana. Olano, en las mismas. Dado que no saben si el papel de protagonistas les reportar¨¢ beneficios, no habr¨¢ ning¨²n desgaste in¨²til.

A ver qu¨¦ pasa (2)

Berzin anda mejor que en el Giro, Gotti estar¨¢ ah¨ª en la monta?a, pero no las tenemos todas con nosotros. La posici¨®n de observadores privilegiados que quieren tomar los del Gewiss ser¨¢ diferente a la del Mapei. Har¨¢n lo mismo que en el Giro: al principio, la b¨²squeda de triunfos parciales v¨ªa Zanini o peque?as escapadas, y en la ¨²ltima semana, dar v¨ªa libre a su tropa en pos de la general. Como Gotti en el Mortirolo: buscar¨¢n que alguien dependa. de sus favores si contin¨²an viendo inabordable a Indur¨¢in.