Gozalo.

Sinceramente, la noticia que m¨¢s me import¨® ayer en los diarios fue la destituci¨®n de Juan Manuel Gozalo como jefe de deportes de Radio Nacional. Me importa poco la jerarqu¨ªa y no se trata de su p¨¦rdida Jer¨¢rquica o cosas as¨ª. Se trata de nuestras vidas. No he conocido en a?os y a?os de periodismo deportivo radiof¨®nico un tipo tan trabajador, vocacional y brillante. Como conozco los achaques de la edad, ¨¦l es un tit¨¢n. No puede ser que haya perdido el cargo por falta de pasi¨®n, de entrega o de musculatura profesional. Acaso s¨ª por su genio m¨¢s crecido. Pero sin la voz de Gozalo en la cl¨¢sica Radiogaceta de los deportes, no s¨®lo hemos perdido radio, nos quedamos con algo menos de deporte en ste instante.Tiene Gozalo una inclinaci¨®n por Clemente que nunca he compartido, pero nunca, ni a¨²n as¨ª, he desconectado. Cuando ha tenido que dar palo a los desmanes del entrenador no lo ha dudado, y sus amigos de la Federaci¨®n siempre recibieron las preguntas que a los aficionados nos interesaban. Cada uno de sus editoriales vespertinos, al comienzo del programa, han sido piezas de tensi¨®n period¨ªstica a la que no les faltaba ni les sobraba nada. Sobre iodo no les faltaba raz¨®n. Su t¨¢ndem con el magn¨ªfico I?aki Cano ha constituido una conjunci¨®n de audacia, seriedad y periodismo de tan alta calidad que con raz¨®n su ausencia nos deja empobrecidos., Ya s¨¦, por los compa?eros, lo que le ha pasado a la autoridad por la cabeza pacificadora. Pero a nosotros, los aficionados, nos ha volado la cabeza, y con ella, la potencialidad de atenci¨®n y la ilusi¨®n de darle al interruptor hasta la emisora. De repente, nos han interrump¨ªdo. Han irrumpido en nuestra zona, de amor, y eso fastidia. No ha sido una operaci¨®n del PP la cosa de despepitarnos. Pero se siente por todos, de todos modos.