Las instituciones forales nunca investigaron graves ilegalidades detectadas en la adjudicaci¨®n de obras

La C¨¢mara de Comptos de Navarra, ¨®rgano fiscalizador de esta comunidad equivalente al tribunal de cuentas, denunci¨® en 11 informes iniciados en julio de 1992 las grav¨ªsimas irregularidades e ilegalidades con que el Gobierno del socialista Gabriel Urralburu, en el que ejerc¨ªa como consejero de Obras P¨²blicas Antonio Arag¨®n hab¨ªan venido adjudicando y pagando entre 1987 y 1991 grandes obras p¨²blicas. Estas adjudicaciones sirvieron de base para la red del cobro de comisiones ilegales que, a?os despu¨¦s, el 1 de diciembre de 1995, llevar¨ªa a prisi¨®n a ambos ex mandatarios.

Urralburu y Arag¨®n est¨¢n acusados de un presunto delito continuado de cohecho. Pero el asunto fue m¨¢s lejos. Hace dos semanas desemboc¨® en la dimisi¨®n como jefe del Gobierno foral del tambi¨¦n socialista Javier Otano, al descubrirse que manten¨ªa una cuenta corriente secreta en Suiza.Pese a los informes de la C¨¢mara de Comptos, los grupos del Parlamento navarro demostraron escaso celo en la investigaci¨®n de las irregularidades, que acabar¨ªan en sonado esc¨¢ndalo y una grave crisis pol¨ªtica.

El trabajo de los 30 profesionales que integran la C¨¢mara de Comptos, presidida por Francisco Javier Tu?¨®n, puso de manifiesto, mucho antes de que estallase la denominada trama navarra del caso Rold¨¢n, el despilfarro de millones sin justificar y la vulneraci¨®n sistem¨¢tica de las leyes de contrataci¨®n.

Tambi¨¦n sac¨® a la luz, con datos concretos, la absoluta arbitrariedad con que el Gobierno de Navarra, en manos del PSOE adjudicaba grandes proyectos como la autov¨ªa Pamplona-San Sebasti¨¢n, la Ronda Este de Pamplona o la construcci¨®n de las instalaciones de la nueva Universidad P¨²blica de Navarra. M¨¢s a¨²n, se?alaron que todo apuntaba a un clima de corrupci¨®n que nadie parec¨ªa interesado en aclarar.

Un Gobierno de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), formaci¨®n de la derecha regionalista m¨¢s conservadora, federada con el Partido Popular, sustituy¨® en 1991 a los dos gabinetes de Urralburu, pero nunca investig¨® las denuncias de la C¨¢mara de Comptos.

El Parlamento de Navarra conoci¨® todos los informes, pero s¨®lo una vez, con ocasi¨®n del documento sobre las irregularidades de la Ronda Este de Pamplona, llam¨® a comparecer al responsable del organismo fiscalizador de las cuentas p¨²blicas para obtener una informaci¨®n m¨¢s exhaustiva de la situaci¨®n.

Reacci¨®n tard¨ªa

El legislativo navarro nunca se puso de acuerdo para exigir responsabilidades por las anomal¨ªas detectadas y s¨®lo en la primavera de 1994, cuando el esc¨¢ndalo Rold¨¢n hab¨ªa saltado ya a la luz, form¨® una comisi¨®n para determinar si hab¨ªa existido trato de favor en Navarra hacia las empresas Huarte e Hispanoalemana. El tiempo ha permitido averiguar que el trato de favor fue id¨¦ntico para todas las constructoras que pagaron comisiones.Fue tambi¨¦n entonces cuando el Gobierno de UPN decidi¨® prestar algo de atenci¨®n a la C¨¢mara de Comptos y, en virtud de sus recomendaciones, aprob¨® un paquete de medidas para dar transparencia a las adjudicaciones y controlar el gasto. La fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia de Navarra no fue tampoco ajena a la solitaria traves¨ªa del desierto del ¨®rgano fiscalizador.

El juez Juan Manuel Fern¨¢ndez, verdadero descubridor de la trama del cobro de comisiones en la comunidad foral, solicit¨® hace m¨¢s de un a?o a la C¨¢mara de Comptos sus informes sobre aquellas obras. Alguno de ellos hab¨ªa sido enviado a?os antes a la fiscal¨ªa, donde durmi¨® el sue?o de los justos.

"La inhibici¨®n de los funcionarios es el caldo de cultivo de los corruptos", ha se?alado Tu?¨®n meses despu¨¦s de que toda la c¨²pula del departamento de Obras P¨²blicas en la etapa socialista declarase ante el juez que los informes t¨¦cnicos y los baremos de aquellas obras eran un simple juguete cambiante, obediente siempre a las ¨®rdenes de adjudicaci¨®n previamente dictadas por Arag¨®n.

Nadie lo denunci¨® nunca. Cuando Francisco Tu?¨®n tom¨® posesi¨®n de su cargo, el 24 de enero de 1992, anunci¨® que su primer objetivo ser¨ªa "evitar que la aplicaci¨®n de las normas excepcionales en la contrataci¨®n fuera lo habitual".

Dicho y hecho. Su instituci¨®n se puso manos a la obra y apenas unos meses despu¨¦s emiti¨® su primer informe fiscalizador, el relativo a uno de los grandes anillos de circunvalaci¨®n de Pamplona, adjudicados por el departamento de Obras P¨²blicas que dirig¨ªa Arag¨®n.

El resultado era inquietante: la Ronda hab¨ªa costado 3.193 millones m¨¢s de lo previsto. Es decir, un 57% por encima del precio de adjudicaci¨®n que Agroman, Cubiertas y Mzov y Hasa se hab¨ªan comprometido a gastar. Las desviaciones de gasto superaban el 60% y nadie hab¨ªa pedido explicaciones, sin olvidar una peligrosa e irregular apertura al tr¨¢fico el 28 de abril de, 1991 por razones de proximidad de la campa?a electoral.

En junio de 1993 se present¨® el informe de fiscalizaci¨®n sobre la autov¨ªa de Leizar¨¢n entre Navarra y Guip¨²zcoa, una de las obras de las que se obtuvieron sustanciosas comisiones que fueron a parar a la contabilidad suiza de Rold¨¢n. La carretera hab¨ªa costado en su tramo navarro 36.010 millones en aquel momento, un 138% m¨¢s de lo previsto, que era 15.118 millones.