A la torre del reloj de Sol le llega su hora
A la torre m¨¢s popular de Espa?a, la que sirve de morada al reloj de la Puerta del Sol, le ha llegado su hora final: ser¨¢ derribada dentro de 15 d¨ªas, seg¨²n la consejer¨ªa de Obras P¨²blicas y Transportes.La torre estaba herida de muerte, dicen los t¨¦cnicos, y caer¨¢ irremediablemente para ser sustituida por otra nueva, a su imagen y semejanza.
Para acometer esta obra se tuvo que parar, el pasado 17 de mayo, la maquinaria del reloj m¨¢s televisado. Su cuidador, Vicente Rodr¨ªguez, la desmont¨® para reparar y limpiar las piezas de mayor deterioro. Entre ellas, la bola, que se encuentra "da?ada y parcheada", seg¨²n el informe elaborado por el Gobierno regional.
El primer proyecto de reforma del edificio de la Puerta del Sol, antigua Casa de Correos y hoy sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, fue socialista.
Pero el Gobierno de Joaqu¨ªn Leguina no se atrevi¨® a emprender la obra por su alto coste. Eran tiempos de austeridad, y los mensajes de alarma sobre el estado del inmueble, que reiter¨® el arquitecto Ram¨®n Valls, autor del dise?o de la reforma, no fueron suficientes. Los xil¨®fagos (insectos que devoran la madera) y la humedad segu¨ªan atacando peligrosamente la estructura de la ¨²ltima planta del edificio.
Los arquitectos regionales calcularon que har¨ªan falta 2.500 millones para curar un edificio lleno de achaques.
En la rehabilitaci¨®n proyectada en 1994 tan s¨®lo se pensaba retrasar 80 cent¨ªmetros la torre de reloj, para situarla sobre los pilares del edificio principal y as¨ª fijarla definitivamente.
Pero cuando el nuevo Gobierno regional, del PP, aprob¨® el gasto de la reforma y se iniciaron las obras (en diciembre pasado), los arquitectos descubrieron que no era suficiente.
Los deficientes elementos con que se construy¨® la torre y el sistema de transmisi¨®n de cargas provocaron anomal¨ªas graves. Y lo peor: "En el caso de esfuerzos din¨¢micos (viento, obra, metro ... ) podr¨ªa acarrear situaciones peligrosas". De paso, descubrieron fisuras en los muros del minarete que "parec¨ªan indicar un movimiento de la torre en direcci¨®n Noroeste".
La soluci¨®n adoptada para evitar que la torre acabar¨¢ cayendo fue construir una estructura nueva "que transmitiera adecuadamente las cargas horizontales y verticales". Y para eso optaron por "la demolici¨®n de la torre actual y posterior reconstrucci¨®n con la misma posici¨®n y apariencia externa".
Obras P¨²blicas garantiza que la torre del reloj estar¨¢ lista para la noche de fin de a?o. As¨ª, la Casa de Correos, construida entre 1766 y 1768, recibir¨¢ su primera revisi¨®n en profundidad. Carlos III encarg¨® la obra al arquitecto franc¨¦s Jaime Marquet pes¨¦ a que Ventura Rodr¨ªguez trabaj¨® en el proyecto entre 1756 y 1760. Como Casa de Correos y sin torre del reloj aguant¨® el edificio hasta 1847.El Ministerio del Interior lleg¨® despu¨¦s, y con ¨¦l, los polic¨ªas, que ocuparon el inmueble hasta 1991. Fue la sede de la Direcci¨®n General de Seguridad (DGS). En 1985, el socialista Joaqu¨ªn Leguina traslad¨® la presidencia de la Comunidad de Madrid desde la calle de Miguel ?ngel hasta este Inmueble, que ocup¨® parcialmente hasta que, seis a?os despu¨¦s, consigui¨® el desalojo definitivo de la polic¨ªa.
Al edificio del siglo XVIII se le coloc¨® una torre un siglo despu¨¦s. All¨ª se mont¨® el reloj el 16 de noviembre de 1866. All¨ª ha estado hasta el Pasado 27 de mayo, cuando se desmont¨® por las obras de la torre.
El estado actual del minarete -"los muros est¨¢n muy fisurados, -no se pueden recup¨¦rar", explica Amalia Castro- es irrecuperable. El problema es menor: "La torre no forma parte del edificio original", dice Castro.
La nueva obra es sencilla: "Se ha hecho un andamiaje estructural con un montaje que permite consolidar la torre desde abajo hasta arriba. Ahora estaba mal apoyada", se?ala la directora general de Arquitectura. La reconstrucci¨®n de la torre se har¨¢ con "id¨¦nticos materiales a los que se utilizaron originalmente".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.