Lenguas
El presidente de la Generalitat de Catalu?a pide respeto y reflexi¨®n acerca del hecho diferencial catal¨¢n. Creo que tiene raz¨®n. Hace pocos d¨ªas un senador catal¨¢n independentista trataba de hablar en el Pleno del Senado en su lengua; el presidente se lo impidi¨®. Al parecer, y legalmente, se considera extra?o que en la C¨¢mara de representaci¨®n territorial se disputen cuestiones espa?olas en una lengua distinta del castellano, aunque sea cooficial en alguna regi¨®n.En el Parlamento catal¨¢n, como es obvio, s¨ª se puede usar el castellano pero, al parecer, ello no ocurre casi nunca y la inmensa mayor¨ªa de los parlamentarios se expresan en catal¨¢n. Sin duda se piensa que, para disputar cuestiones catalanas,- el castellano no es lengua adecuada.- Parece que esta(relativa) simetr¨ªa de rechazos merece una (relativamente) sim¨¦trica reflexi¨®n.
Y as¨ª, ?para cu¨¢ndo entender, de una vez, que el catal¨¢n, el vasco o el gallego son "otras lenguas espa?olas", como dice el art¨ªculo 3.2 de la Constituci¨®n? No lenguas de otras nacionalidades, sino lenguas espa?olas. Pero tambi¨¦n viceversa, se?or Pujol, ?para cu¨¢ndo entender que el castellano es una lengua catalana, "otra" de las lenguas de Catalu?a, utilizada por muchos catalanes? ?Para cu¨¢ndo entender que es eso, y no otra cosa, lo que objetivamente nos dir¨ªa la Constituci¨®n si pudiera hablar? Pues aludimos aqu¨ª a dos dimensiones. De una parte, a la ?nica interpretaci¨®n jur¨ªdicamenie sensata del art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n y del "respeto y protecci¨®n" que pide el 3.3 para las "dem¨¢s" lenguas espa?olas. Pero sobre todo estamos hablando de una actitud y una filosof¨ªa pol¨ªtica que quiz¨¢s podr¨ªa resumirse en cuatro sencillas ideas.
La primera es que si los espa?oles todos no consideramos que la lengua catalana, y su cultura y literatura, son lengua, cultura y literatura espa?olas, estamos expuls¨¢ndolas y haciendo de ellas bandera de quien quiera sacarles provecho en contra nuestra. No s¨®lo nos autoamputamos in¨²tilmente rechazando un valioso legado y tradici¨®n que es nuestro; adem¨¢s damos armas a nuestros enemigos.
La segunda, se?or Pujol, es que si los catalanes, vascos o gallegos que acostumbran a expresarse en sus propias lenguas no consideran que la lengua castellana, su cultura y su literatura, son tambi¨¦n lengua, cultura y literatura catalanas, vascas o gallegas, est¨¢n tambi¨¦n expulsando de s¨ª mismos no s¨®lo algo que podr¨ªa serles propio, sino mucho que les es originalmente propio (por ejemplo, -toda la literatura catalana, vasca o gallega escrita, antes o ahora, en castellano), de modo que se autoamputan en mayor medida a¨²n y, por supuesto, le dan armas a sus enemigos, entre los que, por cierto, no me encuentro.
La tercera idea es que un mismo proyecto pol¨ªtico nacional puede manifestarse en lenguas diversas, de modo que nada impide (y casi todo exige) que el proyecto nacional espa?ol se exprese en variadas lenguas y, como m¨ªnimo, en las que son constitucionalmente cooficiales con el castellano. ?0 es que por hablar catal¨¢n se deja de ser espa?ol, no s¨®lo de pleno derecho sino visceralmente? Por supuesto, otro tanto podr¨ªan decir (y deber¨ªan decir, se?or Pujol) quienes impulsan el proyecto nacional catal¨¢n respecto de la lengua castellana pero, en todo caso, ese s¨ª es su problema, no el m¨ªo.
Y cuarta y ¨²ltima -corolario de la anterior- es que proyectos pol¨ªticos diversos pueden tambi¨¦n expresarse en la misma lengua, de modo que su unidad en absoluto presupone una identidad de proyecto nacional. Y as¨ª (pero s¨®lo as¨ª) puede entenderse que la lengua valenciana sea catal¨¢n, pero su uso nada tiene que ver con el proyecto nacionalista catal¨¢n y s¨ª, y mucho, con el espa?ol, algo sobre lo que nuestros amigos catalanes tambi¨¦n deber¨ªan reflexionar.
En resumen, ni la lengua hace a la naci¨®n ni ¨¦sta hace al Estado, y si Espa?a es hoy una sociedad plurinacional y pluriling¨¹¨ªstica, Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco o Galicia lo son en mayor medida a¨²n. Reflexionemos pues.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.