El duende de 'Lucille'
El p¨²blico se rindi¨® anoche a la inspiraci¨®n de B. B. King y Raimundo Amador
Volvieron a demostrarlo. Ante 4.000 espectadores y un recinto que vibraba al grito de "?rey, rey!", el legendario bluesman y el duende del flamenco lograron de nuevo un c¨®ctel explosivo hecho de magia e improvisaci¨®n. Hab¨ªa expectaci¨®n y no defraudaron. Media hora antes del inicio del concierto, j¨®venes y no tan j¨®venes se agolpaban a la entra da del cuartel Conde Duque a la espera de un espect¨¢culo que promet¨ªa. "Venimos a ver a B. B. porque es ¨²nico", comentaba un grupo. "Cuando estos dos se suben a un escenario, lo que sale de ah¨ª puede ser brutal". No faltaron caras de disgusto cuando se colg¨® el cartel de "no hay localidades". Y hubo explosi¨®n. Cuando el m¨ªtico rey sali¨® a escena todo se vino abajo. No estaba solo. Le acompa?aba Lueille, su legendaria guitarra, un tributo tan negro como ¨¦l con el que el hombre de Misisip¨ª quiso inmortalizar a la mujer por la que casi perdi¨® la vida, all¨¢ por los a?os cincuenta. Temas cl¨¢sicos y temas de su nuevo ¨¢lbum, How blue can you get, marcaron un recorrido por 30 a?os de versiones en directo en el que no faltaron los in¨¦ditos.Ataviado con un traje color malva p¨²rpura, no s¨®lo era su chaqueta lo que brillaba. Al grito de "?hey, hey!", arrebatado y distendido, B. B. King se entreg¨® a la fuerza del directo. Acompa?ado por los saxos de Walter King y Melvin Jackson, por la trompeta de James Bolden, y la guitarra de Leon Warren, fue trenzando un juego de seducci¨®n que combinaba el blues m¨¢s tradicional con las filigranas del jazz-swing.
Un p¨²blico rendido al espect¨¢culo segu¨ªa con palmas cada una de las canciones: I'm a bluesman o Sweet loren fueron de las m¨¢s celebradas. Rozando la medianoche, ovaci¨®n un¨¢nime en el Conde Duque. Quienes hab¨ªan aprovechado para ir a refrescar las gargantas con un par de cervezas corrieron en desbandada cuando notaron que sub¨ªa la temperatura del auditorio. Recibido con. las manos en alto por el p¨²blico madrile?o, y al grito de "?fant¨¢stico, fant¨¢stico!" que le brindaba el rey del blues, Raimundo Amador sub¨ªa al escenario con su habitual sonrisa p¨ªcara sobre su perilla.
Coraz¨®n e improvisaci¨®n. B. B. y Raimundo, un d¨²o tan dispar como compenetrado, convencieron del todo a los que aun no se cre¨ªan que flamenco y blues pueden ser manjares del mismo plato. Unidos por un mismo cord¨®n umbilical llamado duende, el hombre de Indionala y el ex Pata Negra sevillano dejaron claro que los dos proceden del mismo lugar cuando se trata de subir a un escenario: del Sur de la inspiraci¨®n que ayer premi¨® a Madrid con m¨¢s de dos horas de m¨²sica en may¨²sculas.
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