Paro recalcitrante
Triste paradoja es que sociedades de colocar sat¨¦lites en el espacio y de investigar la estructura del genoma humano, no sean capaces de ofrecer puestos de trabajo a cuantos los buscan. Espa?a destaca entre los pa¨ªses con una alta proporci¨®n de parados, en el marco de una Europa que tampoco acierta a reducir el n¨²mero de sus trabajadores sin empleo.La cifra de reducci¨®n del paro registrado en Espa?a durante el mes de junio en 33.149 personas es halag¨¹e?a, pero contra la vana esperanza de una curaci¨®n milagrosa militan:
- El alto porcentaje de parados respecto de la poblaci¨®n activa, variamente estimado desde un 14% hasta un 21%.
- La baja proporci¨®n de la poblaci¨®n activa respecto de la poblaci¨®n espa?ola total, la tercera m¨¢s baja de la OCDE.
- Lo exiguo de la contrataci¨®n fija, como lo indica el que en el mes de junio de 1996, de 692.714 contratos nuevos, s¨®lo unos 26.000 fueran fijos.
- Y la intensa renovaci¨®n de contratos, nada menos que 700.000 nuevos al mes, s¨ªntoma de una legislaci¨®n laboral defectuosa y causa de incertidumbre y altos costes de contrataci¨®n.
La opini¨®n p¨²blica est¨¢ en efecto confusa por ser tan dispares las cifras de paro suministradas por las distintas estad¨ªsticas. Las cifras mensuales (14,15% en junio de 1996) reflejan los registrados como buscadores de empleo en el Inem. Las cifras trimestrales, mucho m¨¢s altas, de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), (22,9% en el primer trimestre de 1996), se construyeron sobre la base de quienes hayan contestado que trabajaron menos de un d¨ªa en la semana anterior a la encuesta. Se utilizan tambi¨¦n otras estad¨ªsticas, como los cotizantes a la Seguridad Social, o los que declaran ingresos de trabajo al fisco: estas dos ¨²ltimas formas de medir el paro arrojan una proporci¨®n intermedia entre la cifra del Inem y la estimaci¨®n de la EPA. Por un lado, parecer¨ªa ser la cifra mensual del Inem la m¨¢s fiable. Pero habr¨ªa que aumentarla con los sin duda bastantes parados que no quieren inscribirse en las oficinas de empleo; disminuir¨ªa con los muchos falsos parados que trabajan en la econom¨ªa sumergida; y ponderarla en funci¨®n de lo baja que es nuestra poblaci¨®n activa comparada con nuestra poblaci¨®n en edad de trabajar.
Nuestra poblaci¨®n activa es baja entre otras cosas porque muchas mujeres no se molestan en entrar en el mercado de trabajo, hasta que ven que aumenta el empleo y empiezan a buscar un puesto, con lo que se da a menudo la paradoja de que suben el empleo y el paro juntos.
Lo inflado del n¨²mero de contrataciones s¨®lo puede interpretarse como se?al de que los empresarios buscan la flexibilidad de plantillas con el abuso de la figura del contrato temporal, huyendo de la alta indemnizaci¨®n por despido. Una poblaci¨®n activa (parados m¨¢s empleados) de casi 16 millones de personas suscribe 8.400.000 contratos de trabajo al a?o.
El enquistamiento del paro es una dolencia de toda la Uni¨®n Europea, con excepci¨®n del Reino Unido, donde Margaret Thatcher reform¨® las leyes laborales y sindicales con visi¨®n de gran estadista. Los enemigos de un mercado de trabajo m¨¢s libre son capaces de mentir por sabotear la reforma necesaria. Dicen por ejemplo que EE UU est¨¢ en situaci¨®n de pleno empleo porque all¨ª se crean "empleos basura" reduciendo los salarios reales. Primero, hay que ver si no es mejor la formaci¨®n pr¨¢ctica en el trabajo que la decadencia humana en el paro. Segundo, son nueve millones de puestos nuevos en los ¨²ltimos tres a?os, frente a un mill¨®n en la UE. Tercero, el fallecido secretario de Comercio de EE UU, Ron Brown, indic¨® el pasado mes de abril que la gran mayor¨ªa de los nuevos puestos all¨ª obtienen salarios de un 14 a un 17% m¨¢s altos que la media.
Se?or Arenas, supere usted su amor por los planes de empleo rural y reconozca que tiene raz¨®n el se?or Pujol al decir que el contrato de trabajo tendr¨ªa que ser indefinido, con una indemnizaci¨®n por despido mucho m¨¢s baja.
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