Polic¨ªas, soldados y tanquetas devuelven a Belfast las escenas de los peores a?os del conflicto
Belfast recuper¨® ayer la fisonom¨ªa siniestra de los a?os del conflicto. Un paisaje de calles cortadas por tanquetas del Ej¨¦rcito y la pol¨ªc¨ªa y decenas de soldados en uniforme de combate desplegados en puntos estrat¨¦gicos. La disuasoria presencia militar permiti¨® que el desfile de la Orden de Orange discurriera sin incidentes a lo largo de Ormeau Road, un ¨¢rea cat¨®lica al sur de Belfast, y que la m¨¢xima festividad unionista, el 12 de julio, se celebrara sin problemas. Gerry Adams, l¨ªder del Sinn Fein, partido que representa al IRA, declar¨® ayer: "El proceso de paz est¨¢ en ruinas".
El alba hab¨ªa dejado atr¨¢s la quinta noche de violencia consecutiva en el Ulster, con tres polic¨ªas heridos de bala en tiroteos dispersos en el norte de Belfast. Fueron los incidentes m¨¢s graves de los ¨²ltimos 27 a?os en Londonderry, seg¨²n fuentes policiales. Era la resaca de la ira desatada entre los cat¨®licos por la autorizaci¨®n el jueves de un desfile protestante en Portadown, en la que sectores nacionalistas ven la mano del Gobierno brit¨¢nico.Los residentes de Lower Ormeau Road acogieron con silbidos y abucheos el desfile de las, agrupaciones de la Orden de Orange que atravesaron la calle rumbo al centro de Belfast a primera hora de la ma?ana. Una abrumadora presencia policial y militar evit¨® que el rechazo de la comunidad cat¨®lica se expresara m¨¢s contundentemente, tal como ocurri¨® en todo el Ulster la noche del jueves y la madrugada de ayer, cuando la polic¨ªa lleg¨® a actuar hasta en las dependencias de urgencias de un hospital en Londonderry. En una org¨ªa de violencia nacionalista, se arrojaron 900 c¨®cteles molotov contra autobuses, coches y camiones. El n¨²mero de heridos super¨® el medio centenar. En el norte de Belfast se registraron, no obstante, los incidentes m¨¢s graves. Tres polic¨ªas, dos de ellos en Ardoyne, y un tercero en el distrito cat¨®lico de New Lodge Road, resultaron heridos de bala en un tiroteo. El n¨²mero dos del Sinn Fein, Martin McGuinness, reclamaba calma.
La ira de la comunidad cat¨®lica nacionalista (el 40% del mill¨®n y medio largo de los habitantes del Ulster), no afect¨®, sin embargo, al desarrollo de los desfiles de ayer, salvo en casos espor¨¢dicos. A lo largo de todo el d¨ªa, Belfast estuvo envuelta en el clamor de los tambores y los sones militares desgranados por las decenas de bandas de m¨²sica que acompa?an a las distintas agrupaciones de la protestante Orden de Orange. Los pendones de la agrupaci¨®n denominada Aprendices de Ballynafeigh atravesaron a primera hora de la ma?ana el escenario m¨¢s hostil de la capital norirlandesa, Ormeau Road. Desde la noche anterior, el ej¨¦rcito y la polic¨ªa hab¨ªan bloqueado con sus tanquetas y unidades de a pie los accesos a este distrito del sur de Belfast. La ciudad desierta, bajo una lluvia inclemente, volvi¨® a recobrar la amarga fisonom¨ªa de los tiempos del conflicto.
En Queen Victoria Street, los, escaparates de algunos restaurantes de lujo aparec¨ªan tapiados con planchas de madera. Otros establecimientos se limitaron a echar el cierre, como es tradicional en el aniversario de la batalla de Boyne, en 1690, cuando el rey protestante Guillermo III derrot¨® al cat¨®lico Jaime II. Es lo normal en el puente del 12 de julio, cuando el Ulster se paraliza en una fiesta antigua de afirmaci¨®n nacional de la identidad brit¨¢nica, cada vez peor acogida por los sectores cat¨®licos.
Los dos ¨²ltimos a?os, a medida que el proceso de paz se iba asentando, los norirlandeses que se reclaman herederos de una cultura irlandesa han ido presionando para que estas demostraciones de supremac¨ªa protestante, no discurran por sus barrios.
Dominaci¨®n pol¨ªtica
Tras los sucesos del a?o pasado, cuando Portadown se convirti¨® en la manzana de la discordia, los residentes de Garvaghy Road han intentado evitar que el desfile recorriera de nuevo su calle. No lo han conseguido y ayer el primado cat¨®lico de Irlanda, cardenal Cahal Daly, declar¨® que lo ocurrido en Portadown el jueves es la demostraci¨®n "de la dominaci¨®n pol¨ªtica de una comunidad sobre otra". No eran las primeras declaraciones graves pronunciadas por el cardenal tras el triunfal desfile de los orangemen. Cahal Daly habl¨® de "capitulaci¨®n" de las fuerzas del orden, mientras Londres callaba. Ayer, el primer ministro brit¨¢nico, John Major, rompi¨® su silencio para defender la decisi¨®n de Hugh Annesley, jefe de la polic¨ªa del Ulster, y calificar de "absurdas" las declaraciones de Gerry Adams. "Es absurdo sugerir que el proceso de paz est¨¢ en ruinas, a menos que haya personas dispuestas a arruinarlo", afirm¨®. "La misi¨®n de la polic¨ªa es evitar que haya riesgo para las vidas humanas", a?adi¨® Major, que horas antes hab¨ªa recibido las quejas de su hom¨®logo irland¨¦s, John Bruton, en una conversaci¨®n telef¨®nica.Al caer la tarde, las formaciones de la Orden de Orange regresaron a sus sedes en diferentes barrios de Belfast por el mismo camino que hab¨ªan salido. Extenuados, pero repletos de euforia brit¨¢nica, m¨²sicos y figurantes, muchos de ellos con varias cervezas de m¨¢s, recibieron los ¨²ltimos aplausos de la jornada. Las celebraciones del 12 de julio hab¨ªa terminado sin problemas, pero al final de la jornada, la distancia que separa a las dos comunidades de Irlanda del Norte parec¨ªa un poco m¨¢s grande y el camino hacia la reconciliaci¨®n y la concordia mucho m¨¢s largo.
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