Madurando al sol
?Bonita? Ha hecho sol y eso, el paisaje no estaba mal, todos esos volcanes, pero la velocidad con que hemos corrido la etapa no ha sido tan bonita para nosotros: en los primeros 70 kil¨®metros hemos andado a m¨¢s de 49 kil¨®metros por hora de media. Nos han gustado unas cuantas cosas. Hemos visto que en el Telekom flojean casi todos menos Ullrich. Ya en el descenso del puerto de cuarta, observamos que Riis se quedaba atr¨¢s. Miguel entonces nos mand¨® tirar para hacerles trabajar. Gracias a eso logramos meter a Orlando en el corte que se hizo. Los telekom a trabajar m¨¢s. De eso se trataba. Han tenido que fajarse un poco, con lo que conlleva eso, todo el desgaste que sufren con tanto puerto.
Despu¨¦s del segundo sprint intermedio, nosotros nos hemos puesto en cabeza a llevar la carrera. Sab¨ªamos que se estrechaba la carretera y era importante tirar porque ser¨ªa m¨¢s probable poder hacer una selecci¨®n. Yo conoc¨ªa bien toda la etapa. Con el coche hace un mes ya la hicimos, y sacamos la media de hoy, 43. Sab¨ªamos que hab¨ªa terreno, sobre todo desde el Saint Anstaise. Pero entonces s¨ª que hac¨ªa un calor agobiante.
Quiz¨¢s por el pinchazo de Miguel -le tuve que dejar yo mi rueda delantera-, no he podido yo rematar mi faena. Me cost¨® volver a entrar en el pelot¨®n despu¨¦s de la reparaci¨®n y pagu¨¦ el esfuerzo en el comienzo del puerto. Estaba previsto que entonces tirara yo, pero Jim¨¦nez, que era el ¨²ltimo cartucho, estaba un poco nervioso por la responsabilidad. Pensaba que no iba a dar el punto. "Venga, Arri, que lo hago yo", me dijo cuando me tocaba a m¨ª y se puso delante. Empez¨® a tirar con fuerza, pero con excesiva violencia y se qued¨® solo. Sin embargo, el asunto no ha sido tan importante: Miguel no se habr¨ªa quedado solo delante porque ten¨ªamos a Orlando escapado. L¨¢stima que no haya podido ganar la etapa. Habr¨ªa sido una buena compensaci¨®n.
Miguel ha estado muy bien. En todo momento se ha dejado llevar por un Riis que ha estado a la defensiva. El l¨ªder no quiere dejar moverse a nadie de entre los primeros y por eso sali¨® a los saltos de Leblanc y Virenque. Sabe que aunque parezca que est¨¢n lejos le pueden ir cogiendo dos minutos hoy, otro ma?ana y as¨ª. Y sin darse cuenta tenerlos encima. A nosotros eso nos viene muy bien: cuantos m¨¢s intentos haya contra ¨¦l, mejor, m¨¢s se desgasta. Se le ha visto tranquilo a Miguel. Ha sido, en el fondo, otra etapa de observaci¨®n. Estamos madurando con este sol, muy bueno y agradable para la carrera, pero no una chicharra agobiante.
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