VUELTO A LA VIDA

Eva Unger, una pensionista de la ciudad sueca de Furudal, en Dalarna, se qued¨® un tanto sorprendida cuando la semana pasada recibi¨® un aviso del correo local por el que se la invitaba a pasar a cobrar un giro de 24.000 coronas (unas 400.000 pesetas) por concepto de pensi¨®n de viudedad. La sorpresa estaba justificada ya que Sven Unger, su marido de toda la vida y presunto difunto seg¨²n el aviso, se encontraba en esos momentos cortando el c¨¦sped del jard¨ªn. Eva record¨® que hace d¨ªas hab¨ªa encontrado en el buz¨®n un reclamo de una agencia f¨²nebre que ofrec¨ªa sus servicios. Esto coincidi¨® adem¨¢s con que desde hac¨ªa dos meses Sven no recib¨ªa el importe de su pensi¨®n, una obligaci¨®n que, hasta ahora al menos, el Estado sueco cumple puntualmente. Puesta en marcha la maquinaria burocr¨¢tica para aclarar el asunto, se estableci¨® que un m¨¦dico de la localidad hab¨ªa certificado la muerte de Sven Unger en abril de 1995. Por una confusi¨®n, se hab¨ªa mezclado el n¨²mero personal de nuestro Sven con el de un primo suyo del mismo nombre, ¨¦se s¨ª fallecido de verdad. Cumplidas las diligencias del caso, Sven Unger fue eliminado del registro de los muertos y devuelto a la vida.-