Una tarde descarrilada
No est¨¢bamos en la plaza ni los cabales. For¨¢neos salpicados por aqu¨ª y por all¨¢, y los 500 aficionados fieles a los festejos veraniegos. La corrida transcurr¨ªa, durante los primeros toros, con el espect¨¢culo de las ilusiones de la terna estrelladas contra los alonsomorenos que iban saliendo al ruedo, sosos, muy flojos, distra¨ªdos y pegando tornillazos defensivos.Ra¨²l Aranda demostr¨® frente a sus dos antagonistas los recursos de su veteran¨ªa. Juan Carlos Vera abus¨® de la faena rutinaria sin tener en cuenta las condiciones de los toros. Y El Javi, que fue el que m¨¢s voluntad puso, se desesper¨® ante la invalidez de sus toros.
Pero el verdadero protagonista fue la lluvia, que se present¨® durante la lidia del cuarto. Una nube plomiza descarg¨® un leve y pertinaz calabobos. Y se produjo la desbandada.
Alonso / Aranda, Vera, Javi
Toros de Alonso Moreno, de aceptable presencia y muy flojos. 4?, 5? y 6? inv¨¢lidos.Ra¨²l Aranda: media perpendicular y descabello (silencio); estocada ca¨ªda (silencio). Juan Carlos Vera: pinchazo, estocada desprendida y descabello (algunas palmas); estocada (silencio). El Javi: pinchazo, estocada corta perpendicular y tres descabellos (silencio); dos pinchazos -aviso- y bajonazo (silencio). Plaza de Las Ventas, 14 de julio. Un tercio de entrada
A partir de ah¨ª, la corrida, que ya iba torcida, descarril¨® definitivamente. Los toreros se esforzaron en el intento de la rutinaria faena del derechazo y el natural entre el enfado del p¨²blico, exteriorizado en broncas al presidente y acompasadas palmas de tango. La corrida hab¨ªa muerto ya. La lluvia y la tozudez del palco, emperrado en mantener inv¨¢lidos en la arena, le hab¨ªan asestado media en las agujas.
Fue una pena. Los deseos y las esperanzas de los espadas quedaron mustios bajo la amenaza del cielo. El presidente, que no atendi¨® las demandas que los aficionados le enviaban a gritos, contribuy¨® a que un festejo que hab¨ªa empezado con tonos d¨¦biles terminara en un callej¨®n de enfados y mal humor.
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