El PSOE trata de forzar al alcalde de La Coru?a para que se enfrente a Fraga por la presidecia de la Xunta

El alcalde de La Coru?a y secretario general de los socialistas gallegos, Francisco V¨¢zquez, se encuentra ante el gran dilema de su carrera pol¨ªtica. Buena parte de su partido trata de forzarle a que acepte el reto de enfrentarse al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, en los comicios gallegos previstos para el pr¨®ximo a?o, el primer test electoral que habr¨¢ en Espa?a tras la llegada del PP al Gobierno. V¨¢zquez no descarta lanzarse a ese ruedo, pero al tiempo alberga muchas reticencias, ya que una ley gallega le obliga a dejar la alcald¨ªa, su gran capital pol¨ªtico, para ser candidato auton¨®mico.Las encarnizadas batallas internas de los ¨²ltimos tres a?os entre los socialistas gallegos han dado paso a una situaci¨®n de relativa calma. Vazquez, en su tiempo destacado guerrista, ha integrado en sus filas a dirigentes socialistas renovadores y acaba de nombrar vicesecretario general a la antigua cabeza visible de ¨¦stos, el portavoz en el Parlamento aut¨®nomo, Miguel Cortizo. Los dirigentes del PSOE esperan adem¨¢s sacar partido del desgaste que podr¨ªa sufrir Fraga tras las obligadas concesiones del PP a CiU. Pero los socialistas se encuentran ante un problema llacuciante", como lo define sin rodeos uno de sus dirigentes: la ausencia de una cabeza visible para oponer a Fraga. Tampoco ha desaparecido la amenaza del Bloque Nacionalista Galego (BNG), que aspira a arrebatarle la condici¨®n de segunda fuerza pol¨ªtica de la comunidad.

Las elecciones deber¨ªan celebrarse en el oto?o de 1997, aunque en las filas socialistas se cree que Fraga -pese a sus constantes negaciones- las adelantar¨¢ a la primavera de ese a?o. Un nuevo desastre del PSOE tendr¨ªa consecuencias incalculables.

En las ¨²ltimas semanas, V¨¢zquez ha escuchado numerosas voces pidi¨¦ndole que se moje. Es una decisi¨®n envenenada para el alcalde de La Coru?a, la ¨²nica capital de provincia espa?ola, junto a Girona y Barcelona, que sigue en manos del PSOE. El PP gallego elabor¨® en su d¨ªa una ley, que se niega a reformar pese a la insistencia socialista, que obliga a dimitir previamente de sus cargos a los alcaldes que quieran optar a un esca?o auton¨®mico.

V¨¢zquez correr¨ªa un enorme riesgo si acepta el envit¨¦. En el mejor de los casos para el PSOE -que Fraga perdiese su holgada mayor¨ªa absoluta-, el camino de la Xunta pasar¨ªa por una alianza con el BNG, al que V¨¢zquez se ha enfrentado siempre con contundencia.

Algunos sectores del partido pretenden que la cuesti¨®n se dilucide en un congreso a celebrar antes de final de a?o. Los que propugnan la candidatura de V¨¢zquez conf¨ªan incluso en una intervenci¨®n personal de Felipe Gonz¨¢lez para convencerle.