Aznar cambia por completo su pol¨ªtica contra ETA antes de cumplir 100 d¨ªas en el Gobierno
El ex presidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez transmiti¨® al Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cierta inquietud por el exceso de ¨¦nfasis, en la oferta de di¨¢logo a ETA del ¨²ltimo comunicado de los partidos del Pacto de Ajuria Enea. El PP ve¨ªa en espejo ajeno una de las m¨¢s descarnadas paradoajas que a ¨¦l le ha tocado vivir, pasar de una cr¨ªtica a veces despiadada de la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno a la defensa, de la mano del PNV, de la posibilidad de un "final dialogado" de ETA si se cumplen ciertas condiciones. La vertiginosa "adaptaci¨®n" del discurso de Aznar y del PP en esta materia ser¨¢ uno de los principales ingredientes del balance de los primeros 100 d¨ªas, que se cumplen el pr¨®ximo mes de agosto.
Las cosas no se ven de la misma manera desde la oposici¨®n y desde el Gobierno, aunque los ojos sean los mismos. Aznar gan¨® las elecciones del 3 de marzo sacando pecho frente a ETA, que hab¨ªa intentado asesinarle en abril de 1995. De paso, insinuaba d¨¦bilidad, confusi¨®n o no se sabe qu¨¦ inconfesables intereses en el Gobierno de Gonz¨¢lez.Ahora, en cambio, la pol¨ªtica del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, es elogiada casi un¨¢nimemente como ejemplo de ponderaci¨®n. Por sumar una paradoja a la anterior, las ¨²nicas cr¨ªticas que recibe el ministro proceden de su derecha, de sectores de opini¨®n para los que el m¨¢s leve movimiento entra?a siempre una concesi¨®n a los terroristas.
La contrilbuci¨®n del PP a la unidad de los partidos frente a ETA desde 1994 no es uno de sus m¨¢s destacados m¨¦ritos. La gran patada al avispero la sacudi¨® Aznar el 30 de julio del a?o citado, al d¨ªa siguiente del asesinato en Madrid del teniente general Francisco Veguillas, director general de Pol¨ªtica de Defensa. Perdieron la vida tambi¨¦n el ch¨®fer y un transe¨²nte.
"Debilidad y confusi¨®n"
El l¨ªder del PP cerraba al d¨ªa siguiente en San Lorenzo del Escorial con una conferencia su actividad p¨²blica, antes de las vacaciones. No se mordi¨® la lengua y arremeti¨® contra el Gobierno socialista con tina dureza ins¨®lita. Dijo que la lucha contra ETA pasaba por "momentos de debilidad y confusi¨®n" y defini¨® una pol¨ªtica antiterrorista correcta: "La que es capaz de conseguir que los asesinos est¨¦n en la c¨¢rcel y cumplan ¨ªntegramente sus condenas y no que salgan a capricho de cualquiera que se le ocurra empezar a soltar terroristas".Por si no quedaba claro, Aznar se?al¨® personalmente a Gonz¨¢lez como responsable, le acus¨® de "inventar un cap¨ªtulo de negociaci¨®n o de di¨¢logo [con ETA] cada ma?ana" y puso en duda el sentido de la responsabilidad del jefe del Ejecutivo y del Gobierno en pleno. "Espero", dijo, "de la responsabilidad del Gobierno, si es que queda alguna, que entienda que el cap¨ªtulo que ha abierto no conduce a ning¨²n sitio".
Probablemente nunca se lanz¨® una andanada tan demoledora contra la pol¨ªtica antiterrorista de ning¨²n Gobierno de la democracia. A¨²n estaban calientes los cad¨¢veres de tres personas, incluido el de un militar de la m¨¢xima graduaci¨®n, tras un golpe de ETA en el centro de Madrid con un coche cargado con 40 kilos de amosal.
Desde aquel momento, el PP convirti¨® en bandera casi obsesiva una reiterada iniciativa suya en el Congreso de los Diputados: el cumplimiento ¨ªntegro de las penas de los terroristas. Los intentos de contemporizar por parte del Gobierno y del PSOE, al introducir en el nuevo C¨®digo Penal medidas para el "cumplimiento efectivo", se estrellaron con la evidencia. Aznar cre¨ªa haber encontrado un fil¨®n y se propon¨ªa explotarlo hasta haberle extra¨ªdo toda su riqueza.
No par¨® hasta la jornada de reflexi¨®n previa a los comicios del 3M. Su p¨²blico, m¨¢s entusiasta y excitado que nunca por el olor de la victoria, le escuch¨® casi en cada mitin prometer que los terroristas cumplir¨ªan ¨ªntegramente las penas. Era uno de los pasajes recibidos con m¨¢s fervor.
En Bilbao, Aznar propin¨® un sonoro cap¨®n al PNV por sus veleidades a favor del di¨¢logo con ETA y le amonest¨® para que fuera "primero dem¨®crata y luego nacionalista". La respuesta tampoco fue de guante blanco. D¨ªas despu¨¦s, en un mitin, Xabier Arzalluz sonre¨ªa condescendiente a un joven disfrazado con una careta que retrataba al l¨ªder del PP con una deliberada similitud con Hitler.
Antes de que hubieran transcurrido cuatro meses, sin embargo, las cosas hab¨ªan cambiado. Y de qu¨¦ manera. Arzalluz ofrec¨ªa una conferencia de prensa en la sede central del PP, para explicar sin el menor complejo el pacto de investidura con Aznar. El "cumplimiento ¨ªntegro" de las penas se cay¨® con toda naturalidad del programa del PP desde la noche del 3-M, cuando fue evidente que no hab¨ªa otra forma de gobernar que el pacto con los nacionalistas.
Los acontecimientos empezaron a precipitarse. Mayor Oreja empezaba a pensar en el acercamiento a Euskadi de algunos presos de ETA, los m¨¢s alejados de la disciplina de la organizaci¨®n terrorista, para facilitarles el contacto con sus familias. Era una idea que barajaba desde antes de las elecciones. El pacto con el PNV propici¨® un clima de entendimiento inimaginable pocas semanas antes. El discurso p¨²blico de Mayor Oreja y Juan Mar¨ªa Atutxa, el consejero vasco de Interior, empez¨® a asemejarse como dos gotas de agua, hasta el punto de provocar s¨ªntomas de incomodidad en alg¨²n sector del PNV.
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