El gran recuerdo de Barcelona oscurece Atlanta
Los fallos por la taca?er¨ªa organizadora se extienden por la sede del Centenario
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional no quiere que los Juegos de Atlanta sean un fracaso, porque eso supondr¨ªa su propio desastre. Pero estar¨¢ encantado si se confirma que el sistema de organizaci¨®n privada, sin ayuda estatal, es muy arriesgado incluso en Estados Unidos, el ¨²nico pa¨ªs del mundo con potencial econ¨®mico para plante¨¢rselo. Las deficiencias por la taca?er¨ªa en los preparativos se suceden y el gran recuerdo de los anteriores Juegos de Barcelona oscurece a¨²n m¨¢s el examen que va a pasar esta ciudad inh¨®spita y conflictiva."El comit¨¦ organizador de los Juegos de Atlanta que preside mister William Porter Payne ha trabajado sin descanso durante los seis ¨²ltimos a?os para asegurar el ¨¦xito de los Juegos del Centenario de la era moderna. Nadie duda que ser¨¢n excepcionales". Esta breve frase en un discurso de media hora fue la ¨²nica referencia de Juan Antonio Samaranch, en la solemne apertura de la 105? Sesi¨®n del m¨¢ximo organismo ol¨ªmpico. El astuto presidente del COI ha empezado ya utilizando la palabra excepcional, que en principio es una alabanza, pero que puede tambi¨¦n convertirse en muy negativa porque s¨®lo significa diferente.
Seg¨²n todos los indicios, Samaranch conf¨ªa en que los Juegos funcionen, porque el potencial norteamericano lo acabar¨¢ permitiendo, pero los fallos engrandecer¨¢n d¨ªa a d¨ªa la gran organizaci¨®n de los Juegos de Barcelona. All¨ª dijo que fueron los mejores de la historia y aunque parece que esta frase la ha repetido siempre en cada edici¨®n, no es as¨ª. Ahora, est¨¢ pensando qu¨¦ decir en la ceremonia de clausura para quedar bien, pero dejando claro impl¨ªcitamente que Atlanta no pudo superar el list¨®n de Barcelona. Atlanta tampoco superar¨¢ a Los ?ngeles y bastante har¨¢ con salvarse por la m¨ªnima.
El presidente del COI es muy posible que no necesite recurrir a algunos de sus rebuscados argumentos diplom¨¢ticos. Aunque las haza?as deportivas o una ceremonia inaugural estilo Hollywood puedan deslumbrar, la espada de Damocles de una organizaci¨®n de alquiler ha ca¨ªdo ya demasiadas veces para mancharla. Ejemplos hay ya sobrados.
Seguridad
Al no haber un s¨®lo cuerpo que controle los sistemas de control (han ido pidiendo refuerzos sobre la marcha), pueden suceder absurdos como que a un presidente de federaci¨®n (la de hockey) casi no le dejen entrar a ver el entrenamiento de su equipo femenino y en cambio dos personas entren en la Villa Ol¨ªmpica sin que nadie les pida la identificaci¨®n. Bien distinto a Barcelona.
Acreditaciones y robos
El desastre de la p¨¦rdida de las maletas de la primera expedici¨®n espa?ola se sald¨® con una en¨¦rgica protesta del Comit¨¦ ol¨ªmpico Espa?ol. Buena parte del tiempo perdido se produjo porque todo el mundo se debe acreditar en el mismo lugar (atletas y el resto de expedicionarios). Bien distinto a Barcelona.
Villa ol¨ªmpica
Las habitaciones son tan peque?as que el equipo de atletismo se est¨¢ planteando montar las camas en forma de literas para poder tener espacio. Bien distinto a Barcelona.
Instalaciones
A¨²n ayer, mientras alg¨²n que otro letrero luminoso se?alaba que faltaban cuatro d¨ªas para la apertura, hab¨ªa numerosos obreros trabajando en los distintos campos.Miembros del comit¨¦ organizador de los Juegos (ACOG) reconocen abiertamente que los Juegos de Barcelona fueron espl¨¦ndidos y hacen un gesto muy significativo sobre lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª. La gran diferencia es que Barcelona tuvo que demostrar desde mucho tiempo antes que Espa?a era capaz de ganar el reto y que no era tercermundista. Y Atlanta ha parecido que ten¨ªa bula para el retraso y todos los fallos producidos por lo ajustado de los medios empleados. Pero si no lo remedia, y ya es dif¨ªcil a estas alturas, se puede volver definitivamente contra ella.
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