Sinsentido
Por fin he comido la tortilla espa?ola a las finas hierbas. Desde el otro lado. Durante un a?o entero he visto comerla desde mi ventana enrejada. Y ahora que recuerdo todo aqu¨ª sentado, siento que el esp¨ªritu reprimido de la libertad me alcanza a la frente; la dignidad nunca la hab¨ªa perdido, yac¨ªa dentro y ahora resurge tambi¨¦n entre las tenues l¨¢grimas de sal desde el fondo de las cavernas de mis ojos.Os mostrar¨¦ mi vida para explicaros mi injusta reclusi¨®n. Mi nombre es Jos¨¦, mi casa es pobre, noble y honrada, como casi todas las que se fundan en este reino de Toledo. No reniego de la paz, mis veinte a?os cumplidos, los treinta por llegar al cabo. He estudiado a horas y a deshoras. Pronto terminar¨¦ mi tesis doctoral, amo a una mujer que me amaba, soy de Greenpeace, tengo el escueto proyecto de crear una peque?a empresa...
Y, sin embargo, miradme aqu¨ª sentado -no soy futbolista-, con el vientre fl¨¢ccido y deforme. Soy objetor de conciencia y ayer tarde termin¨® mi condena. Me han hurtado mi vida apelando a mi patria. Mi patria se funda en la morada que yo habito. Recordadme all¨ª, con sosiego, con el resto de los presos de las c¨¢rceles. Con Pepe, el artista que, en vez de atender al retablo que deber¨ªa componer, pinta monas en el cristal imaginario de las rejas a que se amarra; con Jope, el alpinista que trepa por las paredes lisas y fr¨ªas de esta noria. Con Pejo, el marinero que navega en su saliva. Con Pes¨¦, quien declama en el silencio que quiere trabajar, casarse y envejecer.
?Dios m¨ªo! Esto no tiene ning¨²n sentido. Yo era un atleta, remontaba el carro del sol todos los atardeceres y me he convertido en un vago amargo a fuerza de tocarme los genitales durante ocho horas al d¨ªa. Nunca pude estudiar ni leer, lo proh¨ªbe el reglamento. Nunca nos mostraron labores que sirvieran a nadie, nunca nos premiaron con un dulce, nunca nos han pagado la deuda de 1.500 pesetas mensuales regularmente, nunca podr¨¦ reclamarlas con recargo, nunca he sonre¨ªdo. Nunca he podido dejar de gritar sin gritar. Ahora respiro y este aire nuevo reabre los orificios de ayer. Apelo a la infancia, a los sue?os, a la creaci¨®n, a la imaginaci¨®n para la vida.- .
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