Clinton nombrar¨¢ un embajador especial para forjar una coalici¨®n internacional contra Castro.
El Gobierno de Estados Unidos est¨¢ tratando de construir una coalici¨®n internacional para presionar al r¨¦gimen de Cuba a efectuar cambios democr¨¢ticos. Con ese fin, en los pr¨®ximos d¨ªas, el presidente Bill Clinton nombrar¨¢ un embajador especial que servir¨¢ de puente con la Uni¨®n Europea, Canad¨¢ y pa¨ªses latinoamericanos con intereses en Cuba. De esta manera, la Casa Blanca trata de compensar su decisi¨®n de suspender temporalmente la entrada en vigor de los apartados m¨¢s duros de la ley Helms-Burton, a la que se oponen los aliados de Estados Unidos.
Un alto funcionario de la Administraci¨®n dijo ayer, hablando . condici¨®n de no ser identificado que varios Gobiernos europeos le hab¨ªan transmitido en privado su disposici¨®n a actuar de forma m¨¢s en¨¦rgica contra Fidel Castro, en coordinaci¨®n con Washington, a cambio de que no se aplique la ley Helms-Burton. "En los pr¨®ximos seis meses vamos a intentar crear un programa en favor de la democracia en Cuba mucho m¨¢s amplio y serio de lo que existe hasta ahora", declar¨® la citada fuente.El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, mencion¨® ayer, por su parte, que el presidente estaba satisfecho de la reacci¨®n encontrada en otros pa¨ªses a su decisi¨®n de suspender por seis meses la posibilidad de presentar demandas en Estados Unidos contra ciudadanos extranjeros que hagan negocios en Cuba.
"Ha habido algunos comentarios", dijo McCurry, "que indican que debe haber una reconsideraci¨®n de la presi¨®n que se ejerce sobre Cuba. Estados Unidos aprecia eso y trabajar¨¢ con el prop¨®sito de cambiar Cuba para mejor". Esa misi¨®n le ser¨¢ encargada, seg¨²n anunci¨® Peter Tarnoff, vicesecretario de Estado para Asuntos Pol¨ªticos, a un embajador especial. Tarnoff no adelant¨® el nombre de la persona elegida, pero asegur¨® que se tratar¨¢ de alguien "con estatura y credibilidad, tanto en EE UU como internacionalmente".
Peter Tarnoff manifest¨® que ese embajador procurar¨¢ "una mayor cooperaci¨®n de los aliados para aumentar la presi¨®n sobre Cuba". "Por ejemplo", a?adi¨®, "podemos anticipar un mayor apoyo para conseguir resoluciones contra Cuba en las Naciones Unidas y en la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU". El vicesecretario de Estado asegur¨® que la suspensi¨®n temporal de la aplicaci¨®n del T¨ªtulo Tercero de la ley Helms-Burton, el que da derecho a la presentaci¨®n de enmiendas, no supone una ventaja para Fidel Castro. "El prop¨®sito del T¨ªtulo Tercero y de la ley Helms-Burton es promover la democracia en Cuba, y creemos que eso lo cumplirnos mejor a?adiendo el respaldo de nuestros aliados que actuando solos. Eso es lo que vamos a intentar en los pr¨®ximos seis meses".
Nuevo frente
Mientras el Gobierno norteamericano cerraba temporalmente ese foco de conflicto con Europa, el Senado abr¨ªa en la madrugada de ayer otro campo de potenciales desavenencias: el de las sanciones a Ir¨¢n y Libia. La C¨¢mara alta del Congreso norteamericano aprob¨® la versi¨®n m¨¢s dura de la ley sobre el embargo econ¨®mico a esas dos naciones; una ley que, de pasar los obst¨¢culos parlamentarios que todav¨ªa le restan, permitir¨ªa sanciones contra las empresas europeas que invierten en Ir¨¢n y Libia, como las espa?olas Repsol y Enag¨¢s, muy activas en el sector energ¨¦tico de este ¨²ltimo pa¨ªs.
La ley, patrocinada por los senadores Edward Kennedy y Alfonse D'Amato, exige represalias contra todas las compa?¨ªas que tengan inversiones superiores a los 40 millones de d¨®lares (unos 5.200 millones de pesetas) en los sectores del petr¨®leo y el gas o en el desarrollo de armas biol¨®gicas, qu¨ªmicas o nucleares en Libia o Ir¨¢n.
Una anterior versi¨®n de la C¨¢mara de Representantes hab¨ªa excluido a Libia de la mayor¨ªa de esas sanciones con el prop¨®sito de no perjudicar los negocios europeos en ese pa¨ªs, pero el Senado ha vuelto a incluirlo. "Las compa?¨ªas extranjeras que negocian con terroristas no deben esperar subsidios de Estados Unidos para ayudar a producir petr¨®leo en Libia", manifest¨® el senador Kennedy.
Entre las sanciones previstas por la ley est¨¢n: la prohibici¨®n de realizar negocios en Estados Unidos, la prohibici¨®n de adquirir bienes o equipos que requieren licencia de exportaci¨®n norteamericana y la prohibici¨®n de recibir cr¨¦ditos superiores a los 10 millones de d¨®lares de instituciones financieras norteamericanas. Las compa?¨ªas afectadas ser¨ªan castigadas, al menos, con dos de esas sanciones en el caso de que la ley entre finalmente en vigor. Para ello es necesario previamente que las dos C¨¢maras del Congreso se pongan de acuerdo sobre un texto que concilie las dos versiones actuales. Posteriormente, los congresistas tendr¨¢n que negociar el contenido de la ley con la Casa Blanca para evitar un veto presidencial.
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