Mucha apariencia y poca eficacia

, Despu¨¦s de destinar m¨¢s de 35.000 personas a la seguridad de los Juegos (el doble de los empleados en Los ?ngeles 84), y de emplear medios t¨¦cnicos y electr¨®nicos de lo m¨¢s sofisticados, los organizadores estaban seguros de que durante 17 jornadas Atlanta, una de las ciudades m¨¢s peligrosas de Estados Unidos, iba a ser la m¨¢s segura del planeta, Pero la realidad fue otra.

El dispositivo empleado para la protecci¨®n de los Juegos es de lo m¨¢s aparatoso: 13.000 agentes de seguridad, 3.000 polic¨ªas de Georgia, 8.000 polic¨ªas de Atlanta, 9.000 militares y 2.500 agentes federales. La ciudad est¨¢ controlada en todo momento por circuitos cerrados de televisi¨®n con m¨¢s de 200 c¨¢maras funcionando. Por si fuera poco, ninguna persona puede circular por las zonas ol¨ªmpicas sin su correspondiente acreditaci¨®n. Desde cada uno de los 10.000 atletas participantes hasta la misma reina de Espa?a. Todos necesitaban su acreditaci¨®n.

?C¨®mo puede un sistema tan aparatoso mostrarse a la postre vulnerable? El jefe de operaciones y segundo m¨¢ximo responsable del Comit¨¦ Organizador de Atlanta 96, A. D. Frazier, tiene una explicaci¨®n: "Es muy dif¨ªcil controlar los espacios abiertos, donde el acceso es libre y es imposible registrar a miles de personas. La seguridad est¨¢ garantizada en todas, las sedes ol¨ªmpicas, pero el Parque Centenario -lugar del atentado- no lo es".