Se busca al enemigo interior
El FBI investiga las milicias de extrema derecha y un grupo de "skin heads"
El cartel, en el lejano Oeste, s¨®lo dir¨ªa: "Se busca hombre o mujer blanco, americano y sin acento particular". Ning¨²n retrato robot acompa?ar¨ªa la descripci¨®n. Tampoco la oferta de una recompensa. La b¨²squeda del autor o autores del atentado que el s¨¢bado cost¨® la vida a dos personas en el Parque Ol¨ªmpico de Atlanta m¨¢s parece la b¨²squeda de una aguja en un pajar. La polic¨ªa sigue rastreando el parque, cuya reapertura al p¨²blico no se decidir¨ªa hasta la noche de ayer, en busca de pistas y de huellas dactilares en las cabinas desde la que presumiblemente 18 minutos antes de la explosi¨®n pudo avisarse de la colocaci¨®n de la bomba. Al mismo tiempo, se ha hecho un llamamiento a todos los v¨ªdeo aficionados y a cualquiera que hubiera sacado fotos de la fiesta para que hagan llegar sus im¨¢genes a los investigadores.Pero los investigadores del FBI, que han centralizado en Washington todas las operaciones, son optimistas. La viceministra de justicia de Estados Unidos, Jamie Gorelick, encargada por el presidente Bill Clinton de coordinar la investigaci¨®n, dio ayer por televisi¨®n una visi¨®n m¨¢s feliz a¨²n del asunto. "Tenemos muy buenas pistas", dijo, sin especificar m¨¢s, aunque reconoci¨® que una de las tesis que maneja el FBI es la del terrorismo interno de Estados Unidos y no la de alg¨²n grupo internacional.
Tres tipos de perfil se ajustan a ese ¨¢mbito, seg¨²n expertos antiterroristas: supremacistas antigubernamentales (milicia de extrema derecha), soci¨®patas o alguien con deseos de venganza personal. Las dos ¨²ltimas opciones parecen descartadas, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, que han centrado sus sospechas en las milicias de la extrema derecha norteamericana, grup¨²sculos armados que rechazan la autoridad del Estado neg¨¢ndose a pagar impuestos o a sacarse el carnet de conducir de forma simb¨®lica.
Hace apenas a?o y medio, la explosi¨®n de una bomba de dos toneladas a la puerta de un edificio de oficinas en Oklahoma City -168 muertos en lo que fue la peor carnicer¨ªa terrorista en Estados Unidos- despert¨® a los norteamericanos sobresaltadamente: se dieron cuenta de que el enemigo terrorista tambi¨¦n pod¨ªa ser interior. Precisamente, dos de los investigadores de aquella masacre se han sumado a los investigadores de Atlanta. Tambi¨¦n el FBI maneja el dato de la desarticulaci¨®n el pasado abril de un grupo local que fabricaba bombas y preparaba acciones contra los Juegos. Aunque finalmente las fuerzas policiales desestimaron que su acci¨®n estuviera ligada a los Juegos, dos hombres fueron detenidos, pero otros componentes del grupo siguen siendo buscados.
La polic¨ªa, seg¨²n otras fuentes, estar¨ªa siguiendo una pista m¨¢s fiable, la de un grupo de skin heads reputados por su violencia, a los que algunos testigos vieron abandonar el viernes por la noche el Parque Ol¨ªmpico cuando la fiesta estaba en pleno apogeo. Los rapados, todos blancos, abandonar¨ªan el lugar poco antes de la explosi¨®n chocando las manos, a la manera de jugadores de baloncesto, en se?al de ¨¦xito.
Expertos antiterroristas israel¨ªes, sin embargo, aconsejaron desde Jerusal¨¦n que no se siguiera la pista de grupos organizados. "Examinadas todas las se?ales, el tipo de bomba, el lugar donde fue colocado y dem¨¢s", dijo el profesor Ehud Spririzak, "esto es la obra de un aficionado. El mundo est¨¢ lleno de lun¨¢ticos y de gente cabreada con todo". Uno de los casos m¨¢s seguidos ¨²ltimamente en Estados Unidos fue el de Una bomber, el hombre que enviaba cartas y paquetes bomba a universidades y empresas.
Si esta tesis fuera buena, la preocupaci¨®n deber¨ªa continuar. M¨¢s de 100 llamadas anunciando la colocaci¨®n de bombas han colapsado la ciudad de Atlanta en las horas siguientes a la explosi¨®n. El tono continuar¨¢. Y el peligro."Si es obra de un lun¨¢tico solitario, no estaremos seguros hasta que se le detenga", opina un experto de Atlanta. "Cuando se trata con gente de este tipo, todas sus acciones son imprevisibles, pero visto el ¨¦xito que tuvo con su primera aparici¨®n, y considerando que no tuvo que hacer un gran esfuerzo para llevarla a cabo, no hay ninguna raz¨®n para que no siga haci¨¦ndolo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.