Vencidos por el 'c¨¢ncer' de la timidez
El verano es una de las ¨¦pocas m¨¢s propicias para intensificar la vida social y una de las que entra?an m¨¢s sufrimiento para las personas exageradamente t¨ªmidas. Numerosas relaciones sentimentales y amistosas se han emprendido en este periodo del a?o. Predomina la cultura de la calle, tan caracter¨ªstica de los pa¨ªses latinos. Las vacaciones, los viajes, las playas, las piscinas y las terrazas cobran especial importancia en la vida de las gentes.Para muchas personas es el momento m¨¢s vitalista en el sentido de que se puede dedicar m¨¢s tiempo a uno mismo, al ocio y a conocer otros, lugares y personas. Sin embargo para los que sufren la timidez en grado de enfermedad el verano es un calvario. Son personas con fobias sociales, ante las que s¨®lo tienen dos alternativas: aislarse o enfrentarse a la situaci¨®n recurriendo a drogas y otras sustancias que les den un apoyo.
El prestigioso m¨¦dico y humanista Gregorio Mara?¨®n analizaba as¨ª la timidez en su obra Amiel, un estudio sobre la timidez: "Amiel fue, en efecto, un hombre frustrado por el c¨¢ncer de la timidez... Me atrevo a decir que por lo menos la mitad de los hombres han visto algunas ¨¦pocas de su vida turbadas por este mal, y que en una cuarta parte de ellos la persistencia cr¨®nica del sentimiento de incapacidad es la causa rec¨®ndita de fracasos, extravagancias y tragedias en apariencia inexplicados".
Mara?¨®n define la timidez como "una enfermedad s¨ªngularmente da?ina, porque el que la padece la lleva oculta casi siempre, bajo una m¨¢scara de normalidad, afanosamente fingida, que dificulta su diagn¨®stico y remedio".
Si, como afirman los psiquiatras, la timidez es un sentimiento universal que afecta en mayor o menor grado a todos los humanos, esta sensaci¨®n tambi¨¦n puede adquirir en ciertas personas una dimensi¨®n patol¨®gica y ser expresi¨®n de distintas fobias sociales.
Seg¨²n Jer¨®nimo Saiz, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal y profesor titular de esta especialidad en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, las fobias, que son un trastorno de ansiedad, se caracterizan por un miedo, p¨¢nico o terror irracional ante objetos, situaciones o personas que no entra?an en s¨ª mismos ninguna peligrosidad. La conducta de evitaci¨®n, de intentar eludir lo que produce miedo, es un rasgo muy significativo de los trastornos f¨®bicos.
"Las fob¨ªas sociales", explica, "se manifiestan en la relaci¨®n del individuo con los dem¨¢s e interfieren en su vida escolar, laboral y social en general. Algunas de las m¨¢s comunes consisten en no poder hablar o comer en p¨²blico, no relacionarse con personas del otro sexo, no soportar ser mirados mientras escriben y no poder bailar en fiestas o discotecas".
La agorafobia es el miedo a los espacios abiertos. Este concepto tambi¨¦n incluye un grupo de fobias que se traducen en el miedo a salir de casa, a los lugares p¨²blicos, a las multitudes y a los viajes en cualquier transporte p¨²blico.
Hablar en p¨²blico
J. P., de 42 a?os y alto ejecutivo en una empresa multinacional de publicidad, confiesa qu¨¦ era incapaz de hablar en p¨²blico y "la salvaci¨®n fue la coca¨ªna".
"Por mi cargo", cuenta, "ten¨ªa muchas presentaciones de campa?as a clientes muy importantes. Pensar que tal d¨ªa ten¨ªa que hablar ante 15 o 20 personas y ponerme malo era todo uno. Me entraba taquicardia, sudores fr¨ªos, sensaci¨®n de mareo... Lo habl¨¦ medio en broma con un compa?ero y me dijo que a ¨¦l le pasaba algo parecido y que le hab¨ªa ido fenomenal con la coca. La verdad es que acept¨¦ la sugerencia y se acabaron los miedos. Sent¨ªa que pod¨ªa comerme el mundo".
J. P. tuvo lucidez para entender que aquello no era la soluci¨®n a su problema porque depend¨ªa absolutamente de la droga, pero tampoco comprend¨ªa muy bien qu¨¦ le pasaba.
"En la boda de un amigo com¨²n, y gracias a unas copas", confiesa, "se lo cont¨¦ a un amigo psiquiatra y con su ayuda he empezado a coger el toro por los cuernos".
Como sostiene el especialista del Ram¨®n y Cajal, las fobias sociales conducen "con mucha frecuencia al aislamiento social y, cuando no es posible la conducta de evitaci¨®n, al consumo de drogas para hacer frente a la situaci¨®n fob¨®gena".
P. B., una periodista de 35 a?os, lleva 12 como profesional en el mismo medio de comunicaci¨®n y jam¨¢s ha podido hacer "una sola pregunta en una rueda de prensa".
"Si se trata de una entrevista", admite, "no tengo ning¨²n problema, pero hacer preguntas ante 20, 50 o m¨¢s personas no puedo soportarlo. Y la verdad es que, sin que nadie lo sepa, llevo toda mi vida profesional chupando rueda de los colegas en las conferencias de prensa, porque si Intento hablar siento que me desmayo".
Miedos infantiles
En palabras de Jaime Rodr¨ªguez-Sacrist¨¢n, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Universidad de Sevilla, el miedo va ligado a la condici¨®n humana, y en la infancia y en la adolescencia los miedos son muy habituales, pero generalmente "son irrelevantes, poco intensos, y desaparecen tal como vinieron, sin interferir en el desarrollo".
Todos los ni?os sienten alguna vez miedo a la oscuridad, a la separaci¨®n de los padres, a personas extra?as, a ciertos animales o a fantasmas y monstruos, e incluso al colegio. Pero entre un 3% y un 9% de los casos, seg¨²n los autores, el miedo se convierte en trastorno f¨®bico social, que posiblemente se perpet¨²a a lo largo de su vida.
Algunos estudios revelan que el 50% de los adultos con trastornos f¨®bicos tuvieron esta patolog¨ªa en la infancia o adolescencia.
"Para ligar necesito tomar unas copas"
Las chicas siempre han puesto muy nervioso a J. B., un joven madrile?o de 27 a?os, y en la facultad de Econ¨®micas donde estudiaba a veces lo ha pasado muy mal con el sexo femenino. Esto, a pesar de ser el n¨²mero uno de su promoci¨®n y de "tener ¨¦xito con ellas", seg¨²n confiesan todos sus amigos.Su remedio, como el de cada vez m¨¢s j¨®venes y adolescentes, es recurrir al amparo traicionero del alcohol. "Para poder salir y conocer a chicas necesito tomar unas cuantas copas, porque, si no, soy incapaz de ligar", asegura. "El alcohol me ayuda a romper mi inhibici¨®n y me convierto en un t¨ªo abierto, simp¨¢tico, ingenioso y decidido".
Como se?ala Jaime Rodr¨ªguez-Sacrist¨¢n, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Universidad de Sevilla, el problema de J. B. es una de las fobias m¨¢s comunes en los varones, al igual que la pr¨®tesis a la que recurre para hacerle frente. A¨²n no se sabe muy bien por qu¨¦, pero las fobias sociales tienen una mayor prevalencia en el sexo masculino, sobre todo cuando se empiezan a manifestar en la infancia y la adolescencia.
"La fobia social", dice Rodr¨ªguez-Sacrist¨¢n, "se relaciona con un bajo nivel de autoest¨ªma y genera siempre miedo a la cr¨ªtica y al rid¨ªculo. Se produce un temor a ser observado y a sentirse avergonzado y humillado ante los dem¨¢s. Aunque hay muchas personas que padecen este trastorno sin que pueda ser percibido por los otros, algunas de ellas tienen gestos como el desviar la mirada porque les molesta mirar de frente y temen ruborizarse".
Este experto subraya que la educaci¨®n familiar desde la infancia es influyente, pero no determinante en la g¨¦nesis de los trastornos f¨®bicos. Estos se sustentan en personalidades ansiosas mal desarrolladas y caracteres d¨¦biles y dependientes.
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