Vacaciones en Madrid
Igual que he hecho desde hace unas semanas, me levanto tarde, desayuno y voy a la plaza de ¨®pera para comprar los peri¨®dicos. No tengo prisa, estoy descansando de mi arriesgado oficio de intr¨¦pido reportero de investigaci¨®n. Puesto que los mandamases est¨¢n de vacaciones, ahora es imposible destapar esc¨¢ndalos ni meter chorizos en la c¨¢rcel. Todo eso tendr¨¢ que esperar hasta el oto?o.Al acercarme a Opera pongo especial cuidado para no ser atropellado por los locos moteros de Telepizza. Conducen a gran velocidad, se saltan los sem¨¢foros y hasta suben sus motos por las aceras en su af¨¢n de repartir pizza. Es de esperar que el Grupo BBV, que acaba de adquirir el 18% de la cadena, imponga un poco de orden. La pr¨®xima vez que Emilio Ybarra pida por tel¨¦fono una pizza margarita con extras de anchoas y cebolla, que ordene: "?Y que conduzcan correctamente, que cuiden nuestra imagen!".
Mientras se alargan todav¨ªa m¨¢s las interminables obras del Teatro Real, veo que hay empresarios avispados tomando posiciones para aprovechar la prosperidad que se supone llegar¨¢ a la zona tras la inauguraci¨®n oficial. En la esquina de Opera con Arena? acaba de abrirse un establecimiento que sirve t¨ªpica comida espa?ola.
Pero cuando entr¨¦ la otra noche tuve la sensaci¨®n de haberme metido en un burguer americano: una luz artificial deslumbrante, un mobiliario modern¨ªsimo y j¨®venes uniformados detr¨¢s de las cajas registradoras; el empresario quer¨ªa cubrir varios frentes a la vez. Esta anomal¨ªa -m¨¢s el calor del verano o tal vez los estragos de mi avanzada edad- me desorient¨® y ped¨ª "un big mac, por favor".
"?C¨®mo?", respondi¨® la chica, sorprendida.
"Perd¨®n, un big Manolo", le contest¨¦.
"?Qu¨¦?".
"No, nada. P¨®ngame patatas bravas, lac¨®n gallego y picadillo de mi pueblo".
"?Marchando!".
Estaba todo muy sabroso.
Qu¨¦ aburrido es el verano en Madrid. Por eso estoy viendo mucha televisi¨®n. Primero el Tour de Francia y ahora, naturalmente, los Juegos Ol¨ªmpicos. Me sorprende que los comentaristas no se hayan fijado en varias novedades importantes. Por ejemplo, en baloncesto, Singapur tiene un dream team que puede sorprender hasta al poderoso equipo de la NBA. ?Y qu¨¦ me dice el lector de la nueva modalidad de voley playa? ?No es Somalia un firme candidato para, por lo menos, el bronce?
Un detalle curioso: muchos comentaristas emplean por sistema la frase a priori. Seguramente se la han contagiado los futbolistas, a trav¨¦s de sus brillantes entrevistas ("A prior? podemos ganar, si marcamos m¨¢s goles que el Atleti claro est¨¢"). Tambi¨¦n durante el Tour, Pedro Delgado soltaba alg¨²n a priori en sus comentarios. Lo siento, pero s¨®lo aceptar¨¦ esta modalidad si ocasionalmente se intercala un oportuno sui g¨¦neris o un perspicaz modus vivendi. Si no, nada. Vamos, Perico.
El verano tambi¨¦n proporciona una excelente oportunidad para perfeccionarse. Hace unos d¨ªas cay¨® en mis manos el n¨²mero de agosto de Selecciones del Reader's Digest. Trae interesantes art¨ªculos como 'Sencillas f¨®rmulas para vivir mejor' y 'Si de verdad quieres triunfar". Entre los consejos para triunfar, se recomienda "duerme la siesta". Si es as¨ª, ?por qu¨¦ no me lleg¨® el triunfo hace d¨¦cadas?As¨ª que mi actual esposa y yo estamos pasando el aburrido verano madrile?o en casa, aunque ella pretende que hagamos una escapada a su pueblo, que est¨¢ en Toledo, para la boda de su primo, ?scar. Lo habl¨¢bamos la otra noche, sentados en ?pera, delante de la valla que afea la plaza desde hace un lustro. Yo me resist¨ªa al viaje.
"Oye", le dije, "yo no soy antisocial, pero una cosa es una comilona en el Palace y otra, muy diferente, la boda en un pueblo de mala muerte, y con el calor que hace, de un fontanero punki y una chica tatuada". Al final la convenc¨ª -o por lo menos ha dejado de darme la lata-, as¨ª que espero pasar el resto del verano en Madrid.
Bueno, a priori.
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