45 marroqu¨ªes, 'tirados' tres d¨ªas en una gasolinera al averiarse su autob¨²s

La aver¨ªa de un autob¨²s convirti¨® durante tres d¨ªas una gasolinera de Getafe (144.000 habitantes) con vistas a la carretera de Andaluc¨ªa en el alojamiento obligado de 45 marroqu¨ªes, entre ellos tres ni?os. All¨ª tirados, sin asistencia m¨¦dica, sin apenas comida, sin los m¨ªnimos servicios higi¨¦nicos y con la mitad del pasaje durmiendo a la intemperie, pasaron desde la noche del s¨¢bado hasta la tarde del lunes, momento en que fueron descubiertos por la polic¨ªa, la Cruz Roja y su consulado. De poco les sirvi¨®. Ese d¨ªa los viajeros tuvieron que volver a dormir al raso y esperar otro d¨ªa -hasta las 18.40 de ayer- antes de seguir viaje.Los marroqu¨ªes recalaron en la estaci¨®n cuando el autob¨²s en el que viajaban desde Francia rumbo a su pa¨ªs de origen sufri¨® una aver¨ªa en el remolque, y lo que parec¨ªa una sencilla reparaci¨®n se convirti¨® en un cadena de desprop¨®sitos. "Nos han tomado por animales", se quejaba una mujer en referencia a las largas horas en las que descubri¨® que la contratista del viaje no les pagaba hotel, que los mec¨¢nicos eran incapaces de reparar el autob¨²s y que su dinero apenas le alcanzaba para unos caf¨¦s. Cuando la polic¨ªa les encontr¨®, la situaci¨®n ya era insostenible: Naoual, una ni?a de cinco a?os, sufr¨ªa problemas respiratorios; un diab¨¦tico carec¨ªa de insulina y varios viajeros estaban deshidratados. PASA A LA P?GINA 4
El grupo de marroqu¨ªes pas¨® 69 horas para ver arregladas dos aver¨ªas de su autob¨²s
VIENE DE LA P?GINA 1 La estancia de los marroqu¨ªes en Getafe se prolong¨® durante 69 horas, es decir, casi tanto como todo el viaje de Par¨ªs a Marrakech, cuya duraci¨®n oscila en tre las 60 y 72 horas. Fletado por la compa?¨ªa Voyages Aiglons, el autob¨²s inici¨® su camino el viernes pasado a las seis de la ma?ana en una localidad pr¨®xima a Par¨ªs. Iban en el autob¨²s 27 hombres, 15 mujeres y tres ni?os -de 13, 7 y 5 a?os.- Cada viajero pag¨® 700 francos 17.500 pesetas) por el billete, m¨¢s 12 francos (300 pesetas) por cada kilo de equipaje. La carga fue colocada en un remolque. "Ya al salir estaba sobrecargado y tuvimos aver¨ªas", contaban ayer los marroqu¨ªes, quienes anunciaron su pretensi¨®n de denunciar a la compa?¨ªa.
A las 21.00 del s¨¢bado, el autob¨²s, con problemas en el remolque, par¨® en la gasolinera del kil¨®metro 12,500 de la carretera de Andaluc¨ªa, a la altura de Getafe. Los dos conductores, franceses, llamaron a la empresa propietaria del autob¨²s, quien les avis¨® que al d¨ªa siguiente -domingo- enviar¨ªan por avi¨®n a un mec¨¢nico. Los viajeros, entretanto, se dividieron: las mujeres y los ni?os se quedaron durmiendo en el autob¨²s y los hombres salieron fuera, a un aparcamiento de la gasolinera, a pasar la noche sobre cartones,
Por la ma?ana, algunos marroqu¨ªes desayunaron en la cafeter¨ªa de la gasolinera. Antonio, uno de los camareros, lo recuerda: "La mayor¨ªa tomaba s¨®lo caf¨¦, las galletas las tra¨ªan ellos; otros, a la hora de comer, ped¨ªan un poco de merluza o una alita de pollo, poco m¨¢s".
El, mec¨¢nico enviado desde Francia lleg¨® al aeropuerto de Barajas el domingo por la noche. El autob¨²s fue a recogerlo. Una vez en la gasolinera, el t¨¦cnico arregl¨® el remolque -que hab¨ªa sido desenganchado del transporte principal-. Al cabo de dos horas, el autob¨²s le llev¨® de regreso al aeropuerto. Los marroqu¨ªes estaban tranquilos.
El problema surgi¨® cuando los conductores volvieron a enganchar el remolque al autob¨²s. Con todos los viajeros montados, se oy¨® un ruido sordo. El latiguillo de la direcci¨®n -una conducci¨®n de goma por la que pasa el l¨ªquido de la direcci¨®n- se hab¨ªa roto. Los ¨¢nimos de los marroqu¨ªes se encresparon: el mec¨¢nico franc¨¦s hab¨ªa vuelto a su pa¨ªs, los conductores eran incapaces de arreglar la aver¨ªa y la noche se les echaba otra vez encima. Adem¨¢s, la cafeter¨ªa, el ¨²nico sitio donde pod¨ªan comprar comida, hab¨ªa cerrado desde, las tres de la tarde del domingo.
Los conductores, seg¨²n su propio relato, llamaron de nuevo a la central, donde les ordenaron desmontar la pieza y esperar a la ma?ana. La confirmaci¨®n de un nuevo retraso fue acogida con pesimismo por los marroqu¨ªes, trabajadores que viajaban a Marruecos de vacaciones. A la ma?ana siguiente, lunes, los conductores llamaron a un taxi por tel¨¦fono y pidieron que les condujese r¨¢pidamente a un mec¨¢nico. El taxista les llev¨® hasta el taller Vaquero, de Getafe. El mec¨¢nico empez¨® la reparaci¨®n a las 11.30. Bajo un sol de justicia, tras dos noches al raso o metidos en el horno del autob¨²s, los marroqu¨ªes ya sufr¨ªan los primeros s¨ªntomas de desgaste: desmayos, deshidrataci¨®n y nervios.El mec¨¢nico de talleres Vaquero, mientras, se afanaba en reparar la aver¨ªa. Sin suerte. "Lo intentamos todo. Yo mismo fui all¨ª a ver si pod¨ªa empalmar el latiguillo, pero no hubo forma", comentaba el jefe de talleres Vaquero. Ante la imposibilidad del arreglo, los conductores llamaron a un servicio de asistencia en carretera.
Para entonces, los marroqu¨ªes ya no pod¨ªan aguantar m¨¢s. Una mujer se hab¨ªa desmayado, una ni?a sufr¨ªa problemas de respiraci¨®n, otro viajero, diab¨¦tico, carec¨ªa de insulina. Se desataron los gritos y las protestas, hasta que un grupo se dirigi¨® a la cafeter¨ªa y pidi¨® a los camareros que llamasen a la polic¨ªa.
Hospitalizados
La llegada de los agentes de la comisar¨ªa de Getafe supuso un primer alivio. La polic¨ªa requiri¨® urgentemente a la Cruz Roja, Protecci¨®n Civil y al Consulado de Marruecos. Mientras dos viajeros -la ni?a y el diab¨¦tico- eran hospitalizados, la Cruz Roja reparti¨® agua, leche, y galletas. "Algunos estaban muy mal, agarrotados de pies a cabeza por dormir en el suelo dos noches seguidas. Y muchos sufr¨ªan diarreas", coment¨® la Cruz Roja, informa Fernando Neira. Entretanto, se llam¨® al taller Juan Carlos Bosque, de Fuenlabrada. "Nos encontramos con un apa?o que no serv¨ªa de nada, hab¨ªa que cambiar la pieza" se?al¨® ayer Bosque. A falta de un recambio y sin que el Consulado consiguiese m¨¢s que dar ¨¢nimos -seg¨²n, la polic¨ªa, porque carece de presupuesto para tales casos-, los marroqu¨ªes volvieron a pasar una noche con Vistas a la carretera. Una ambulancia de Cruz Roja les acompa?¨®.
Ayer, por ende, el autob¨²s fue llevado al taller de Fuenlabrada, donde se repar¨® la aver¨ªa. Los marroqu¨ªes, con la ayuda del vicec¨®nsul, comieron en un restaurante y a las 18.40 reemprendieron su viaje. La reparaci¨®n hab¨ªa costado unas 40.000 pesetas.
"Nos sent¨ªamos abandonados"
La peque?a Naoual, de cinco a?os y ojos de candela, caracolea entre los brazos de su madre cuando se le pregunta. si le gusta Espa?a. Caracolea y dice no. Naoual es la ni?a que, con fuertes v¨®mitos, tuvo que ser ingresada en el hospital de Getafe cuando la tarde del lunes la Polic¨ªa Nacional lleg¨® a la gasolinera y descubri¨® la terrible situaci¨®n que atravesaban los inmigrantes, calificada por el vicec¨®nsul de Marruecos de "lamentable".Naoual, ayer a mediod¨ªa, estaba con su madre, Zidouhi B?ttija,, y dos hermanos, uno de siete a?os, en un restaurante de Fuenlabrada pr¨®ximo al taller donde se reparaba el autob¨²s. La familia, sentada ante un plato de boquerones en vinagre y otro de queso invitaci¨®n del Consulado de Marruecos, recordaba el hambre pasada ante la cafeter¨ªa de la gasolinera. "Era muy cara para nosotros. No tengo tanto dinero, no pod¨ªa pagar la comida", dec¨ªa en franc¨¦s la madre. Junto a ella com¨ªan tranquilas otras cuatro mujeres -Amina, Zidouhi, Jijou y Angelique-. Para ellas lo peor no fueron las penurias ni sentirse olvidadas, sino el miedo que desataron en sus familias en Marruecos."No tienen tel¨¦fono y nos esperaban para el lunes, y como no hemos llegado, no saben lo que ha pasado", comentaba Jijou, a quien acto seguido apostill¨® Zidouhi: "Mira, ¨ªbamos de vacaciones a nuestra tierra y de pronto nos encontramos sin lugar donde dormir y soportando condiciones muy duras, de calor e incomodidad. Nos sent¨ªamos abandonados".
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