Quimioquinas y sida
En la sociedad moderna la ciencia ha permeado de manera tan profunda en la vida cotidiana que a menudo, en conversaciones de caf¨¦, se discute sobre importantes hallazgos cient¨ªficos, muchas veces sin ser conscientes de las dificultades ni del coste experimental y econ¨®mico de estos hallazgos. Y esto es as¨ª porque la ciencia define el horizonte humano y ayuda a conseguirlo. Binomios como la edad del universo y la construcci¨®n del telescopio Hubble; la existencia del hombre en Europa y los estudios del yacimiento de Atapuerca; el c¨¢ncer y el uso de la quimioterapia y la irradiaci¨®n, o el sida y la necesidad de las vacunas son ejemplos que ilustran esta simbiosis ciencia-sociedad.La inmunolog¨ªa ha sufrido en los ¨²ltimos 20 a?os un extraordinario progreso, posiblemente sin parang¨®n en la biomedicina. La producci¨®n de anticuerpos monoclonales, la identificaci¨®n de los mecanismos moleculares implicados en la generaci¨®n de la diversidad de los anticuerpos y la caracterizaci¨®n de los mecanismos gen¨¦ticos implicados en la respuesta inmune ilustran tres ¨¢reas, acreedoras de extraordinaria relevancia cient¨ªfica que han tenido su reconocimiento en la concesi¨®n de tres premios Nobel.
En este momento asistimos a otra contribuci¨®n extraordinariamente relevante aportada por los inmun¨®logos: la capacidad de determinadas quimioquinas para suprimir la replicaci¨®n del virus del sida. En el ¨²ltimo a?o se ha producido un importante avance en la caracterizaci¨®n molecular y la significaci¨®n biol¨®gica de una mezcla compleja de mol¨¦culas denominadas quimioquinas, una familia de prote¨ªnas que, actuando como imanes, desempe?an un papel fundamental en la migraci¨®n de los leucocitos. Atraen a los leucocitos de la circulaci¨®n hacia los n¨²cleos de infecci¨®n, mediante la expresi¨®n en la superficie celular de ¨¦stos de receptores espec¨ªficos que se comportan como aut¨¦nticos sensores.
All¨ª, las quimioquinas disparan una serie de acontecimientos que terminan con la destrucci¨®n de los agentes infecciosos. De esta manera, las quimioquinas constituyen una parte fundamental de los mecanismos defensivos de los organismos vivos, y son las responsables, por ejemplo, del enrojecimiento, del picor y del malestar asociado a la inflamaci¨®n local. Su acci¨®n continuada, sin embargo, ocasiona procesos inflamatorios cronicos y participan en multitud de enfermedades como el asma, la artritis reumatoide o la esclerosis m¨²ltiple. Aunque descubiertas hace 10 a?os, las quimioquinas han adquirido una atenci¨®n especial en los ¨²ltimos seis meses por su capacidad para suprimir la replicaci¨®n del virus del sida.
Experimentos previos hab¨ªan demostrado que el virus del sida infecta a distintas poblaciones celulares utilizando como receptor para su penetraci¨®n en la c¨¦lula la glicoprote¨ªna CD4 presente en los linfocitos T, y en una fracci¨®n de macr¨®fagos y c¨¦lulas de glia en sistema nervioso. Durante a?os, los cient¨ªficos sospecharon la existencia de receptores, distintos de CD4 y tambi¨¦n necesarios para la infecci¨®n por VIH. Solamente en los ¨²ltimos meses se ha podido demostrar que, adem¨¢s del CD4, el virus del sida utiliza otros receptores, cuya caracterizaci¨®n permiti¨® definirlos como miembros de la familia de los receptores que las quimioquinas utilizan para atraer a los leucocitos. Estos receptores, que se expresan de manera diferencial en distintas poblaciones celulares, permiten entender por primera vez el tropismo preferencial de ciertos virus del sida para infectar macr¨®fagos o linfocitos T.
Las implicaciones de estos hallazgos son relevantes no s¨®lo desde el punto de vista cient¨ªfico, sino tambi¨¦n para el desarrollo de nuevas posibilidades terap¨¦uticas del sida. As¨ª, la utilizaci¨®n de modelos experimentales adecuados, donde sea posible infectar con el virus del sida y ensayar nuevas vacunas, parece ahora una realidad m¨¢s plausible que nunca. Adem¨¢s, estos descubrimientos abren la posibilidad de desarrollar nuevas herramientas terap¨¦uticas basadas en la capacidad de las quimioquinas para neutralizar el virus del sida, as¨ª como nuevos compuestos capaces de bloquear la uni¨®n del virus del sida a los receptores ahora caracterizados.
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