Incertidumbre en torno al an¨¢lisis de la leche como transmisora del mal de las 'vacas locas'
El Gobierno brit¨¢nico niega que est¨¦ haciendo m¨¢s pruebas sobre la seguridad l¨¢ctea
La leche de las reses brit¨¢nicas que padecen la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB) est¨¢ siendo analizada por cient¨ªficos gubernamentales por temor a que pueda presentar tambi¨¦n la infecci¨®n. Las pruebas llevadas a cabo consisten en alimentar a las cr¨ªas con. la de sus madres durante un largo periodo de tiempo, y comprobar luego si contraen m¨¢s f¨¢cilmente la enfermedad de las vacas locas. La noticia, adelantada ayer por el dominical The Observer, fue, sin embargo, negada por el Ministerio de Agricultura. "Tonter¨ªas" dijeron sus portavoces, "no hay nuevos ensayos".
"La leche no supone riesgo alguno para la salud", insisti¨® el portavoz ministerial. Pero, seg¨²n The Observer, el nuevo experimento es el quinto de su clase desde 1990 y trata de despejar de una vez por todas las dudas. Puntualiza incluso que los primeros resultados se publicar¨¢n el pr¨®ximo mes de octubre. Estas revelaciones salen a la luz pocos d¨ªas despu¨¦s de que el Ministerio brit¨¢nico de Agricultura admitiese la posibilidad de que la enfermedad pueda transmitirse de las vacas a sus cr¨ªas.Agricultura siempre ha sostenido que la prote¨ªna anormal denominada prion, el agente que desencadena el mal, no aparece ni siquiera en la leche de vacuno enfermo. Su equipo asesor afirma desde hace meses que no hay por qu¨¦ preocuparse, pero dos conocidos microbi¨®logos piensan lo contrario.
Harash Narang, el primer estudioso que advirti¨® de la posible transmisi¨®n de la vaca a la ternera, ha dicho que la leche puede ser uno de los agentes portadores de la enfermedad: "Aunque presente tal vez un riesgo m¨ªnimo para el consumidor, ¨¦ste existe. Lo que ocurre es que carecemos a¨²n de medios suficientes para evaluar cotas muy bajas de infecci¨®n. El Gobierno, sin embargo, prefiere deducir que dicha posibilidad no existe".
Narang ha calificado tambi¨¦n de in¨²tiles los ensayos realizados hasta la fecha y lamenta que las versiones oficiales ofrecidas durante esta crisis alimentaria confirmen la desinformaci¨®n que afecta al Gobierno desde hace una d¨¦cada".
Sus cr¨ªticas son compartidas por Stephen Dealler, que fue tambi¨¦n el primero en hablar del posible contagio humano: "Los experimentos son de p¨¦sima calidad. No pueden ser esgrimidos como prueba fiable de que la leche est¨¢ libre de la infecci¨®n".
Harash Narang a?ade incluso que trabajar con ratones es una p¨¦rdida de tiempo en este, caso. Seg¨²n ¨¦l, dicho roedor no puede ingerir leche suficiente para efectuar un buen an¨¢lisis. "Los visones, en cambio", propone, "beben tanto. como un ni?o ordinario". "El Gobierno debi¨® informarse, mejor en su d¨ªa", apostilla Dealler.
El Ministerio brit¨¢nico de Agricultura s¨ª ha reconocido que lleva varios meses investigando la leche de vacas enfermas y por eso considera que es "completamente segura". La industria ' lechera espera tambi¨¦n ansiosa cualquier declaraci¨®n oficial. Sus representantes reconocen que a estas alturas desear¨ªan contar con una respuesta "definitiva y concluyente".
Las grandes cadenas de supermercados, por su parte, no han notado un aumento significativo en la demanda de productos l¨¢cteos de origen org¨¢nico desde que estallara la crisis. Tampoco la carne de vaca criada sin piensos animales y en peque?os reba?os ha logrado seducir al consumidor brit¨¢nico. Pasada la primera angustia y confusi¨®n, s¨®lo el pavo y el pollo han mantenido un aumento en las ventas.
Estas nuevas revelaciones pueden suponer serios problemas para la recuperaci¨®n de los ganaderos brit¨¢nicos, que han perdido millones de libras desde que comenz¨® la crisis de las vacas locas hace m¨¢s de cuatro meses.
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