Romario se estrena con el Valencia

Siempre es recomendable que Romario tome pronto contacto con su h¨¢bitat natural: el gol. Y eso es lo que hizo ayer el carioca en el Nou Estad?, en un partido fantasmal en el que todos sus compa?eros, habituales reservas de] equipo, trataron de ganarse un puesto junto al rey brasile?o. Algunos hicieron m¨¦ritos; otros, en cambio, descubrieron la abismal distancia que separa al te¨®rico equipo principal del secundario.Sin apenas p¨²bIico en las gradas, sin apenas titulares en el Valencia, y con un rival de tercera fila, el espect¨¢culo era desolador, deprimente, propicio para salir por piernas del Nou Estadi. En estos casos, sin embargo, siempre queda Romario, en su proceso de seducci¨®n del p¨²blico valenciano.No es que el brasile?o estuviera para muchas fiestas, pero en un par de acciones dej¨® impreso su retrato: un cabezazo impecable desde el segundo palo, que le produjo su primer gol como valencianista, y un pase largo y profundo a I?aki. Un par de acciones para rescatar el partido del aburrimiento.

A ello contribuy¨® tambi¨¦n el argentino Piojo L¨®pez, quien, en su deb¨², caus¨® frecuentes escozores a la defensa alemana. Es r¨¢pido, habilidoso y golpea la pelota con fuerza, lo que le convierte en un probable compa?ero de viaje de Romario en el ataque de la Liga.

Entre los aspirantes, apuntaron maneras el escurridizo I?aki y el contundente Iv¨¢n Campo. Y Mendieta, que estren¨® capitan¨ªa y ejerci¨® con la solvencia que da el cargo.Por su parte, el Colonia ofreci¨® un aspecto lamentable. En toda la primera parte, no dispar¨® ni una sola vez a porter¨ªa. Y si marc¨® fue porque Bartual, tal vez cegado por el reflejo de los focos, introdujo un bal¨®n sin ning¨²n peligro en su propio marco.

Envuelto en la pol¨¦mica sobre su posible marcha, Luis Aragon¨¦s mand¨® un nuevo mensaje al dejar fuera del equipo inicial a VIaovic. El croata cuyo fichaje fue impuesto por e? presidente, estuvo de reserva en el conjunto de los reservas. S¨®lo sali¨® durante el segundo periodo, con la moral por el suelo, pero con la necesidad de reivindicar su fama de goleador. No pudo. Se desmarc¨® con rapidez, pero, ausentes Karpin y Fernando, ?qui¨¦n ten¨ªa capacidad para abastecerlo?