Los republicanos inician hoy el arranque oficial en la carrera hacia la Casa Blanca
Hay muchas maneras de llegar a San Diego, ciudad costera al sur de California, para participar en la Convenci¨®n del Partido Republicano, que comienza hoy. La convenci¨®n supone oficialmete el pistoletazo de salida de la campa?a electoral, el arranque en la carrera hacia la Casa Blanca. Y con la convenci¨®n llega el dinero, los discursos, las bandas de m¨²sica, los globos tricolores y la b¨²squeda desesperada de unos minutos de televisi¨®n; todo lo que conforma el circo de la democracia norteamericana.
La mejor forma de llegar hoy a San Diego es a bordo del tren Victoria Express, que llevar¨¢ desde Oakland a los principales dirigentes conservadores. Claro que esa es tambi¨¦n la forma m¨¢s cara: los billetes para sentarse cerca de Newt Gingrich o Phil Gramm cuestan entre los 1.500 y los 5.000 d¨®lares (entre 192.000 y 640.000 pesetas), los vagones m¨¢s baratos y con menos figuras rondan los 350 d¨®lares.El dinero es esencial. La organizaci¨®n de una convenci¨®n no cuesta menos de 30 millones de d¨®lares, que tienen que salir, en buena parte, de las arcas de las compa?¨ªas de Estados Unidos. Philip Morris, la principal productora mundial de tabaco, patocina por ejemplo, el recorrido del Victoria Express con 25.000 d¨®lares. Otras marcas han sido invitadas tambi¨¦n a desplegar su publicidad en el tren, que aportar¨¢ en conjunto alrededor de medio mill¨®n de d¨®lares.
La presencia de Philip Morris, que es no de los principales contribuyentes de esta convenci¨®n -1.255.000 d¨®lares para los republicanos, s¨®lo 350.000 para la convenci¨®n dem¨®crata-, es una de las m¨¢s pol¨¦micas. La mayor¨ªa de los pol¨ªticos, norte americanos acusan cada d¨ªa a los empresarios del tabaco de envenenar al pueblo, pero recurren a ellos cada vez que se acerca una campa?a electoral. Bob Dole est¨¢ particularmente bien relacionado con ese negocio, hasta el punto de que hace poco m¨¢s de dos meses provoc¨® una intensa pol¨¦mica al expresar dudas de que la nicotina provocara adiccion.
ATT, la compa?¨ªa de telecomunicaciones, aportar¨¢ un mill¨®n y medio de d¨®lares para la convenci¨®n republicana, y otro tanto para la del Partido Dem¨®crata. "Estos acontecimientos nos dan la oportunidad de relacionarnos con miembros del Congreso que pueden jugar un papel en asuntos importantes para ATT", ha comentado el portavoz de esa firma.M¨¢s de 45 empresas norteamericanas -entre ellas compa?¨ªas a¨¦reas, fabricantes de cerveza y bancos- han entregado en San Diego cheques por 100.000 d¨®lares o m¨¢s. En total, los dirigentes republicanos esperan obtener del capital privado por encima de los 12 millones de d¨®lares. Eso sin contar los 60 coches, que entrega General Motors o los 300 vuelos que regala United Airlines. En el conjunto de esta campana presidencial, el Partido Republicano ha recogido ya 84 millones de d¨®lares entre las em presas y poderosos. hombres de negocios.
Estas donaciones estar¨ªan prohibidas si se presentaran formalmente con el prop¨®sito de influir en la pol¨ªtica del partido al que se destinan. Pero las leyes permiten ilimitadas contribuciones, con fines c¨ªvicos, a los comit¨¦s locales que coordinan la convenci¨®n.
El resto de lo que se gastar¨¢ en San Diego saldr¨¢ del bolsillo del contribuyente. De acuerdo con la legislaci¨®n norteamericana, el Gobierno federal est¨¢ obligado a pagar a cada partido 12 millones de d¨®lares para la organizaci¨®n de sus convenciones. Las ciudades en las que ¨¦stas se celebran, tambi¨¦n contribuyen. En este caso, San Diego pondr¨¢ 6,5 millones de. d¨®lares, y Chicago, 10 millones.
La decisi¨®n de costear las convenciones con recursos p¨²blicos fue tomada en el clima anticorrupci¨®n que sigui¨® al esc¨¢ndalo Watergate. En aquellos a?os, los pol¨ªticos parec¨ªan ser mucho m¨¢s pudorosos, y la convenci¨®n republicana de 1972 fue trasladada, precisamente desde San Diego a Miami despu¨¦s de que se filtrara la noticia de que ITT hab¨ªa aportado 400.000 d¨®lares para la organizaci¨®n del acontecimiento.
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