Esperar al sexto para emocionarse

Hab¨ªa cuatro orejas cortadas en El Bibio sin que eso fuera s¨ªntoma de haber visto buen toreo. Hasta el final hubo que esperar para dar sentido a tanto alboroto. Nada m¨¢s salir, al sexto se le notaron las ganas de embestir. Rivera capote en mano, le enjaret¨® dos largas cambiadas de rodillas, luego tres ver¨®nicas a pies juntos cadenciosas con la rebolera de remate, que hizo estallar los ol¨¦s m¨¢s emocionantes de la feria. Se va a los medios con los pies juntos, citando de frente a un toro que iba con la codicia del bravo, tanta que desbord¨® al torero. All¨ª se hab¨ªa terminado la emoci¨®n. Demasiada casta, demasiado pase valeroso pero desbordado. Litri vino con las ganas de siempre y en el segundo con el p¨²blico a su favor cuid¨® al toro que se ca¨ªa por los suelos. El segundo se parti¨® un pit¨®n y en mitad de un reguero de sangre Jesul¨ªn se ech¨® a este santo p¨²blico encima al intentar torearlo. Suerte para ¨¦l que en el segundo, repetidor con un puyazo justo, anduvo inteligente y templad¨ªsimo.