Lecci¨®n magistral de Ponce
No parece que el objeto de cualquier negocio sea desanimar al que paga. Por eso no se entiende que siga sin poderse lidiar una corrida sin remiendos en esta feria. Tampoco se comprende que se aprueben toros anovillados y sin pitones.El p¨²blico est¨¢ ya calentito y hace patente su malestar no permitiendo que Enrique Ponce toree al segundo de la tarde que, para colmo, era manso de solemnidad y s¨®lo embest¨ªa siguiendo ignotas querencias. Ante los maullidos y rechiflas del respetable, Ponce se inhibi¨® y termin¨® caz¨¢ndolo de mala manera.
Antes, Emilio Mu?oz se hab¨ªa mostrado decidido y, a la vez, equivocado. Comenz¨® muy bien por alto, se ech¨® la muleta a la izquierda y, cuando parec¨ªa que iba a comenzar una serie, instrument¨® un pase aislado y el de pecho. Sigui¨® por la derecha, brazo en alto, y cuando se acord¨® del excelente pit¨®n que hab¨ªa desperdiciado, se cuid¨® muy mucho de dar los pases de uno en uno, no fuera a ser que el toro repitiera. Se lo dej¨® ir.
?lvarez Mu?oz, Ponce, Jesul¨ªn
Cinco toros de Manuel ?lvarez, desiguales en presentaci¨®n y comportamiento. 6? de Ben¨ªtez Cubero. Emilio Mu?oz: pinchazo y estocada ca¨ªda (saludos); estocada desprendida atravesada (oreja). Enrique Ponce: tres pinchazos, media atravesada, rueda de peones y dos descabellos (divisi¨®n); estocada en el costillar, rueda de peones -aviso- y descabello (saludos). Jesul¨ªn de Ubrique: bajonazo infame (palmas); estocada, rueda de peones y descabello (aplausos).Plaza de La Malagueta, 15 de agosto. 5? corrida de feria. M¨¢s de media entrada.
En el cuarto, repiti¨® la historia. Donde. debi¨® construir una faena s¨®lida, s¨®lo dej¨® unos recuerdos aislados montados al aire, pobre bagaje para lo que demandaba el toro.
Si chico y manso hab¨ªa sido el segundo, el quinto fue m¨¢s grande y cornal¨®n, pero igual de manso. Ponce dio la medida de lo gran torero que es y dict¨® una lecci¨®n basada en un inveros¨ªmil sentido del temple, de tal manera que nunca le lleg¨® a alcanzar la tela, a pesar del constante punteo.
Tambi¨¦n acert¨® en las distancias y, sobre todo, al encelarlo con el cuerpo para desenga?arlo despu¨¦s. La ciencia termin¨® en arte. Todo se vino abajo a la hora de matar, pero nada podr¨¢ borrar una faena dictada desde la c¨¢tedra de la sabidur¨ªa y el valor.
La Malagueta vio pasar al mejor Jesul¨ªn que yo recuerdo. Serio e intentando el buen toreo. El ¨²nico pero es que no lo consigue, ya que con la derecha no olvida el pico y con la izquierda no logr¨® interesar a nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.