Divertido c¨®mic

Hace un par de a?os, un jovenzuelo insolente que apenas pasaba de los 20 a?os perge?¨®, con gracia y astucia para esconder las debilidades de producci¨®n, una pel¨ªcula independiente de buena factura y gran sentido del humor, Clerks, que le hizo de la noche a la ma?ana una peque?a celebridad. Ahora, cuando no ha cumplido a¨²n los 25 a?os, vuelve a la carga con estas "ratas de centro comercial", una vuelta de tuerca m¨¢s directamente inspirada en la est¨¦tica del c¨®mic, con un humor m¨¢s contundente a¨²n que en su ¨®pera prima, y m¨¢s netamente reivindicativa de los gustos de su generaci¨®n, desde las primeras pel¨ªculas de John Hughes hasta series de televisi¨®n como Sensaci¨®n de vivir, pasando por los c¨®mics de la Marvel y hasta por desembozados homenajes al filme que marc¨® la fama de Smith.Mall Rats es, como Clerks, un filme directamente generacional, garbosamente incorrecto desde el punto de vista pol¨ªtico y desmadradamente divertido. Reposa sobre id¨¦nticas premisas que el anterior: medios de producci¨®n m¨¢s bien limitados -aunque menos que en el original: ventajas de la notoriedad-, un gui¨®n f¨¦rreamente construido a partir de unos di¨¢logos explosivos y unos personajes caricaturescos cuya frescura y mala uva los hacen, no obstante, profundamente simp¨¢ticos.

Puede molestar de ¨¦l, por ejemplo, el manifiesto peterpanista que apenas esconden sus im¨¢genes -los h¨¦roes, dos amigos que han perdido al mismo tiempo a sus novias y que har¨¢n todo lo posible por recuperarlas, parecen particularmente empe?ados en no crecer- o el machismo zumb¨®n que destila el personaje principal.

E incluso la desaforada reivindicaci¨®n del c¨®mic como una forma de vida. Que por la pantalla aparezca, en directa alusi¨®n a McLuhan en Annie Hall de Woody Allen, Mr. Stanley Lieber, el principal cerebro y propietario de la Marvel y padre de criaturas como El incre¨ªble Hulk, Spiderman, The avengers o el Capit¨¢n Am¨¦rica, viene a refrendar por parte de Smith el convencimiento de que se puede -se debe- vivir toda la vida enganchado a las tiras c¨®micas...

Pero el aire tan absolutamente desmadrado del filme sirve, entre otras cosas, para poner a buen recaudo a sus personajes: es virtualmente imposible tom¨¢rselos en serio... Cosa que a ellos, es evidente, les encanta. Sus pat¨¦ticas peripecias -el boicoteo de un show televisivo en vivo en un centro comercial- est¨¢n tan pasadas de rosca que provocan la carcajada.

Divertida, iconoclasta y pasada de vueltas, Mall Rats es no obstante una verdadera bocanada de aire fresco, una pel¨ªcula para adolescentes con esp¨ªritu autocr¨ªtico y un recordatorio de que sigue siendo posible hacer pel¨ªculas con cuatro duros..., a condici¨®n de tener bien abiertos los ojos, que es por donde se desliza la inspiraci¨®n de un cineasta.