Un mu?¨®n ensangrentado
El cuarto toro se arranc¨® como una bala cuando, de salida, un pe¨®n lo cit¨® desde un burladero, perdi¨® las manos, se estamp¨® contra las tablas y all¨ª dej¨®, el toro, medio cuerno derecho. El asta se le qued¨® como un mu?¨®n ensangrentado. Con el reglamento en la mano, no cab¨ªa la devoluci¨®n del toro. Con este p¨¦simo reglamento hay que lidiar el toro que se lesiona en el ruedo. Es decir, el absurdo.Al p¨²blico parec¨ªa importarle muy poco que el toro hubiera quedado capitidisminuido ni, lo que es peor, que Fernando Lozano -sustituto del anunciado Andr¨¦s Caballero, lesionado en un hombro- se dedicase a pegar pases al mu?¨®n ensangrentado sin el menor rubor. Incluso, al dar los pases de pecho cambiaba la muleta de mano. El caso era evitar el asta izquierda. Intent¨® Lozano el toreo al natural, con muchas precauciones, en dos tandas sin acoplamiento ni ajuste. Pero el grueso de la faena la realiz¨® con la mano derecha. El toro, a pesar de la lesi¨®n embest¨ªa con codicia. No anduvo fino Lozano en este toro ni en el anterior, un animal noblote pero rebrincado al que no supo templar y que le cogi¨®, sin consecuencias, cuando entr¨® a matar. Se nota que torea poco.
El Pilar / Lozano, Brice?o, Pedrito
Toros de El Pilar, de escasa presencia, varios sospechosos de afeitado, flojos, manejables; 3?, impresentable por anovillado, boyante; 5?, fuerte, con genio. Fernando Lozano: silencio y vuelta con petici¨®n. Antonio Brice?o: dos orejas y silencio. Pedrito de Portugal: dos orejas y vuelta.Plaza de San Sebasti¨¢n de los Reyes, 25 de agosto. Menos de un cuarto de entrada.
Brice?o es un torero, que gui?a muchos los ojos: gui?o al presidente al mostrarle el primer par de banderillas que iba a poner a su primer toro -luego prender¨ªa una en el brazuelo-; le volvi¨® a gui?ar al pedirle permiso para iniciar la faena de muleta, y al terminar la triunfal vuelta al ruedo ya no gui?¨® m¨¢s: levant¨® el dedo en se?al de OK. Anduvo Brice?o en ese toro m¨¢s pendiente de componer la figura que de torear. Un prometedor inicio de faena con ayudados por alto y luego, mucho contoneo, poca ligaz¨®n y, siempre, la muleta retrasada. Eso s¨ª, dio un estoconazo, y adem¨¢s con la mano izquierda: es de los pocos toreros que entra a matar con la zurda. Con el otro toro se le not¨® m¨¢s la falta de pr¨¢ctica. Mucha voluntad pero s¨®lo dio alg¨²n natural estimable.
Pedrito de Portugal dio pases de todas las marcas al impresentable y nobil¨ªsimo tercero, algunos con empaque y torer¨ªa, como un pase de pecho largu¨ªsimo. Con el otro, reserv¨®n y muy complicado, anduvo firme, tirando mucho de ¨¦l y aguantando muy en corto. ?sta fue faena de mucho m¨¢s m¨¦rito.
Babelia
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