"Ganar a Bruguera fue definitivo para m¨ª
F¨¦lix Mantilla, de 21 a?os, sigue siendo un gran desconocido. Es el ¨²nico jugador que aparece sin su foto en el libro que la ATP edita anualmente, y eso contribuye a que pase a¨²n m¨¢s desapercibido. Sin embargo, esta temporada su nombre ha sonado con fuerza en varias ocasiones. Surgi¨® casi de la nada cuando venci¨® a Sergi Bruguera -entonces 11? mundial- en Montecarlo, y despu¨¦s cuando gan¨® su primer y, hasta el momento, ¨²nico torneo en Oporto. Volvi¨® a sonar en St. Poelten, Gstaad, Umag y San Marino, donde jug¨® la final. Y en los ¨²ltimos d¨ªas ha saltado a la palestra al haber sido elegido como cabeza de turco por la organizaci¨®n del Open de Estados Unidos, que le arrebat¨® una cabeza de serie que se hab¨ªa ganado por m¨¦ritos: es el 160 jugador mundial. Al final, la baja de Kafelnikov permiti¨® restituir al jugador espa?ol. Mantilla ser¨¢ el s¨¦ptimo de los favoritos.Pregunta. Comenz¨® a jugar en serio a los 16 a?os, muy tarde para el tenis.
Respuesta. Tal vez, pero eso s¨®lo me ha impedido disputar algunos torneos j¨²niores. S¨®lo jugu¨¦ la Orange Bowl en 1992 y perd¨ª en tercera ronda. Aquel a?o se empez¨® a hablar de m¨ª porque con Albert Costa ganamos la Sunshine Cup para Espa?a. Despu¨¦s pas¨¦ dos a?os muy malos porque tuve muchos problemas econ¨®micos. La ayuda de mis padres y de mi entrenador, Jordi Vilar¨® -que me permiti¨® pagarle a medida que ganaba dinero-, fue fundamental en aquellos momentos.
P. ?Ha recibido alguna ayuda por parte de la Federaci¨®n Espa?ola de Tenis?
R. No. Ninguna. Lo ¨²nico que han hecho por m¨ª fue pagarme el billete de avi¨®n a Estados Unidos cuando me seleccionaron para la Sunshine Cup. Nada m¨¢s. Pero no me importa y ni pienso en ello. Las cosas ya me funcionan.
P. ?En alg¨²n momento pens¨® que no lograr¨ªa dar el salto, cuando comprob¨® que otros iban m¨¢s r¨¢pidamente?
R. Mi problema hab¨ªa sido la inmadurez. Jugaba bien, pero mi cabeza era determinante. Si estaba mal de cabeza o no luchaba, mi juego bajaba en picado. Era irregular, algunas veces jugaba muy serio y otras veces no. Para m¨ª, ver a otros jugadores espa?oles, arriba era como un revulsivo y me animaba a seguir. Nunca me qued¨¦ encallado; m¨¢s lentamente, pero siempre fui progresando.
P. ?Cu¨¢nto tard¨® en ver el fruto de su trabajo?
R. Hasta el a?o pasado. Antes me faltaba experiencia, era muy joven y no me lo tomaba totalmente en serio. En 1995 jugu¨¦ mucho mejor y acab¨¦ entre los 100 primeros. Fue clave para empezar a creer en m¨ª mismo. Y este a?o desde el principio todo fue distinto. Cuando gan¨¦ a Sergi Bruguera en Montecarlo pienso que di un paso definitivo.
P. ?Tan importante fue para usted aquella victoria ante Sergi?
R. Me di Cuenta de que hab¨ªa superado a uno de los mejores jugadores del mundo sobre tierra batida. Y pens¨¦ que si hab¨ªa ganado al 11? -esa era su clasificaci¨®n- pod¨ªa superar a los dem¨¢s.
P. ?La diferencia b¨¢sica entre un buen jugador y otro mediocre es solamente la confianza?
R. Cualquier jugador sabe sacar, pegar la derecha y el rev¨¦s. Todos los que est¨¢n entre los 100 primeros juegan bien. Pero la diferencia est¨¢ en la cabeza. Hay tenistas buenos, pero los mejores vienen marcados por su mentalidad. Y eso se lleva desde que naces. Eres un ganador y arrastras siempre esta leyenda, o no. Pero a base de trabajar con constancia puedes alcanzar un buen nivel, sentirte cada vez m¨¢s fuerte y coger mucha confianza.
P. Pato ?lvarez y otros entrenadores aseguran que lo que haga un jugador en los entrenamientos es lo mismo que har¨¢ en los partidos. ?Comparte esta idea?
R. Les doy la raz¨®n. Si me entreno bien, entro en la pista con mucha m¨¢s convicci¨®n. Si no, me queda la sensaci¨®n de que no he hecho mi trabajo y que, por ello, tal vez todo me salga mal. Esforzarme en los entrenamientos me permite al menos estar tranquilo conmigo mismo.
P. ?C¨®mo se definir¨ªa como jugador?
R. Si soy el 160 del mundo es por m¨¦ritos propios. Juego bien desde el fondo de la pista y suelo marcar el ritmo de los puntos con mis golpes. Creo que tengo. bastantes recursos. A veces con meter la bola dentro es suficiente. Pero otras veces es necesario hacer m¨¢s cosas, y puedo hacerlas. Me siento m¨¢s seguro en el fondo que en la red, pero es s¨®lo una cuesti¨®n de trabajo.
P. ?Le sorprende haber dado este salto tan espectacular en un a?o?
R. Es mi primer a?o en serio en el circuito y mi meta era acabar entre los 50 primeros y dar el salto el pr¨®ximo a?o. Pero si todo eso se ha avanzado, mejor. En el fondo cre¨ªa que tarde o temprano eso me llegar¨ªa.
P. ?Tiene la sensaci¨®n de ser un desconocido todav¨ªa?
R. Mi explosi¨®n ha sido muy r¨¢pida, en seis meses. Y el gran p¨²blico no me conoc¨ªa antes. Pero ahora soy el segundo jugador espa?ol en el ATP y me siento muy orgulloso de eso. Se me empieza a conocer.
P. Esta semana jugar¨¢ el Open de EE UU en pistas r¨¢pidas. ?Qu¨¦ posibilidades se otorga?
R. Mi temporada se ha basado en la tierra batida. Pero acudo al torneo a dar el m¨¢ximo. No se me puede exigir en mi primer a?o. Pero si voy encontr¨¢ndome a jugadores de tierra tengo mis opciones de seguir adelante.
P. ?Ha cambiado su vida?
R. Un poco. Pero b¨¢sicamente en los aspectos an¨ªmicos. Te sientes mucho m¨¢s seguro de ti mismo y tienes las cosas m¨¢s claras. Pero sigo siendo el mismo ahora que hace un a?o. No quiero cambiar, y no creo que lo hiciera aunque fuera el n¨²mero uno.
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