Sureste caliente
El Estado de Guerrero, al sur de M¨¦xico, ofrece al mundo las playas abarrotadas de Acapulco y la plata de Taxco. A la historia reciente mexicana, en cambio, ha aportado los m¨¢s negros episodios represivos y varios de los m¨¢s combativos movimientos armados de las d¨¦cadas de los 60 y 70. Fue en estas tierras cruzadas por la pobreza, los cacicazgos y el narcotr¨¢fico (Guerrero es actualmente el primer productor de amapola del pa¨ªs) donde los legendarios Genaro V¨¢zquez y Lucio Caba?as capitanearon los primeros brotes de la guerrilla rural, que fueron brutalmente aplastados por el Ej¨¦rcito en la primera mitad de los 70.Del Partido de los Pobres de Caba?as se deriva precisamente el actual Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Uni¨®n del Pueblo (PROCUP), una de las principales organizaciones que componen el Ej¨¦rcito Popular Revolucionario (EPR) y que ha permanecido durante a?os aletargada en Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Estos tres Estados han compartido hasta ahora el end¨¦mico abandono institucional, que ha sido un caldo de cultivo para los conflictos sociales. En Chiapas lleg¨® del norte otro grupo armado de los 70, las Fuerzas de Liberaci¨®n Nacional, que prosper¨® en medio de las desventuras ind¨ªgenas y brot¨® en 1994 como el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional.
Seg¨²n el Gobierno mexicano, la guerrilla zapatista intenta extenderse a la sierra de Puebla, mientras que en la Huasteca, una miserable zona monta?osa que comparten Veracruz, San Luis Potos¨ª e Hidalgo, operan grupos vinculados al EPR.
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