"Much¨ªsima gente paga a ETA a trav¨¦s de 'Egin'"
Vive amenazado por ETA. Y no alardea de desconocer lo que es el miedo. Simplemente no se deja dominar. Y lucha por que tampoco la sociedad vasca se resigne a convivir con la violencia y el amedrentamiento. Acaba de regresar de unos d¨ªas de vacaci¨®n. Juan Mar¨ªa Atutxa, 55 a?os, padre de cuatro hijos, escogi¨® como paradero un lugar donde para poco: su propia casa.Pregunta. A estas alturas, abogar por el di¨¢logo con ETA es un acto de fe o una ingenuidad?
Respuesta. Desde las conversaciones de Argel, la banda terrorista no ha vuelto a tener un ¨¢pice de voluntad de llegar a una soluci¨®n en este problema. ETA es incapaz de aglutinar criterios y cerrar filas para que en el caso hipot¨¦tico de que alguien hablara con un representante suyo se pudiera suscribir un documento y luego se cumpliera al pie de la letra. Siendo conscientes de su incapacidad para poner orden en su gallinero, no pueden exteriorizar una voluntad firme de llegar a una soluci¨®n. Aun as¨ª llegar¨¢ un d¨ªa en que habr¨¢ que hablar con ETA de tres o cuatro cosas: de cu¨¢l va a ser la aplicaci¨®n de la justicia a quienes est¨¢n huidos, de qu¨¦ pago pueden hacer de la deuda de 60.000 millones que tienen por las barbaridades que han cometido. Habr¨¢ un di¨¢logo, pero sobre eso, no sobre el futuro pol¨ªtico de este pa¨ªs.
P. ?C¨®mo es posible que, en presencia de la Ertzaintza, los simpatizantes de ETA griten contra otros ciudadanos "ETA, m¨¢talos" y no pase nada? ?No les parece un motivo para presentar una denuncia o es que la presentan y quienes no ven motivo para imponer una sanci¨®n son los jueces?
R. Desde que el 5 de octubre del a?o pasado se produjo la primera confrontaci¨®n, en Donosti entre quienes se manifestaron pese a nuestra prohibici¨®n expresa, frente a quienes ped¨ªan la libertad de Aldaya, todas las semanas se han presentado al juzgado de guardia un atestado los lunes y otrolos jueves. Alguna de las decisiones judiciales ya se conocen: dicen que no ven il¨ªcito penal en esas manifestaciones. Nosotros hemos aportado grabaci¨®n de im¨¢genes con sonido, y se oyen los esl¨®ganes "hoy t¨² de negro
[en alusi¨®n al uniforme, de los ertzainas], ma?ana tu familia"; "fulano de tal, fascista, el pr¨®ximo en la lista"; "ETA, m¨¢talos"; "los asesinos llevan lazo azul".
P. ?C¨®mo se explica que en una sociedad que sufre tanto la violencia terrorista haya tan pocas condenas por apolog¨ªa del terrorismo?
R. S¨®lo hay una condena por apolog¨ªa del terrorismo. Se act¨²a con excesiva flexibilidad en la interpretaci¨®n de la libertad de expresi¨®n. Debemos poner los pies en el suelo y ser conscientes de la repercusi¨®n de determinadas manifestaciones, y publicaciones.
P. Por ejemplo Egin.
R. S¨ª, Egin en concreto.
P. ?Sospecha que puede haber m¨¢s redactores de Egin que guardan amosal y pistolas en su casa?
R. Si tuviera alguna sospecha estar¨ªa la polic¨ªa actuando. De lo que no cabe duda es de que en todo ese mundo del diario Egin hay verdaderos potenciales a tener pistola, amosal y todo lo que haga falta. Nosotros hemos aporta o a un juez pruebas de que un documento utilizado para el chantaje econ¨®mico, localizado en un despacho de un redactor de Egin, fue encontrado junto a notas manuscritas del mismo redactor en manos de un miembro de ETA que dirig¨ªa el cobro del mal llamado impuesto revolucionario. No se trata, por tanto, de ir contra la libertad de expresi¨®n, sino de desenmascarar a quienes bajo la cobertura de periodistas realizan labores ?legales.
P. ?Egin recauda dinero del llamado impuesto revolucionario mediante el cobro de anuncios publicitarios contratados por empresas que han sido amenazadas por ETA?
R. Hay much¨ªsima gente que paga el mal llamado impuesto revolucionario a trav¨¦s de Egin, mediante la inserci¨®n de publicidad.Hay gente que no insertar¨ªa publicidad en Egin si no fuese por miedo. Y ceder al miedo y contratar media p¨¢gina de publicidad es ceder al chantaje de ETA.
P. ?A veces no tiene la sensaci¨®n de que en la sociedad vasca hay una cierta resignaci¨®n a convivir con la violencia, como quien se resigna a convivir con una enfermedad, aunque esa enfermedad le est¨¦ desfigurando a uno?
R. En la medida en que se han producido infinidad de asesinatos y algaradas, a la sociedad le parece casi natural que existan. Pero no por eso se acostumbra. La gente est¨¢ harta de soportar tanto acoso. Se sufre como usted dice, la enfermedad. Lo que pasa es que, quiz¨¢, se resigna a padecer.
P. Quien se resigna no se rebela.
R. Exactamente. Pero yo creo que la resignaci¨®n plena no se da. Otra cosa es que, aun con todo lo que hemos progresado, esta sociedad no ha avanzado lo suficiente. Debi¨® haber mucha gente que presenciara en Elg¨®ibar el lanzamiento del c¨®ctel m¨®lotov contra el se?or Casta?ares, pero todav¨ªa nadie se ha acercado a la polic¨ªa para ayudarnos a identificar al agresor.
P. ?C¨®mo se podr¨ªa garantizar la seguridad a quienes est¨¢n dispuestos a testificar en un juicio sobre agresiones que han presenciado, pero hoy no se prestan a colaborar por miedo a que sea difundida su identidad?
R. Utilizando con m¨¢s frecuencia y con m¨¢s convicci¨®n la ley, que promovi¨® el PNV, para la protecci¨®n de peritos y testigos.
P. ?Se usa poco?
R. Es muy poco utilizada.
P. ?Por qu¨¦ no la usan m¨¢s?
R. Es que... Mmmm...
P. ?Es que es una responsabilidad de los jueces?
R. Exactamente. Existe el instrumento, pero es facultad discrecional del juez aceptar o no que un ciudadano declare preservando su identidad, en el bien entendido de que preservar su identidad significa identificarse ante el juez, el fiscal y el secretario judicial. Hemos tenido un caso en que una misma persona ha podido declarar ante un juez preservando su identidad y no ha podido hacerlo ante otro juez, sobre el mismo asunto, porque no se lo ha permitido. Teniendo el instrumento legal, hay que utilizarlo m¨¢s para que la gente ayude a hacer justicia, con garant¨ªas de que no va a ser luego amedrentada.
P. A quienes practican la violencia callejera parece que hoy les amedrenta m¨¢s que les enfoque una c¨¢mara de v¨ªdeo de la Ertzairitza que una escopeta con pelotas de goma, ?no?
R. Esta sociedad est¨¢ acostumbr¨¢ndose a no huir de la polic¨ªa. Cuando se encuentra con un ertzaina no necesita cambiar de acera. Incluso quien se encuentra frente a una escopeta sabe que no va a ser utilizada, salvo en una situaci¨®n extrema. Pero quien est¨¢ frente a una c¨¢mara sabe que su delito puede quedar registrado en una grabaci¨®n, que cada vez tiene m¨¢s reconocimiento como elemento probatorio ante un juez.
P. Con las medidas legales que est¨¢n preparando sobre videovigilancia, ?lo que persiguen es multiplicar la instalaci¨®n de c¨¢maras de v¨ªdeo en las calles o garantizar que las grabaciones tengan siempre validez probatoria para los jueces?
R. No tenemos previsto ni un duro para realizar. nuevas instalaciones cuando quede aprobada la ley. Lo que se persigue es regular el uso de esa tecnolog¨ªa, que nos ha dado muy buenos resultados. El anteproyecto de ley prev¨¦ que la autorizaci¨®n de c¨¢maras fijas corresponder¨¢ a una comisi¨®n, que en Euskadi presidir¨¢ un magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Para el uso de c¨¢maras m¨®viles, esta consejer¨ªa encomendar¨¢ la responsabilidad a un mando policial. Por tanto, siempre sabremos qui¨¦n es el responsable del buen olmal uso de las grabaciones.
P. Esa es una forma de combatir uno de los ¨¢mbitos de impunidad. Otro es lo barato que resulta quemar autobuses o cabinas telef¨®nicas, porque nadie se ve obligado a pagar de su bolsillo lo que, ha, destrozado.
R. La mayor¨ªa de las veces, los alborotadores son insolventes. Pero cuando se trata de menores de edad s¨ª hay algunas v¨ªas por las que podemos actuar. ?Pobres de los padres que piensen, cuando sus hijos salen a divertirse, que la seguridad es s¨®lo cosa de la Ertzaintza! Tienen que preocuparse m¨¢s de d¨®nde y con qui¨¦n han estado. Porque si un hijo comete desmanes, los padres tendr¨¢n que asumir la responsabilidad econ¨®mica y ver¨¢n afectadas sus posesiones o una parte de su n¨®mina, seg¨²n la proporci¨®n que determine la ley que ahora estam.os preparando.
P. EI joven que queme un coche, ?se arriesgar¨¢ a que le requisen su moto?
R. Es que debe quedarse sin la moto. Los actos violentos deben tener repercusi¨®n econ¨®mica en quien los causa. Forzosamente. Ha habido un juez que ha impuesto a unjoven que incendi¨® un coche de la Ertzaintza una condena penal de 36 horas de trabajo en favor de la comunidad, y dej¨® al margen la restituci¨®n econ¨®mica. Dijo que deb¨ªa iniciarse un procedimiento de reclamaci¨®n por v¨ªa civil. Si impone directamente la restituci¨®n y tienen que pagarla los padres, posiblemente ver¨ªan de otra manera la acci¨®n cometida por su hijo.
P. Cuando se dice en los m¨ªtines que la Constituci¨®n constri?e las aspiraciones del pueblo vasco y que el Ej¨¦rcito es el vigilante de que no se traspase cierta barrera, ?no se construye un discurso con el que los hijos de quienes dicen eso se sienten en un clima favorable para rebelarse con violencia?
R. Aunque los nacionalistas vascos denunciemos el art¨ªculo de la Constituci¨®n como un encorsetamiento a posibles aspiraciones de este pueblo, ni ese art¨ªculo ni otros trescientos que hubiera iguales dan bula para ejercer la violencia como medio para conseguir un fin. El transcurso del tiempo suele hacer que se vaya aceptando como l¨®gico lo que parec¨ªa il¨®gico. Un actual presidente auton¨®mico dijo en 1977 que tendr¨ªan que pasar. por encima de su cad¨¢ver antes de legalizar la ikurri?a. Hoy la ikurri?a est¨¢ en todas partes.
P. ?Le duele, como nacionalista, haber pensado, y tal vez defendido, que la f¨®rmula para acabar con la violencia terrorista era dar m¨¢s, autonom¨ªa a Euskadi y que ETA no haya desaparecido aun habiendo mucho m¨¢s autogobierno en el Pa¨ªs Vasco?
R. De ninguna manera he pensado, como, nacionalista, que el pleno desarrollo del Estatuto de Gernika sea suficiente para que ETA deje de matar y de hacer sufrir a este pueblo. Porque ETA y sus aleda?os rechazan el Estatuto de Gernika, y porque las gentes de ETA se han hecho profesionales, se han enrocado de tal manera en su organizaci¨®n que no saben dirigir sus miradas a otra parte. No. El desarrollo del Estatuto de Gernika no ser¨¢ motivo ni raz¨®n para que ETA deje de ser lo que es.
P. Si, como usted suele decir, los de ETA carecen ya de ideolog¨ªa, ?por qu¨¦ algunos dirigentes nacionalistas les siguen tratando como activistas y como presos pol¨ªticos?
R. Yo no los considero activistas pol¨ªticos y, por lo tanto, no los considero presos pol¨ªticos.
P. Usted ha recibido a familiares de presos y de etarras huidos a otros pa¨ªses, para buscar el mejor modo de que paguen cuanto antes sus delitos y emprendan luego una vida normal. ?Ve al Gobierno igual d¨¦ dispuesto a facilitar la reinserci¨®n?
R. Cuando vienen a verme familiares o intermediarios, averiguo las causas que tienen pendientes, si alguna ha prescrito, y hago un c¨¢lculo gen¨¦rico de las condenas que les corresponder¨ªa. Y si me piden consejo, siempre es ¨¦ste: d¨ªgale que venga, que comience a saldar sus deudas. Los que est¨¢n en Santo Domingo llevan all¨ª nueve a?os con el contador parado.
P. Usted ha dicho que algunos de ellos quieren volver pero no se lo permite su propia organizaci¨®n. ?Se sienten amenazados o han sido expresamente amenazados por ETA?
R. Expresamente amenazados.
P. Eso implica que algunos de ellos han hecho ya alg¨²n movimiento para venir a Espa?a y entregarse a la justicia, y que ETA se ha dado cuenta....
R. Bien...
[Sonr¨ªe. Aprieta los labios]. S¨ª. Es as¨ª. Han recibido recados directos.
Me hab¨ªa preguntado antes por la reinserci¨®n. Entiendo que el Gobierno no est¨¢ en esa disposici¨®n, porque se ejerce sobre, ¨¦l una fuerte presi¨®n, desde la incomprensi¨®n de qu¨¦ significa reinserci¨®n. No significa perd¨®n, ni dejar de cumplir la condena, sino que a partir de que haya en el preso una recuperaci¨®n la pol¨ªtica penitenciaria entienda que es mejor concederle el tercer grado o libertad condicional.
P. ?Ustedes aceptan que el acercamiento de presos de ETA a c¨¢rceles de Euskadi sea resultado de su evoluci¨®n personal para desengancharse de la violencia o lo plantean como un derecho de todo ese colectivo?
R. Es un derecho individual, lo que pasa es que pertenecen a un colectivo. Su traslado puede ser sucesivo, pero no vale decir "usted es bueno, le llevo; y si. no, le dejo en El Salto del Negro
[Gran Canaria]". La ley dice que el preso debe cumplir condena en la c¨¢rcel m¨¢s pr¨®xima a donde vive. Y hemos de pensar que un d¨ªa ellos volver¨¢n a vivir entre nosotros. Esto es c¨®mo una gran bola de chicle que nos hemos tragado y que hay que digerir. No podemos pensar en aniquilaciones. Ellos s¨ª nos aniquilar¨ªan si pudieran. Segur¨ªsimo. Porque son fascistas.
P. Han pasado casi 30 a?os del primer asesinato de ETA. ?Teme que pasen otros 30 a?os antes de que ETA deje de matar?
R. No s¨¦ si tanto, pero ha de pasar mucho tiempo para que esto se haya resuelto, y tendr¨¢ que pasar una generaci¨®n para que se diluya la subcultura de la violencia que este trance ha dejado aqu¨ª.
P. ?Le escandaliza que el general Rodr¨ªguez Galindo quedara en libertad condicional?
R. Si, porque dada la responsabilidad que se le imputaba, entend¨ª que no se le trataba con el mismo rasero que a otros. Soares Gamboa vino desde Santo Domingo para prestar declaraci¨®n ante la justicia. No hab¨ªa, por tanto, tampoco en su caso riesgo de que huyera ni de alarma social y se le mantuvo en prisi¨®n hasta que fue juzgado.
P. ?Tiene usted, juicio, hecho sobre Rodr¨ªguez Galindo su juicio ser¨¢ el de la sentencia que le juzgue?
R. Ser¨¢ el que se escriba en la sentencia. No tengo un juicio porque no tengo un solo documento que pueda acreditar lo que yo pudiera juzgar en este momento. Galindo es un presunto delincuente.
P. Cuando dicen que la no desclasificaci¨®n como secretos de los documentos del Cesid sobre los GAL quita "argumentos democr¨¢ticos" para luchar contra ETA, ?no temen estar diciendo lo que ETA quiere o¨ªr?
R. ETA oy¨® entre 1983 y 1986 el silbido de las balas y las explosiones de los GAL, cuya creaci¨®n y desarrollo ha sido la mayor torpeza que un Estado de Derecho ha podido cometer. Eso es lo que m¨¢s ha querido o¨ªr ETA, y lo oy¨®. Debemos seguir hasta las ¨²ltimas consecuencias para localizar a quienes fueron los responsables directos o indirectos de aquella barbaridad. Recuperar la credibilidad requiere demostrar que a todo el mundo se le aplica igualmente la ley.
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