"Los madrile?os no sabemos visitar el Museo del Prado"
Los museos grandes son para el turista. El Prado, tambi¨¦n. Recorren sus salas como una exhalaci¨®n, rendidos al apremio de un tr¨¢mite obligado en su plan de viaje. Alvaro Delgado, madrile?o como su padre y su abuelo, tiene 78 hiperactivos a?os y la cabeza impecablemente 'ordenada. Acad¨¦mico de Bellas Artes de San Fernando -"a mi pesar-, dice-, comparti¨® generaci¨®n - con Alberto S¨¢nchez y Benjam¨ªn Palencia. Gracias, o "desgracias", ¨¢ un duelo de pinceles, tiene Madrid dos escuelas art¨ªsticas tan reales como poco promocionadas, la de Vallecas, y la Escuela de Madrid, antes y despu¨¦s de la guerra civil, con filas de lujo: Juan Manuel D¨ªaz Caneja, Maruja Mayo, Rafael Alberti y, a veces, Garc¨ªa Lorca. De vuelta al Prado de sus amores, y en honor a la memoria del Greco, cuyas pinturas contemplaba a diario siendo un ni?o, ni sumido en sus frecuentes estancias en la calma humedad asturiana, olvida Delgado un solo instante lo que ser¨¢ del Prado despu¨¦s de la reforma.Pregunta.- ?Por qu¨¦ lo! madrile?os visitamos poco el Prado?
Respuesta. Poco no, ?poqu¨ªsimo! La prueba est¨¢ en la enorme cantidad de madrile?os -que no descubrieron a Vel¨¢zquez hasta la muestra antol¨®gica. En una de aquellas largu¨ªsimas colas, mi hijo presenci¨® una curiosa an¨¦cdota: una pareja acud¨ªa creyendo que la exposici¨®n era de Goya, "o de uno de esos pintores". La distribuci¨®n de su espacio es tremendamente aburrida.
P. Ocurre con la mayor¨ªa de los grandes museos.
R. Siempre digo que es como ir a un restaurante y que le, obliguen a uno a comer la carta entera. Resulta inhumano.
P. Usted insiste en que el Prado necesita m¨¢s organizaci¨®n que reformas.
R. S¨ª. Cada pintura reclama el espacio que le permita respirar. No es comparable un expresionista alem¨¢n, con una obra barroca, que rebasa los l¨ªmites de la propia tela.
P. ?Por qu¨¦ se sabe tan poco de la Escuela de Madrid?
R. ?Y por qu¨¦ no figura la Escuela de Madrid en alg¨²n museo, el Municipal, por ejemplo? ?Por qu¨¦ se nos tach¨® de artistas de derechas? Falta de informa ci¨®n. Es cierto que la derecha siempre ha estado poco conforme con la cultura moderna, pero pod¨ªa mos pintar a nuestro antojo, excepto al general Franco colgado de un ¨¢rbol.
P. La Escuela de Madrid surgi¨® de una escisi¨®n en la Escuela de Vallecas.
R. En concreto, de las diferencias que tuvimos con Benjam¨ªn Palencia en 1943. Imitando el nombre de la Escuela de Par¨ªs, el galerista Buholtz, organiz¨® una . exposici¨®n con obras de Redondela, Mart¨ªnez Novillo, Garc¨ªa Ochoa, Baeza y m¨ªas. La sala Biosca repiti¨® el nombre y as¨ª nos quedamos con ¨¦l.
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