Una exposici¨®n y tres libros recuperan la figura po¨¦tica del critico de arte Juan Eduardo Cirlot
EL IVAM inaugura el 19 de septiembre una exposici¨®n con obras de El Bosco a Rothko, Juan, Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916-1973) es un personaje conocido, pero olvidado. Es famoso por sus trabajos sobre simbolog¨ªa, historia y arte, pero tambi¨¦n era poeta y compositor, dos facetas que la exposici¨®n que el d¨ªa 19 de septiembre se inaugura en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) insiste en recuperar. La exhibici¨®n, de hecho, tiene dos grandes apartados: la exposici¨®n de unas noventa piezas desde El Bosco a, Rothko y un cat¨¢logo documental que incluye in¨¦ditos y que se suma a la recuperaci¨®n editorial que se realizar¨¢ este curso le su obra po¨¦tica, cr¨ªtica y ensay¨ªstica.
"Hay que recuperar a Cirlot. Primero, porque era un gran poeta pr¨¢cticamente desconocido, y se gundo, porque fue un enciclopedista cultural que escribi¨® dos de los libros m¨¢s importantes que se han escrito en Espa?a en esta segunda mitad de siglo, el Diccionario de los ismos y el Diccionario de los simbolos", se?ala el pintor Antonio Saura, uno de los m¨¢s combativos defensores de la figura de Cirlot, que tambi¨¦n colabora en el cat¨¢logo del IVAM. "Fue uno de los intelectuales espa?oles m¨¢s importantes de es tos a?os, y supongo que es poco conocido porque muri¨® hace a?os, su libros no se han reeditado y su obra po¨¦tica es herm¨¦tica y de dif¨ªcil acceso. Pero en mi caso, fue una figura fundamental Para mi formaci¨®n art¨ªstica y cultural en unos a?os de gran pe nuria cr¨ªtica y ensay¨ªstica". Una de las dos hijas del intelectual, la medievalista Victoria Cirlot, confiesa que llevaba a?os esperando este momento. "Un amigo italiano me dijo una vez que deber¨ªa esperar 20 a?os has ta que se reconociera la importancia de mi padre, y as¨ª ha sido", comenta. "Supongo que no se le ha reconocido como poeta porque escrib¨ªa en castellano y muri¨® antes que Franco. Esto, teniendo en cuenta que viv¨ªa en Barcelona en una ¨¦poca muy po litizada y sensible hacia el idioma, le hizo permanecer en el olvido", se?ala Enrique Granell, comisario, junto con Enimanuel Guigon, de la exposici¨®n del IVAM. Los comisarios, sin embargo, quieren incidir especial mente en esta faceta del Cirlot poeta porque, en su opini¨®n, su visi¨®n del arte no era te¨®rica. "Era una cr¨ªtica de arte hecha por alguien que tiene ojo de poeta, y eso se nota", se?ala Granell.
Castillo interior
Como se?ala Enimanuel Guigon, Cirlot "era una personaje complejo que sigue fascinando a mucha gente. De su obra po¨¦tica s¨®lo se conoce un peque?o por centaje porque la mayor¨ªa de sus poemas se publicaron en revistas o los editaba ¨¦l mismo en ediciones limitadas y muy cuidadas que regalaba despu¨¦s a los amigos. Es poco conocido, pero su pongo que en el fondo ¨¦l prefer¨ªa que fuera as¨ª para continuar vi viendo en su castillo interior".
De familia de tradici¨®n militar, Cirlot creci¨® en un ambiente ilustrado y estudi¨® en colegios religiosos. Fue movilizado por el bando republicano en la guerra civil y despu¨¦s por el bando ganador tras la guerra, con lo que tuvo que alargar tres a?os su ser vicio militar en Zaragoza. All¨ª, entre 1940 y 1943, se puso en contacto con el grupo intelectual de la ciudad. En ¨¦l destacaba Al fonso Bu?uel, hermano del cineasta, que ten¨ªa una importante biblioteca sobre surrealismo, movimiento con el que Cirl¨®t mantendr¨ªa despu¨¦s numerosos contactos llegando a integrarse, gracias a su amistad con Andr¨¦ Breton, en el c¨ªrculo y las revistas surrealistas de Par¨ªs.
Los que le conoc¨ªan le recuerdan exc¨¦ntrico, raro e ideol¨®gicamente oscuro. Pero la complejidad de su personalidad, sin embargo, hace dif¨ªcil confeccionar una: biograf¨ªa al uso. Se puede hablar, por ejemplo, de sus estudios de simbolog¨ªa y musicolog¨ªa con el aleman Marius Schneider, que se hab¨ªa refugiado en Barcelona tras la guerra; de sus trabajos como compositor, especialmente fascinado por el dodecafonismo -hasta que decidi¨® romper sus partituras por considerar que eran copias de Sch¨®nberg-; de su pertenencia al C¨ªrculo Manuel de Falla o de sus estudios de arte e historia medieval junto. al historiador Josep Gudiol, que a principios de los cincuenta dirige la enciclopedia Ars Hispaniae.
Estudi¨® y escribi¨® sobre magia, esoterismo, egiptolog¨ªa, leyendas medievales, mitolog¨ªa, religi¨®n y filosof¨ªa. Fue miembro del grupo Dau al Set y tambi¨¦n uno de los principales ap¨®stoles del informalismo y del arte de vanguardia en la Espa?a de la posguerra. Escribi¨® el primer libro sobre Joan Mir¨® que se public¨® en Espa?a y fue uno de los primeros en hablar y defender la pintura de T¨¢pies y Antonio Saura. Se gan¨® la vida, tras la guerra, trabajando para editoriales y revistas, y realizando numerosos art¨ªculos de prensa sobre todo tipo de temas culturales. Y tambi¨¦n era famosa su curiosa colecci¨®n de espadas. Pero Cirlot no fue, realmente, un hombre p¨²blico. "No pertenec¨ªa a ning¨²n c¨ªrculo porque ¨¦l mismo era un c¨ªrculo", se?ala Granell. "De hecho era una personaje at¨ªpico que se dedicaba a muchas cosas a la vez. No era pol¨ªtico, sino un intelectual en estado puro que no ten¨ªa ning¨²n tipo de relaci¨®n con el mundo. Y era radicalmente independiente. Si dejaba de creer en una cosa era algo inmediato y total. Cre¨ªa en la independencia del alma y del pensamiento".
La exposicion lleva el significativo t¨ªtulo de Mundo de Juan Eduardo Cirlot y constar¨¢ de unas noventa obras -art¨ªsticas y una importante selecci¨®n de objetos, documentos y cartas personales cedidas por la familia del escritor. "La selecci¨®n de obras responde a su mundo po¨¦tico", se?ala Guigon. "Son piezas de las que habl¨® en sus escritos o que le fascinaban especialmente, porque casi siempre en sus cr¨ªticas habla de obras concretas y las relaciona, adem¨¢s, con la -m¨²sica o con otros de sus intereses".Cat¨¢logo documental
La exposici¨®n, abierta hasta el 17 de noviembre, tendr¨¢ una organizaci¨®n convencional en la que podr¨¢n verse obras de T¨¢pies, Tharrats, Ponc, Saura, Millares, Lucio Fontana, Martin'Chirino, Subiraclis, Marck Rothko y un largo n¨²mero de artistas, adem¨¢s de los documentos y objetos del artista. El cat¨¢logo, sin embargo, ser¨¢ un libro documental en ¨¦l que, adem¨¢s de las introducciones de los comisarios, se recogen numerosos textos in¨¦ditos de Cirlot, as¨ª como testimonios de conocidos del escritor.
Junto a esta publicaci¨®n se edita un libro in¨¦dito de Cirlot, La imagen surrealista, escrito en 1952 y que deb¨ªa haberse publicado en la colecci¨®n PEN de Ricard Giralt-Miracie. Tambi¨¦n se edita un disco con varios ejemplos de poes¨ªa fon¨¦tica de Cirlot y la interpretaci¨®n al piano de la ¨²nica partitura suya que se conserva, Suite atonal, una obra de 1949 que regal¨® a su amigo Carlos Edmundo de Ory.
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