La Real F¨¢brica de Tapices agoniza entre deudas, denuncias y la indiferencia de Ias instituciones
Los cristales que faltan han sido sustituidos, por pl¨¢sticos mugrientos, las ventanas de madera podrida no encajan, la suciedad invade los suelos y unos trapos rotos colgados en los huecos de las ventanas intentan paliar el efecto inclemente del sol. Parece un antro abandonado, pero es el taller de tejedores de la Real F¨¢brica de Tapices, con 275 a?os de antiguedad a sus espaldas y ¨²nica de sus caracter¨ªsticas en el mundo. Endeudada con los bancos denunciada por sus 42 trabajadores encerrados por el impago de salarlos, y un s¨®lo aprendiz que garantice la continuidad del oficio, la f¨¢brica donde Goya trabaj¨® durante 17 a?os vive su en¨¦sima crisis e supervivencia, que, seg¨²n su propietario y director, Livinio Stuyck, es la definitiva".
Turistas norteamericanos y japoneses, periodistas armados de c¨¢maras, familias y estudiantes de arte circulan impresionados por las naves dedicadas, a talleres. Ni siquiera hemos conseguido que nos pongan unas simples persianas, por eso hemos puesto esos trapos", dice una operaria. En el invierno, cuando llueve, "caen trozos de techo y empiezan las goteras, as¨ª que hay cubos por todas partes"."Esto es, como el cuento del lobo, y el lobo ya ha llegado", dice Livinio Stuyck. La denuncia de los trabajadores pone en marcha un mecanismo judicial imparable y la deuda con los bancos, de unos 80 millones, es "inabordable". "Yo s¨¦ que molesto", afirma Stuyck, "y estoy dispuesto a quitarme de en medio, a dejar de ser el due?o de la f¨¢brica, pero no a desentenderme de su futuro. La Real F¨¢brica es inviable como empresa privada, con criterios de rentabilidad, pero hay algo m¨¢s en juego: aqu¨ª se trabaja como en el siglo XVIII, y somos los ¨²nicos en el mundo que hacemos esta clase de tapices. Ser¨ªa imperdonable dejarlo morir".
"Nuestra situaci¨®n es de pobreza, de miseria", afirma Luis Cruz, presidente del comit¨¦. La empresa les debe medio a?o de salarios, y los sueldos ya son bien raqu¨ªticos: entre el m¨ªnimo de 1.700.000 y el, m¨¢ximo de 2.300.000 para un experto tejedor de primera con m¨¢s de cuarenta a?os de experiencia. El negro panorama les ha llevado a iniciar, anteayer, un encierro que la pr¨®xima semana se convertir¨¢ en huelga indefinida. A los empleados se les adeudan un total de seis mensualidades, repartidas en cuatro pagas extraordinarias y dos mensualidades, que suponen un total de 30 millones de pesetas.
La falta de informaci¨®n tambi¨¦n les duele. "S¨®lo sabemos lo que nos cuenta la empresa. Nunca hemos tenido ni un s¨®lo contacto con las instituciones involucradas. Comprendemos los problemas de Livinio Stuyck, pero queremos que tambi¨¦n hay dejadez por su parte. Somos los principales perjudicados. Para nosotros esto es una agon¨ªa".
Por su parte, la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza, Aguirre, que se entrevistar¨¢ con Stuyck el lunes pr¨®ximo, se limit¨® ayer a afirmar que est¨¢ dispuesta a hacer todo lo posible por sacar adelante la F¨¢brica. Y resumi¨®: "Es una instituci¨®n de gran importancia en la cultura espa?ola".
20 a?os de crisis
La agon¨ªa empez¨® en los a?os. 70. Se conjugaron la crisis del petr¨®leo y la competencia de la Fundaci¨®n General¨ªsimo Franco, desaparecida hace poco m¨¢s de un a?o, que desde su posici¨®n ventajosa ofrec¨ªa presupuestos m¨¢s baratos. Los pedidos oficiales empezaron a escasear, y las relaciones con Patrimonio Nacional a empeorar, y as¨ª siguen. La f¨¢brica ha ido tirando gracias a las alfombras y a la restauraci¨®n, tanto de alfombras como de -tapices, pero los n¨²meros no cuadran.Stuyck ha recibido promesas de las sucesivas administraciones, pero todo ha sido en vano y las cosas se precipitan. "No puedo dormir pensando en lo que se viene encima. Los puestos de trabajo que hay en juego, el fin de un oficio y una artesan¨ªa ¨²nicos en el mundo, un legado que mi familia administra desde hace 275 a?os".
Un tapicero tarda ocho a?os en convertirse en maestro, y tres o cuatro meses en hacer un metro de tapiz. "Ahora hay cuatro maestros y a seis a?os de su jubilaci¨®n no tenemos un solo aprendiz: es decir, que no hay relevo", se?ala.
Entre las posibilidades -o los suenos- que baraja Stuyck para el futuro si las cosas se arreglaran, est¨¢n la creaci¨®n de un museo de historia de la Real F¨¢brica, de un archivo -el material, magn¨ªfico, existe, pero est¨¢ sin investigar ni organizar-, la organizaci¨®n de exposiciones rotativas de tapices espa?oles y extranjeros, un gran centro de restauraci¨®n del Patrimonio (Espa?a cuenta con unos 8.000 tapices) y finalmente "una escuela de formaci¨®n que asegurar¨ªa la continuidad de la instituci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.